
Las relaciones entre empresas cotizadas y sus accionistas de referencia nunca había sido una de las grandes preocupaciones de los inversores hasta que el informe de Gotham City Research sobre Grifols las puso en el foco. Los lazos entre la familia Grífols y la farmacéutica le han costado a la cotizada una crisis bursátil y de reputación de la que las organizaciones que preparan su salto al parqué han tomado nota. Así ha sido en el caso de Puig. Las patrimoniales que controlan la firma perfumera han devuelto los créditos que les había concedido antes de salir al mercado, aunque sí se mantendrán como caseros del grupo catalán.
Según explica la compañía en el folleto publicado la pasada semana, los préstamos concedidos a, entre otras, Exea Empresarial –la gran patrimonial de la familia Puig- fueron "amortizados íntegramente" antes de lanzar oficialmente la salida a bolsa.
Sin embargo, los créditos que tenían vigentes la saga propietaria y la futura cotizada no eran la única relación entre ambas partes. A través de la sociedad Inmo SL, propiedad de la familia y en la que el vicepresidente Manuel Puig Rocha es uno de los administradores- los Puig harán de caseros de la compañía en varios activos. El más relevante la sede de la organización en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), pero también en tiendas que la firma tiene en París y Nueva York de las enseñas Paco Rabanne y Carolina Herrera, respectivamente
Según la información hecha pública, el coste del alquiler de los tres activos –que previsiblemente subirá en 2024 con la inauguración de la segunda torre de la sede barcelonesa- alcanzó los 9,4 millones de euros, el año pasado.
Puig explica que en la primera reunión del Comité de Auditoría una vez acometida la salida a bolsa estas transacciones serán revisadas para ser sometidas a aprobación por el consejo. El organismo de auditoría está liderado por el consejero independiente Daniel Lalonde, al que acompañan Rafael Cerezo y Yiannis Petrides –nombrados consejeros externos debido a que llevan más de 12 años en la organización-, María Dolores Dancausa y Nicolas Mirzayantz.
Las relaciones entre el Ibex y las patrimoniales
Aunque Gotham las puso en la diana, las relaciones entre las cotizadas y otros grupos de sus propios accionistas no son un fenómeno nuevo en España. Dentro del propio Ibex 35 existen diversos casos de compañías con acuerdos con partes vinculadas. De hecho, según las estimaciones hechas por Expansión, este tipo de relaciones a través de compras de productos y servicios sumaron dentro del Ibex 35 gastos por valor de 10.800 millones.
Los casos abarcan desde Inditex, que alquila locales a Pontegadea (la sociedad propietaria de su primer accionista, Amancio Ortega) hasta Ferrovial, Banco Sabadell, ACS, Indra o Banco Santander, entre los más llamativos, aunque la mayoría del club de las 35 tienen acuerdos con partes vinculadas.
En el caso de Grifols, su presidente, Thomas Glanzmann, aseguró tras el informe de la firma bajista que no se llevarían a cabo nuevas operaciones con partes vinculadas.