Empresas y finanzas

Dimas Gimeno prometió hasta 200 millones a Al Thani si tenía minusvalías en El Corte Inglés

El presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, hizo múltiples concesiones para que el inversor catarí Hamad bin Jassim bin Jaber al Thani concediera en 2015 un préstamo a El Corte Inglés por importe de mil millones de euros. El multimillonario árabe otorgó ese crédito a cambio de hacerse al cabo de tres años -el plazo concluye el próximo mes de julio- con un 10% del capital.

No obstante, y según ha podido confirmar este periódico, en el contrato se establecieron numerosas cláusulas para cumplir con las exigencisa del inversor. Así, Gimeno le garantizó, por ejemplo, que en el caso de sufriera un quebranto patrimonial tras una venta o una colocación en bolsa, sería indemnizado por un importe de hasta 200 millones de euros.

Hay que tener en cuenta que en el acuerdo se contemplaba ya que, al cabo de tres años, tal y como de hecho ha sucedido, Al Thani podría exigir que se pusiera en marcha una comisión para empezar a estudiar el salto al mercado a través de una OPV, una Oferta Pública de Venta de acciones. Eso sí, El Corte Inglés dejó también por escrito que ese hipotético salto a los mercados no tenía porque ser inmediato, estableciéndose otros dos años más de plazo, en este caso hasta 2020 para que Al Thani pudiera hacer una exigencia formal.

Intereses

El 10% del capital que recibirá con cargo a la autocartera podría, además, incrementarse sustancialmente teniendo en cuenta una serie de compromisos y garantías. Al Thani puede decidir, por ejemplo, si cobra los intereses del préstamo -se estableció un cupón anual del 5,25%- en efectivo o si, por el contrario, los capitaliza e incrementa su participación en otro 2,25% adicional, con lo que se haría hasta con el 12,25% de las acciones. Y eso, además, no es todo.

Dimas Gimeno, que en ese momento era presidente ejecutivo, se comprometió también a que el ebitda (resultado bruto operativo) de El Corte Inglés creciera durante los tres primeros años a un media anual del 12% y es algo que, bajo su gestión, no se ha logrado. El Corte Inglés aumentó su ebitda un 10,4%, hasta 912 millones de euros, en el ejercicio cerrado el 28 de febrero de 2016, en el primer año tras la firma del acuerdo. El segundo ejercicio el ritmo se ralentizó y el ebitda creció tan solo un 7,5%, hasta 981 millones. En la práctica, esto significa que para poder cumplir el compromiso con Al Thani el ebitda debería haber crecido el último año un 18%, algo poco probable.

Gimeno está tratando ahora de convencer a Al Thani para que le apoye en el conflicto abierto con las hermanas Álvarez. Pero es algo que, por el momento, no ha conseguido. A pesar de las múltiples conversaciones telefónicas y un encuentro incluso en Londres, Al Thani se mantiene por ahora firme en la abstención y ni siquiera la promesa de empezar a trabajar en la salida a bolsa le ha hecho cambiar de opinión.

A la espera de lo que suceda en el consejo de administración en el que se vote la destitución de Gimeno, que se convocará previsiblemente esta semana, las batallas internas entre las familias propietarias de El Corte Inglés amenazan con dejar fuera del consejo de administración de la empresa hasta un 16% de su capital.

Antecedentes

Tras el acuerdo firmado por Gimeno con Al Thani, Corporación Ceslar, la sociedad patrimonial de la familia Areces, que agrupa un 9% de la compañía, llevó entonces la operación ante los tribunales. El Corte Inglés respondió y acabó expulsando del consejo de administración a la representante de Ceslar, Carlota Areces, bajo la acusación de haber filtrado las deliberaciones internas del máximo órgano ejecutivo.

Ceslar no ha vuelto desde entonces a entrar en el consejo de administración y lejos de calmarse, la tormenta accionarial recobra virulencia. El pasado miércoles 30 de mayo, en plena guerra entre Dimas Gimeno y las hermanas Marta y Cristina Álvarez, la compañía celebró uno de los consejos más tensos de toda su historia y lo que debía limitarse a una aprobación de las cuentas, acabó en un fuego cruzado de reproches. Gimeno exigió profesionalizar el grupo, adaptar los órganos de gestión a las normas de buen gobierno, poner en marcha un plan estratégico y sacarla a bolsa.

Su problema es que, liderado por las Álvarez el consejo en bloque le recordó que ya no tiene funciones ejecutivas, una tarea que recae en los dos consejeros delegados, Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa, recriminándole además que ha incurrido en la misma actitud por la que se expulsó a Ceslar hace tres años: la filtración de noticias.

Y en esta ocasión, además falsas, según le avisó el resto del órgano ejecutivo. En el entorno del grupo no se descarta así que además de ser destituido, Gimeno podría ser expulsado del consejo, con lo que hasta un 16 por ciento del capital -las acciones de Ceslar y la familia de Gimeno- se quedaría sin representación.

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