Economía

La inflación de EEUU complica el dilema de la Fed: el IPC repunta al 3,2% en julio pero la subyacente se suaviza bajo el 5%

Billetes y monedas de dólar, la divisa de Estados Unidos. Fuente de la imagen: iStock.
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La desinflación se frenó el mes pasado en Estados Unidos. El índice de precios al consumo (IPC) ascendió del 3% de junio al 3,2% interanual en julio, según los datos publicados este jueves por la Oficina de Estadísticas Laborales del país (BLS, por sus siglas en inglés). Se trata del primer incremento en 13 meses. En cambio, al IPC subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos (por ser más volátiles), se ha moderado por cuarto mes consecutivo y se ha situado en el 4,7% interanual, su tasa más baja en 21 meses (desde octubre de 2021).

Las mencionadas referencias han sido mejores de lo pronosticado por los expertos, lo que ha exaltado las expectativas en el mercado de que los tipos de interés no subirán más en EEUU en el corto plazo. Prueba de ello es que, tras la publicación del IPC, el dólar se ha girado a la baja en su cruce contra la moneda comunitaria llegando a cotizar por menos de 0,905 euros. Por lo general, al billete verde le favorecen las perspectivas de encarecimiento del precio del dinero y le perjudican las de abaratamiento de este. 

"Tras 12 meses de caídas, la inflación general podría empezar a subir", aseguró ayer en un comentario Ben Laidler, estratega de mercados globales del broker eToro. El consenso de analistas esperaba que el IPC americano ascendiera al 3,3% interanual en el séptimo mes, por lo que el incremento ha sido más contenido de lo augurado. 

"La aceleración de la inflación es un poco engañosa. El IPC interanual está muy influido por los efectos de base, una peculiaridad matemática dado que la inflación tocó techo hace un año", señala en un comentario Callie Cox, analista de inversiones de EE UU de eToro.

En cuanto al IPC subyacente, los expertos, en general, habían vaticinado que se mantendría en el 4,8% interanual (nivel al que descendió en junio). Laidler incluso anticipó que repuntaría "ligeramente hasta el 4,9% antes de bajar al 4,7% el mes que viene", si bien este analista de eToro realmente se hacía eco de la encuesta Nowcasting de la Reserva Federal (Fed) de Cleveland.

"La reciente moderación del IPC subyacente está siendo impulsada principalmente por el deterioro del panorama económico, con las pasadas subidas de tipos de la Fed lastrando la demanda en las categorías de gasto más sensibles a los intereses", aseguraron Anna Wong, Stuart Paul y Jonathan Church, economistas de Bloomberg, en un comentario de esta mañana.

La vivienda aviva la inflación

En tasa mensual, tanto el IPC general como el subyacente se incrementaron un 0,2% en julio, en línea con lo previsto por los analistas. Se trata igualmente dela misma tasa registrada en junio.

Detrás de ese aumento mes a mes está el encarecimiento de la vivienda en Estados Unidos. "El índice de la vivienda fue, con mucho, el que más contribuyó al aumento mensual de todos los artículos" de la cesta de la compra, representando más del 90%, según explica la BLS en su comunicado

En cuanto a los precios de los alimentos, subieron un 0,2% el mes pasado en comparación con junio (cuando se elevaron un 0,1% mensual).

En tasa interanual, el índice de alimentos en el hogar escaló un 3,6%. En detalle, los cereales y otros productos de repostería se encarecieron un 7% interanual. En cambio, los precios de la carne, el pollo, el pescado y los huevos bajaron dos décimas. 

El dilema de la Fed

Los datos de inflación en Estados Unidos son importantes no solo por tratarse de la mayor economía del mundo, sino porque, además, son determinantes para poder anticipar la futura evolución de los tipos de interés en el país. Es la Reserva Federal (en concreto, su Comité Federal de Mercado Abierto o FOMC) la que decide cuánto cuesta el dinero en EEUU. Una competencia que no es baladí, pues la subida o bajada de los tipos tiene consecuencias más o menos directas, y más o menos tardías, en la economía norteamericana en general (y en los bolsillos de los estadounidenses en particular).

