Economía

La demanda de crédito de las empresas españolas cae a su nivel más bajo desde la crisis financiera

  • La demanda baja a mínimos en las pymes españolas, el 99,8% del total
  • Pero la concesión de financiación se mantiene estable en el tercer trimestre
  • Se observan deterioros en calidad crediticia en ICOs y en energéticas
Una calle de comercios en Santander, España. Foto: Europa Press.

Las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) ya se están reflejando en el mercado crediticio español. La demanda de financiación de las pequeñas y medianas empresas (pymes) -es decir, casi la totalidad de las compañías nacionales- ha caído a su nivel más bajo desde 2009, coincidiendo con la crisis financiera y desde que hay registros, hasta el 21%, según el Banco de España (BdE). Ese descenso de las peticiones de crédito se ha observado en los últimos meses, entre abril y septiembre del año pasado.

El informe explica que esa disminución de demanda en las pymes se debe al ajuste monetario, a la menor inversión en capital fijo y a la menor necesidad de reestructurar su deuda (entre abril y septiembre). En España, la moratoria concursal ha estado vigente hasta julio del año pasado, lo que influye en este tipo de operaciones. Paralelamente, la solicitud de financiación por parte de las grandes empresas españolas no ha variado, al mantenerse estable. Cabe recordar que estas son apenas el 0,18% del tejido nacional, según los datos de 2022 del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Además de que han solicitado menos crédito, las pequeñas y medianas empresas perciben más dificultades a la hora de acceder a préstamos bancarios. Es la primera vez, desde 2013, que empeora la visión de las pymes sobre su capacidad de obtener financiación. Sin embargo, las que consideran que esto es "un impedimento sustancial para su operativa" todavía son muy pocas.

El BCE ha permanecido más de una década sin elevar el precio del dinero hasta que reanudó la restricción monetaria en julio, cuando empezó el ciclo aún vigente. Eso implica que el único alza recogida en los datos publicados hasta septiembre es solo la primera, la de julio. Faltaría por recoger el impacto de otros 200 puntos básicos y sucesivos, los 100 extra esperados para febrero y marzo. Precisamente por eso, las compañías consideran que su posibilidad de obtener financiación bancaria va a seguir deteriorándose desde octubre de 2022 a marzo de 2023.

Los datos del tercer trimestre, entre julio y septiembre, muestran que el crédito concedido a sociedades no financieras y a empresarios individuales se ha mantenido estable en el periodo y que ha crecido un 1,4% interanual. Este repunte contrasta con lo que suele ocurrir en este tramo del año (tercer trimestre), cuando la asignación de préstamos suele descender. En concreto, en España, hubo un gran despliegue de recursos financieros a partir de septiembre de 2020, cuando se activaron los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para contrarrestar los efectos de la pandemia. En comparación con septiembre de ese año, el total de crédito a las empresas sí ha descendido. Lo que también ha comenzado a reducirse, desde agosto, es el saldo de crédito, una tendencia que suele ser expansiva.

Pese que hasta septiembre la concesión de crédito a empresas se ha mantenido estable, los bancos consideran que las solicitudes de préstamos van a caer desde el cuarto trimestre de 2022 de forma "generalizada y más intensa", especialmente en el caso de los hogares, en mayor medida que en el ámbito corporativo.  

Asimismo, como es lógico en un periodo de ajuste monetario, la nueva financiación bancaria se ha encarecido, especialmente la concedida a empresas y en menor medida la proporcionada a las familias. Entre junio y noviembre, ese incremento ha sido de 120 puntos básicos en los préstamos a empresarios individuales y de 155 puntos básicos en crédito a compañías que supera el millón de euros.

Pese a la mayor presión financiera, la calidad de crédito ha seguido evolucionando de manera positiva, al menos, hasta el tercer trimestre. Los préstamos dudosos a clientes corporativos han caído un 3,1% en el periodo y un 8,3% en tasa interanual. También han descendido entre julio y septiembre los créditos de vigilancia especial, un 15,1% menos. "Pese a esta corrección, el volumen de crédito en vigilancia especial es todavía un 22,9% superior al de antes de la pandemia, lo que pone de manifiesto que persisten riesgos latentes para la calidad crediticia, a pesar del buen comportamiento del conjunto de los créditos dudosos", matiza el BdE.

Especialmente, la institución pone el foco en los préstamos con aval ICO, en los que sí se ha registrado un deterioro. En ese caso, la ratio de dudosos en septiembre de 2022 es del 6% frente al 3,5 de diciembre de 2021 y al 0,5% de diciembre de 2020. Uno de cada cinco créditos ICO están clasificados en la categoría de vigilancia especial al terminar el tercer trimestre del ejercicio pasado. Fuera de esta modalidad, la ratio de dudosos para empresas ha retrocedido 0,4 puntos porcentuales desde el cierre de 2021. 

Por otra parte, el BdE también destaca que hay mayor riesgo de liquidez en las empresas energéticas como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. En este caso, la calidad crediticia sí se ha deteriorado en las empresas del sector. La vigilancia especial se ha situado en el 3,5% en septiembre de 2022, un incremento de 1,2 puntos porcentuales en el lapso de un año.

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