La escalada de los costes se deja notar en la licitación pública y amenaza con dejar desierta la contrata para mantener y colocar las señales de tráfico en la ciudad de Valencia. Un concurso cuyo importe supera los 10 millones de euros y los 5 años de duración pero que ha visto como las dos empresas que obtuvieron una mejor puntuación han optado por apartarse cuando han sido propuestas para la adjudicación.