Periodista especializada en Banca y Finanzas.

César González-Bueno, consejero delegado de Sabadell, rompe su silencio tras la opa presentada por BBVA para hacerse con el banco catalán hace una semana. El primer ejecutivo de la entidad defendió la decisión tomada por su consejo de administración el pasado día seis de mayo al tiempo que detalló claramente que la propuesta llegó "sin negociaciones previas" durante una mesa de debate en el 19 Foro de Banca Surfing the wave of uncertainty organizada por IESE y FTI Consulting. Esta versión choca con la de Carlos Torres, presidente de BBVA, que señaló el día que presentó la oferta hostil que existía un diálogo que fue dinamitado por la filtración de estas intenciones. A este respecto, fuentes de BBVA señalan que "reafirmamos, tal como dijimos en la rueda de prensa del 9 de mayo, que los contactos se iniciaron a mediados de abril".

La banca encara un nuevo requerimiento de solvencia con el llamado colchón de capital anticíclico, una red que el supervisor puede fijar para acopiar recursos en los momentos buenos del ciclo que le ayuden a vadear un peor escenario económico sin restringir el grifo del crédito. La hucha costará a BBVA hasta unos 1.216 millones en capital y otros 475,71 millones a Sabadell, pudiendo llegar en el caso de Santander a unos 1.600 millones.

La oferta de BBVA sobre Sabadell podría dejar al futuro grupo sin las plusvalías de fusión que han disfrutado otros bancos al integrarse como CaixaBank y Bankia o Unicaja y Liberbank por la valoración realizada del banco catalán. En esta dos últimas operaciones y otras previas, el grupo resultante pudo anotarse jugosas ganancias extraordinarias por el mero hecho de integrar una entidad cuyo valor de transacción resultaba inferior al valor contable.

BBVA ofrece a los accionistas de Sabadell una acción propia por cada 4,83 títulos del banco catalán. Su propuesta llevaba implícita una prima del 30% frente a la cotización de ambos bancos antes de que se filtrase la operación, que ha quedado diluida con la posterior evolución bursátil de ambos valores, y BBVA aseguró que no habrá mejora.

El Gobierno ha elevado su rechazo a la opa de BBVA sobre Banco Sabadell al Banco Central Europeo (BCE). El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, desveló ayer haber compartido con la presidenta del brazo de supervisión del BCE, Claudia Buch, las preocupaciones por el "posible efecto lesivo en términos de competencia". Un movimiento que ocurre después de que el mismo ministro y otros miembros del Ejecutivo hayan avisado de que podrían vetar la fusión de ambas entidades, algo que sería un obstáculo no menor a la transacción.

La nueva intentona de BBVA para hacerse con Banco Sabadell provocará que la entidad catalana quede paralizada durante más de medio año por el deber de pasividad que exige el proceso de opa. Esta parte de la norma obliga a que los gestores de la compañía, en este caso el consejo de administración como su máxima expresión, no realicen ningún movimiento que pueda considerarse una injerencia en el transcurso de una operación de estas características. De acuerdo con los tiempos estimados por BBVA y que comunicó ayer al mercado,esta situación podría extenderse durante más de seis meses.

La ofensiva hostil de BBVA tiene por delante un camino nada fácil, donde deberá convencer no sólo al 50,01% del capital de Sabadell, sino también a un Gobierno hoy decidido a no darle el visto bueno a la fusión y recabar el plácet de un puñado de autoridades de competencia. La cúpula de BBVA defiende las bondades de la operación para los accionistas de ambos bancos, sus plantillas y los clientes, pero si cuaja la fusión deberán encarar también difíciles ajustes de personal y quién sabe si en el negocio, dada la alta concentración.

La fusión de BBVA y Sabadell crearía el segundo mayor banco del país después de Santander, con más de 656.000 millones de euros en activos solo en España, y agravaría la ya elevada concentración de negocio en manos de pocas entidades financieras. Si triunfa la opa del grupo vasco, entre el nuevo gigante, CaixaBank y Santander se repartirían casi el 74% del crédito otorgado a clientes en España (roza los 931.500 millones de euros), el 64,99% de los activos del sector financiero y el 35% de las sucursales bancarias. En Cataluña y Valencia, los tres grandes bancos coparían más del 80% de las oficinas bancarias, siendo un tercio del total propiedad del grupo que surgiese de la nueva fusión.

Juan Manuel Pino (Madrid, 1976) tomó las riendas de CA Auto Bank como responsable de España, Portugal y Marruecos a comienzos de este año. El directivo madrileño atiende a elEconomista.es para analizar los próximos movimientos de la entidad de Crédit Agricole en España.

El empresario mexicano David Martínez, consejero dominical del banco catalán y máximo accionista individual con un 3,49% de su capital, se abstuvo en el consejo de administración donde Sabadell rechazó la oferta de BBVA para conformar el segundo banco del país, con el argumento de que infravaloraba su proyecto y potencial. La decisión del inversor, apodado el "fantasma de Wall Street" o "inversor fantasma", deja en el aire la incógnita sobre su posición y si podría ser uno de los accionistas que BBVA sondeó, con una respuesta positiva.