De hecho, la Fed debe variar los tipos para garantizar "precios estables" en Estados Unidos, además de "promover eficazmente los objetivos de máximo empleo", tal y como le ordena la Federal Reserve Act de 1913. El organismo monetario tiene como meta situar la tasa de inflación general en el 2%.

Ante la desbocada subida de los precios que comenzó a finales de 2021, el banco central empezó en marzo de 2022 a elevar los tipos de interés con fuerza. Ello después de haberlos situado en el mínimo histórico del 0% durante la crisis del covid-19 (haciendo el dinero 'gratuito' para estimular la economía). En 16 meses la Fed ha aumentado los tipos 550 puntos básicos para ahogar la demanda (y aliviar así la presión sobre la inflación por ese lado). Tras la última reunión del FOMC, hace dos semanas, los tipos de interés escalaron al rango del 5,25%-5,50%, el más alto en 22 años.

Sin embargo, no está claro que la Reserva Federal vaya a seguir endureciendo su política monetaria en los próximos meses. Tras la cita de julio, el ente emisor dejó la puerta abierta a hacer una pausa en las alzas de los tipos en su próxima reunión, prevista para los días 19 y 20 de septiembre.

La Fed ya hizo una 'parada técnica' en junio, pero los expertos tienen la expectativa de que la potencial pausa a final de verano sea la definitiva, lo que implica que el precio del dinero podría haber tocado ya techo al otro lado del Atlántico.

¿Qué pasará con los tipos en septiembre?

Ryan Sweet, economista jefe en EEUU de Oxford Economics, asegura que el IPC de julio "no cambiará el plan inmediato de la Fed ni su estrategia de comunicación, ya que [desde el banco central] seguirán señalando que aún no han ganado la batalla de la inflación".

No obstante, este experto espera que "la Fed se salte las subidas de tipos en septiembre y noviembre, cuando la inflación debería haberse desacelerado aún más", según dice en un análisis de este jueves.

El pasado viernes, el informe de empleo en EEUU de julio mostró que el mercado laboral norteamericano continúa tensionado, con la tasa de paro en el 3,5% (nivel próximo al mínimo histórico), dando margen al FOMC para acometer más subidas de los tipos.

Las posiciones dentro del comité están muy divididas. Esta misma semana, mientras Patrick Harker, presidente de la Fed de Filadelfia y miembro del FOMC, ha abogado por dejar los tipos de interés como están, la gobernadora de la Fed Michelle Bowman ha asegurado que "muy probablemente" hagan falta más incrementos para alcanzar el objetivo de inflación.

Además, antes de septiembre se conocerán los datos de IPC (entre otros) relativos a agosto, que podrían no ser favorables a una pausa de la Reserva Federal, según advertían esta mañana los economistas de Bloomberg.

Antes de conocerse el IPC hoy, la herramienta FedWatch de CME mostraba que eran mayoría (el 84,5%) los inversores que esperan una pausa en los tipos el próximo mes. Ese porcentaje ha subido al 90,5% casi de forma inmediata tras conocerse la inflación de julio. 

¿Cuándo logrará la Fed su objetivo con la inflación?

En sus perspectivas económicas, actualizadas por última vez en junio (y que se revisarán en septiembre de nuevo), la Fed pronosticó que el IPC será del 3,2% de media en 2023, descendiendo al 2,5% el año que viene y al 2,1% ya en 2025.

De esta forma, el organismo monetario no espera doblegar la inflación hasta dentro de dos años, como pronto, al igual que le sucede al Banco Central Europeo (BCE) en la eurozona y al Banco de Inglaterra (BoE) en Reino Unido.

El consenso de analistas recogido por Bloomberg es más pesimista, pues estima que la inflación en EEUU este año será del 4,1% (casi un punto porcentual más de lo pronosticado por el FOMC), del 2,5% en 2024 y del 2,3% al año siguiente.

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