Empresas y finanzas

El bucle de los tipos de interés negativos que amenaza a la banca europea y que puede dañar la economía

  • Axa ve un 40% de probabilidades que el BCE no se mueva hasta 2022
  • La rentabilidad de los bancos se resentiría y afectaría al crédito
  • Se puede producir un bucle de baja inflación, crecimiento y tipos negativos
Foto de Alamy

Junio de 2014, la Eurozona se encontraba inmersa en un proceso de desinflación (una inflación cada vez menor) y el Banco Central Europeo (BCE) se adentró en el mundo de los tipos negativos. Marzo de 2019, los tipos negativos persisten y la desaceleración económica retrasará la vuelta a la normalidad. Los bancos temen que este bucle (debilidad económica, bajas expectativas de inflación y tipos negativos) se prolongue y siga dañando su rentabilidad, un escenario que ha ganado enteros en los últimos meses y tiene al sector bancario en vilo.

Apolline Menut y Alessandro Tentori, analistas de crédito de Axa Investment Managers, comentan en una nota que "la economía de la Eurozona se ha desacelerado de forma significativa el pasado año, desde un ritmo del 2,5% anualizado, al 1%. La inflación subyacente está pegada al 1% desde 2016. Este contexto poco favorable podría evitar la normalización monetaria, elevando las probabilidades de nuestro escenario de riesgo (que implica el estancamiento del BCE) hasta el 40%".

Bajo este escenario, los analistas de Axa creen que el BCE mantendría el tipo sobre facilidad de depósito en el -0,4% al menos hasta el año 2022, cuando se espera la llegada del próximo ciclo de crecimiento. Este tipo determina el interés que las entidades de crédito reciben por sus depósitos (por aparcar su dinero) a un día en el banco central. Este tipo de interés es negativo desde junio de 2014. Mientras tanto se podrían ver rentabilidades más bajas por más tiempo, "con el riesgo de escasez de activos que sirvan de colateral que podrían presionar las rentabilidades a un territorio más negativo todavía".

La banca europea acumula más de 1,2 billones de euros en exceso de reservas en el Banco Central Europeo. Esta es la cantidad que supera el nivel de reservas requeridas por la institución y que está penalizada con un tipo negativo del -0,4%. Los agentes económicos están mostrando una gran preferencia por la liquidez (una trampa de liquidez típica cuando los tipos tocan con su límite inferior). Los bancos mantienen su dinero en reservas en el banco central en lugar de prestarlo, mientras que familias y empresas lo mantienen en activos líquidos en lugar de consumir e invertir. Esta trampa de liquidez está saliendo cara a la economía y a los bancos.

Los expertos de Axa creen que "otros tres años de tipos negativos pesarían sobre la rentabilidad de los bancos y podría reducir el apetito por la concesión de crédito". Como explicaban cuatro economistas del Banco de Noruega en un trabajo publicado por el banco central, un una política monetaria con tipos negativos del -0,5% (la del BCE es del -0,4%) incrementa el coste del crédito en unos 15 puntos básicos y reduce el crecimiento en unos 7 puntos básicos.

Las expectativas de familias y empresas muestran una inflación baja por mucho tiempo, lo que también presiona a la baja el crecimiento de los salarios. "La combinación de factores técnicos como el tipo negativo sobre la facilidad de depósito, la escasez de colateral, de activos seguros, el exceso de liquidez en el Eurosistema y la reinversión del programa de compra de bonos es probable que impidan la subida de rentabilidad del Bund alemán", comentan desee Axa.

"Además, el contexto macreconómico (de desaceleración) bajo nuestra escenario de riesgo podría crear un bucle que llevase a una mayor apreciación de los activos seguros como el Bund (mayor precio y menor rendimiento)". La demanda de los activos seguros y la liquidez al alza, mientras que el crédito y la economía real seguirían sufriendo estas consecuencias.

Menos crédito y más caro

Los bancos podrían encarecer el crédito o reducirlo ante este contexto. los tipos negativos implementados por los bancos centrales no se trasmiten al sistema financiero porque resulta muy complejo que los bancos comerciales pongan tipos negativos a sus depositantes. Este límite surge porque los clientes puede optar por acumular sus ahorros en billetes si el banco les cobra demasiado. De este modo, las entidades perderían una de sus principales fuentes de financiación, los depósitos de familias, empresas u otros agentes, explicaban los economistas del Banco de Noruega.

"Muchos activos, como las hipotecas en España, Italia o Portugal, tienen tipos flotantes que normalmente están referenciados al euribor, que ha caído drásticamente como respuesta a la política monetaria. Sin embargo, la mayoría de los pasivos, y sobre todo los depósitos, no se han ajustado en el mismo grado", coinciden los economistas de Axa con los del Banco de Noruega. En el caso de los países cuyas hipotecas tienen tipos fijos, el sufrimiento también ha terminado llegando a través de las renegociaciones de los hipotecados con sus bancos.

La nota de Axa alerta de que la extensión de los tipos negativos retrasará la recuperación completa de los bancos, que por ahora han mejorado sus fundamentales aumentando capital y reduciendo la morosidad, pero tienen la asignatura pendiente de la rentabilidad. Para aprobar esta última asignatura se necesitan unos tipos de interés más altos y una curva de tipos más pronunciada (lo contrario al aplanamiento de la curva) que incremente el margen neto por intereses.

Si el escenario actual persiste más tiempo, los beneficios que han tenido los tipos negativos sobre la economía y la demanda de crédito comenzarán a desvanecerse, mientras que los problemas de rentabilidad de los bancos persistirán. Si los beneficios se resienten, el crédito y la economía también podrían hacerlo, tal y como alertaba el trabajo del Banco de Noruega. Los tipos negativos reducen la rentabilidad de la banca, lo que supone un lastre para el crédito y a su vez obstaculiza el crecimiento económico y de la inflación. El bucle infinito al que se enfrenta la banca y economía de la Eurozona. "No vemos una medicina eficiente para inmunizar al sistema bancario del coste que supondrían otros tres años de tipos negativos".

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