
Durante los últimos años los bancos españoles han afrontado una transformación que ha permitido que en esta crisis sean parte de la solución y no del problema. Sin embargo, esa mejora no los ha convertido automáticamente en una buena idea de inversión ni ha eliminado los problemas de la industria. Pero, ¿cuáles son las grandes preocupaciones de la banca y de los inversores?
1. Las pérdidas crediticias
Durante los momentos más crudos de la crisis de deuda periférica, el coste del riesgo se disparó en los bancos españoles hasta los 520 puntos básicos. Ahora, nadie espera que se llegue a esos niveles, pero fuentes del sector sí que explican que es probablemente la pregunta más repetida de los inversores. En este sentido, la banca española ha actualizado los niveles de coste del riesgo esperados. BBVA ha sido la entidad más pesimista, dibujando un repunte para este año al entorno de los 150-180 puntos básicos.
Más allá de hasta qué punto repunten las pérdidas en préstamos en el año, también es clave saber cuándo pueden empezar a caer y cómo pueden beneficiar las medidas de los gobiernos y reguladores para hacer esta crisis más manejable. "Un tema importante es que los bancos esperan que algunas medidas clave de los gobiernos (principalmente las garantías a los préstamos ICO y las vacaciones de pagos para los prestatarios) probablemente reduzcan la formación de créditos dudosos y la lleven más allá de 2020. Por lo tanto, probablemente las pérdidas se extiendan a lo largo de 2-3 años en lugar de cristalizarse en 2020", indican en Goldman.
2. El nivel de capital
El gran hándicap de la banca española con respecto a sus competidores europeos durante estos años ha estado en su nivel de capital. Según los últimos datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), a cierre de 2019 la ratio de solvencia de máxima calidad del sector en España se situaba en el 11,9%, tres puntos por debajo de la media continental.
"Los inversores deben ser cautos sobre la duración de la crisis y sus consecuencias a medio plazo para aquellos bancos que hayan reducido sus colchones. No vemos las ampliaciones de capital como un escenario base, pero el diferencial del coste del capital puede abrirse entre aquellos con mayores y menores colchones", indican en Jefferies.
3. El alivio regulatorio
En todo caso, el regulador ya ha flexibilizado sus exigencias y la pregunta que se hacen los inversores es en qué se traduce esta mayor flexibilidad, cómo impacta y cuál será la duración de las mismas. Desde el propio BCE han intentado ahuyentar los miedos de los inversores: "A veces he oído que los bancos podrían no estar dispuestos a usar sus colchones por la preocupación de que cambiemos las normas de flexibilización y pidamos que se vuelvan a rellenar rápidamente. Quiero asegurar a todas las partes que trabajaremos para diseñar un camino bueno y creíble a la normalidad, teniendo en cuenta la severidad del shock, las circunstancias específicas de cada banco y la necesidad de preservar su rol de prestamistas para la economía real en la recuperación", indicó Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) en un encuentro organizado por Unicredit.
En este sentido, desde UBS consideran que la situación de capital de los bancos "no da motivos de preocupación inmediatos" y que, de hecho, "su posición se ha fortalecido desde que se aceleró la crisis". Así, señalan varias áreas de protección regulatoria que han ayudado al sector. Un beneficio antes de provisiones más fuerte incrementa la capacidad de absorción de pérdidas y las garantías del gobierno ofrecen algo de protección ante el inevitable deterioro de la calidad de los activos. También se amplían los colchones CET1 al permitirse que hasta el 45% del pilar 2 de capital pueda ser completado con deuda AT1 y T2. Además, se permitirá que se deduzca del capital menos parte por la inversión en tecnología o por prestar a pymes o incluso que las pérdidas latentes por los bonos gubernamentales no computen contra el capital en 2020 y 2021.
4. Exposición por sectores
En un contexto en el que la visibilidad sobre los beneficios es muy reducida, a nadie se le escapa que hay sectores más afectados que otros y una de las grandes preguntas a los equipos de relaciones con inversores gira en torno a la exposición a los sectores más afectados por esta crisis. Según los cálculos de UBS, la banca española tiene 135.000 millones a cierre de 2019 en préstamos a las industrias más afectadas por el Covid-19, lo que supone el 10% del libro total.
5. La vuelta del dividendo
En una conferencia realizada por Bank of America en mayo, el 90% de los asistentes afirmó que tenía bancos en cartera por la rentabilidad del dividendo, lo que da una idea de la importancia que tiene saber cuándo pueden volver las entidades a pagar dividendo. Los bancos en Europa han suspendido el pago de casi 30.000 millones y en España la cifra supera los 4.700 millones. De momento, el BCE ha restringido la retribución al accionista durante todo este año y como tarde el 1 de enero de 2021 decidirá si se extiende más esta restricción.