Joaquín Leguina
- 13/06/2018, 00:20
El jueves 7 de junio tuve que volar a La Coruña para dar allí una charla. Como estoy avisado, llego al aeropuerto con la carta de embarque y entro en la T-4, que se ha convertido en un Corte Inglés lleno de tiendas por doquier. Llevo una maletilla sin nada sospechoso dentro (tijeras, frascos...). Meto todo lo metálico en la chaqueta y hago pasar las dos cosas por el escáner. Pero antes de pasar el cuerpo por el otro escáner, una vigilante me dice: "Quítese el cinturón". Le contesto: "Se me caerán los pantalones", a lo que ella replica sonriendo: "No sería usted el primero". Me resigno y paso sujetándome con una mano el pantalón.