La rentabilidad del bono estadounidense a dos años está recogiendo temores de recesión. Su rendimiento es hoy 80 puntos superior al del título a diez años, el T-Note. Un diferencial que se ha moderado desde ayer, cuando la brecha era de 86 puntos básicos, la mayor desde hace 40 años, cuando el mundo se encaminaba a una crisis de deuda.

Las grandes tecnológicas acostumbran a estar en el punto de mira de los reguladores debido a su escala, adquirida a lo largo de los años. No en vano, son las compañías de mayor capitalización del mundo desde que desplazaron a las petroleras de ese ranking. Precisamente en sus antecesoras, los gigantes de internet encuentran un precedente de lo que ocurre cuando se está en el foco del escrutinio. Algo que, como la historia ha demostrado, no tiene por qué ser malo.

El mayor inversor en capital riesgo del mundo ha cortado el grifo de la liquidez. SoftBank, que acostumbraba a regar a las startups con dinero, se ha pasado a la disciplina financiera. Ese cambio de estrategia ha llevado al gigante asiático a registrar su mínimo histórico de inversión. La firma solo ha cerrado ocho operaciones en el último trimestre.

La Reserva Federal (Fed) ha cumplido con el guion, elevando los tipos de interés en solo 25 puntos básicos, llevándolos al entorno de entre el 4,5% y el 4,75%. Con esta subida, los costes de financiación se sitúan en su nivel más alto desde 2007. Según su último comunicado, reconocen que la inflación ha descendido, pero no lo suficiente.

El ajuste monetario del Banco Central Europeo (BCE) ha devuelto el atractivo a las letras del Tesoro, hasta el punto colapsar la web del organismo. Este escenario dista mucho de lo que ocurría hace unos meses, cuando la deuda española a más corto plazo era ignorada por los inversores. Entonces, estos tenían que pagar por prestar con los tipos de interés en negativo. Pero ahora la fotografía financiera ha cambiado mucho y el retorno de las letras, también.

Como quien se levanta por la mañana con según qué pie, el primer mes del año guarda una correlación con el fin del mismo. En la mayoría de ocasiones en las que los índices han firmado un enero alcista, ese arranque se ha convertido en un ejercicio, asimismo, alcista. En el Ibex 35, esa regla se cumple en el 72% de los casos y, en el caso del EuroStoxx 50, esa correspondencia es del 75%.

La crisis energética ha fraguado un récord en el mercado del crudo. Gracias a las tensiones derivadas de la invasión rusa de Ucrania, Exxon Mobil está reviviendo los mejores momentos de su historia. La petrolera estadounidense se benefició de un shock de los precios del barril allá por 2008. Ahora, la historia se repite. La firma ha obtenido un beneficio histórico de 55.700 millones de dólares en el ejercicio cerrado. Este hito supera lo que fue el mejor resultado de la historia corporativa de Estados Unidos, protagonizado por la petrolera cuando obtuvo 42.500 millones de beneficio hace 15 años. Entonces, ninguna otra empresa había logrado algo similar y, ahora, Exxon Mobil bate su propia marca.

La Premier League ha empezado a competir en formato token no fungible (NFT, por sus siglas en inglés). La liga británica de fútbol ha cerrado un acuerdo de cuatro años con la firma de fantasy game Sorare, de forma que la competición real se traslada a la plataforma. En ella, los aficionados pueden formar sus alineaciones, jugar torneos, negociar con cromos y obtener recompensas en ethereum. Y todo ello, esquivando la volatilidad del mercado de las criptomonedas.

Las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) ya se están reflejando en el mercado crediticio español. La demanda de financiación de las pequeñas y medianas empresas (pymes) -es decir, casi la totalidad de las compañías nacionales- ha caído a su nivel más bajo desde 2009, coincidiendo con la crisis financiera y desde que hay registros, hasta el 21%, según el Banco de España (BdE). Ese descenso de las peticiones de crédito se ha observado en los últimos meses, entre abril y septiembre del año pasado.

Los inversores han cambiado su mirada sobre Tesla. Desde que ha empezado el año, ven a la compañía con buenos ojos, lo que explica el reciente giro en su cotización. El fabricante de coches ha pasado de perder más de la mitad de su valor en el último año a pegar un acelerón de casi el 45% desde el primer día de enero -teniendo en cuenta su primer cierre y la subida en la media sesión de hoy-.