Bajadas masivas de impuestos sin recortes de gasto en un entorno de tipos de interés al alza y con una recesión a la vuelta de la esquina. Este es el cóctel perfecto para una crisis de deuda, y el nuevo Gobierno del Reino Unido lo ha puesto práctica (por unos días) con desastrosos resultados. Los analistas esperan que esta 'metedura de pata' que ha obligado a dar marcha atrás a Liz Truss con algunas de promesas fiscales sirva de lección a Giorgia Meloni y el nuevo Gobierno de Italia. Si la coalición de derechas decide cumplir con sus promesas electorales, la Eurozona corre el riesgo de sufrir una nueva crisis de deuda. Los inversores han visto que en cuestión de horas pueden poner patas arribas los mercados de una economía grande y forzar la intervención del Banco de Inglaterra. Si Italia prueba suerte, el Banco Central Europeo y la Eurozona (Bruselas) se enfrentarán a una situación compleja.