Una de las inversiones más deseadas en las últimas décadas, la implantación de una gigafactoría de baterías eléctricas para el automóvil promovida por el grupo Volkswagen, se ubicará en Sagunto. La Comunitat Valenciana se ha llevado el gato al agua en una puja en la que regiones como Cataluña, Extremadura y Aragón habían puesto todos sus esfuerzos.
El fabricante automovilístico invertirá en esta planta buena parte de los 7.000 millones de euros que destinará a su electrificación en España. La fábrica tendrá una capacidad de producción de 40 GWh y supondrá la creación de 3.000 empleos directos, según el anuncio de la multinacional. Una cifra que por sí sola ya explica la competencia entre regiones por esta inversión. El empleo indirecto podría llegar hasta los 12.000 puestos, según estima la Generalitat Valenciana.
Y junto a ese efecto cuantitativo, otro elemento que vale su peso en oro es la calidad en los trabajos y el efecto imán que inducirá una factoría así. "Indiscutiblemente generará altos empleos directos e indirectos de gran valor añadido y, como consecuencia, será una fuente de atracción de talento", subraya Marc Saenger, director de Financial Advisory de Deloitte, que destaca la demanda de los denominados "profesionales blue collar y white collar" (técnicos y directivos).
Inversiones en I+D
Además, la instalación supondrá una auténtica revolución al plantear el desarrollo de una tecnología nueva a escala industrial. "Es una planta de impacto medioambiental 0, de manera que permitirá poner 'la primera piedra' a una nueva forma de producir motores e iniciar la transición ecológica. Además, todo lo que tiene que ver con el desarrollo de proyectos innovadores conlleva altas inversiones en I+D que, a su vez, contribuirán al desarrollo de una alta innovación", remarca.
"El sector de la movilidad y de la energía está sufriendo la mayor transformación desde el invento de la máquina de vapor", asegura Ander Muelas, presidente de Endurance Motive, que fabrica baterías de litio para equipos industriales y para movilidad en una factoría a menos de 10 kilómetros de donde se instalará VW. "Es una nueva revolución industrial y las baterías de litio son el epicentro de este gran cambio. Van a hacer falta muchas fábricas que se centren en componentes y servicios auxiliares. El impacto de que la mayor planta de baterías de España se cree en Valencia hará de esta Comunidad un polo de atracción de todas estas fábricas", subraya Muelas.
De Salzgitter a Sagunto
La instalación de VW en Sagunto tendrá mucho en común con la que el grupo ha empezado a construir en Salzgitter en Alemania, con una inversión de 2.000 millones de euros. Su estrategia para asegurar el éxito en el coche eléctrico pasa por crear un modelo estandarizado de producción y aprovisionamiento, de forma que todas sus plantas fabricarán la misma célula unificada de baterías. El fabricante planea contar con 6 localizaciones en Europa en 2030, reducir los costes más de un 50% y simplificar la construcción de sus plantas.
En el caso de la planta germana, VW se ha aliado con Bosch y la multinacional belga de materias primas Umicore, aunque desde el grupo insisten en que esto no significa que esos socios participen en el proyecto español, ni que los planes para Salzgitter y Sagunto sean idénticos, pese a que la producción prevista es la misma.
Para optar a los 3.000 millones de ayudas públicas del Perte del Vehículo Eléctrico, VW y Seat formaron un consorcio con otras 14 empresas, desde Telefónica, Iberdrola y CaixaBank, a proveedores como Gestamp, Antolín o Ficosa, que ya tienen presencia en Valencia.
El Ejecutivo exige la participación de pequeñas y medianas empresas en estos proyectos, lo que podría facilitar la reconversión de empresas de sectores complementarios. Marta García Pellicer, directora del Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), uno de los centros de referencia valencianos, considera que la gigafactoría tendrá "una fuerte repercusión en diferentes sectores intervinientes en toda la cadena de valor de las baterías y que son estratégicos, como el energético, electrónica avanzada, químico, metalmecánico o plástico".
La creación de este tipo de factorías es esencial para garantizar la futura fuente de energía de los coches en lugar de la gasolina y, por tanto, para la continuidad de una industria que convirtió a España en el segundo fabricante europeo de automóviles y el noveno del mundo en 2019. En el caso valenciano, el automóvil supone el 18% de la cifra de negocio industrial y emplea de forma directa a 24.300 trabajadores, más del 9% del empleo industrial regional. "La Comunidad se va a convertir no solo en polo de automoción, sino de la movilidad del futuro que va a ser eléctrica", apunta Elena Lluch, directora del clúster regional del automóvil Avia.
A la espera de Ford
La apuesta de VW por Valencia puede ser un factor esencial para que el motor del automóvil regional, la planta de Ford en Almussafes, garantice su continuidad a unos meses de que su cúpula decide si le encarga los nuevos modelos eléctricos previstos en Europa.
Una de las incertidumbres de la electrificación es el efecto del cambio tecnológico en la necesidad de mano de obra. "Es una realidad que el coche eléctrico tiene menos componentes (60% menos) que el de combustión, y esto tiene un impacto directo e indirecto en toda la cadena", reconoce Marc Saenger desde Deloitte. Pero también apunta que otras áreas en desarrollo cada vez más necesitan personal, como la infraestructura de recarga o la electrónica. "La foto global es que es un sector que no va a requerir menos mano de obra", añade.