Las relaciones entre empresas cotizadas y sus accionistas de referencia nunca había sido una de las grandes preocupaciones de los inversores hasta que el informe de Gotham City Research sobre Grifols las puso en el foco. Los lazos entre la familia Grífols y la farmacéutica le han costado a la cotizada una crisis bursátil y de reputación de la que las organizaciones que preparan su salto al parqué han tomado nota. Así ha sido en el caso de Puig. Las patrimoniales que controlan la firma perfumera han devuelto los créditos que les había concedido antes de salir al mercado, aunque sí se mantendrán como caseros del grupo catalán.