
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo advirtió al presidente de BBVA, Carlos Torres, de que no veía bien lanzar una opa hostil sobre Banco Sabadell la noche antes de que se produjera esta operación. Así lo confirman a elEconomista.es fuentes al tanto de estas conversaciones que señalan que el contacto entre el titular de la cartera y el presidente de la entidad de origen vasco fue constante desde que el pasado día 30 de abril BBVA llevase a cabo el primer comunicado al mercado acerca de la operación que ahora se ha convertido en un movimiento hostil.
Apenas unas horas después de que se produjera este movimiento, el propio Cuerpo señaló públicamente su rechazo a la "forma y el fondo" con el que BBVA había llevado a cabo esta tercera intentona para hacerse con Sabadell. Así, en declaraciones a TVE apuntó que es el Gobierno el que tiene "la última palabra" para que la operación pueda salir adelante.
Entonces Cuerpo apuntó que esta forma de actuar por parte de la entidad de origen vasco puede suponer un elemento de "inestabilidad, incertidumbre y volatilidad". "Yo creo que hay un argumento claro y una visión muy determinada por parte del Gobierno de tener y de conservar un sector financiero fuerte, solvente, pero que piense y, sobre todo, siga profundizando en nuestra agenda social de inclusión financiera y teniendo en mente a sus clientes", reiteró entonces.
Entre sus argumentos para decir no a esta operación, también explicitó la posibilidad de que una operación de estas características pueda "perjudicar a la cohesión territorial y a la vertebración del territorio" en términos de empleo y de actividad.
Fuentes financieras señalan a elEconomista.es que en Europa siempre ha existido un marco de entendimiento y estabilidad entre las diferentes entidades financieras, como también predica el supervisor europeo, el Banco Central Europeo (BCE). Esto ha hecho que durante años las fusiones que se han llevado a cabo en el mercado financiero del Viejo Continente hayan sido amistosas o derivadas de que alguna de las dos partes implicadas tenía determinados problemas para seguir operando en solitario. Para encontrarse con una opa hostil entre dos bancos hay que remontarse a antes de la crisis del boom inmobiliario, es decir, a hace casi veinte años.
Próximos movimientos
Los próximos movimientos de esta operación pasan por que el próximo mes el propio Banco BBVA tiene que hacer oficial esa presentación de la opa ante la CNMV, que deberá aceptarla y autorizarla, y para ello necesita del visto bueno del Banco Central Europeo (BCE). Además, el BBVA tiene que prenotificar a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que va a ir adelante con esta opa.
Una vez autorizada por parte de la CNMV, el siguiente paso es que se irá produciendo esta opa en paralelo a los informes y al análisis que hará la CNMC con respecto al grado de concentración que implica esta operación.
Sería justo en este punto en el que el Gobierno podría llegar a intervenir para vetar la operación hostil de BBVA para la adquisición de Banco Sabadell. Ahora la entidad de origen vasco tendrá que empezar este proceso que durará previsiblemente más de seis meses y, como consecuencia, podría extenderse hasta bien entrado el próximo año 2025.