
BBVA quiere hacerse con Sabadell en esta segunda intentona con una ecuación de canje de una acción de nueva emisión de BBVA por cada 4,83 acciones de Banco Sabadell. Así lo comunicó a la entidad catalana en una carta enviada ayer a su consejo de administración. De esta forma, la entidad fija una prima del 30% sobre los precios de cierre de ambas entidades el pasado 29 de abril, el día antes de que saliese la operación a la luz.
En concreto, el precio ofrecido lleva implícito una prima del 29,7% tomando en consideración para el cálculo la cotización de ambos bancos el pasado lunes 29, víspera de que se filtrase la operación. Por entonces las acciones de BBVA cotizaban a 10,90 euros, llevando la capitalización del grupo a 63.834,2 millones, y Sabadell a 1,74 euros, con valor bursátil total de 9.713,35 millones.

La revalorización de las acciones de ambas entidades hace que si se calcula la prima sobre los precios medios en el parqué de los últimos meses este porcentaje suba de forma relevante, llegando al 42% sobre las medias ponderadas del último mes y al 50% sobre los últimos tres meses. Así, tras la fusión, los accionistas de Banco Sabadell tendrían un 16% de participación de la entidad resultante.
En el lado del gobierno corporativo, uno de los grandes escollos en una operación de estas características, BBVA propone la incorporación de tres sillones de consejeros no ejecutivos al máximo órgano de la entidad, uno de ellos como vicepresidente. La formulación de reparto de poder está en línea con la que acordó en la fusión frustrada de 2020, con mayor representación para el banco catalán. En aquel momento se estipuló la presidencia de Carlos Torres al frente del nuevo grupo y una vicepresidencia de nueva creación para Josep Olui, su homólogo en Sabadell. BBVA nombraba al consejero delegado, cargo que ocupa Onur Genç en el dicho banco, y el número dos de la entidad catalana, Jaime Guardiola, se mantendrían vinculado al grupo durante una etapa para facilitar la transición. La oferta es que nombren a tres de los vocales en el futuro consejo de administración, uno en calidad adicional de vicepresidencia, frente a los dos sillones que se preveían ocupar por entonces.
Además, la propuesta recoge una de las históricas reclamaciones de una parte del banco, la vuelta de la sede a Cataluña. Sabadell fue uno el primer banco y una de las primeras empresas en salir de esta región con el Procés. Esta distribución operativa es continuidad también de esquema dibujado por entonces cuando la pretensión era mantener la sede en Bilbao, con centros operativos tanto en Madrid como en Barcelona.
Integración de plantillas
Con respecto a la integración de las plantillas, la propuesta recoge la voluntad de llevar a cabo "el mejor proceso de integración, buscando potenciar al máximo el talento existente en ambas entidades", "sin adoptar medidas traumáticas o que afecten singularmente a los empleados con origen en una de las dos entidades".
"Estamos preparados para avanzar de inmediato en la operación", señala la carta que el consejo de administración de BBVA envió ayer a mediodía al de Sabadell. La misma misiva muestra "la ambición de ser el mayor banco por capitalización bursátil de la zona euro".
A diferencia de 2020, el conocimiento del interés de BBVA y la formulación de la oferta ha sido casi instantáneo, impidiendo la repetición del rally bursátil en el Sabadell que estuvo en el centro de la disputa por el precio. En aquel momento, la cúpula del banco vasco admitió intereses en operaciones corporativas y el mercado puso el foco al instante en la entidad catalana por sus vulnerabilidades. Cuando el grupo liderado por Torres formuló la oferta incluía una prima similar a la actual sobre la cotización del Sabadell antes de volar en bolsa, y esta última entidad exigía una formulación más generosa tomando de base la cotización del momento en el que se oficializó el interés de compra.