De GUARDIA EN MALLORCA

Más allá de la tragedia del coronavirus, el verano se le está atravesando a la Familia Real. Aunque no se espera que la sangre llegue al río, lo cierto es que el Rey Felipe VI se quedará sin vacaciones este agosto mientras que su padre, el emérito Juan Carlos I ha decidido pasar una temporada fuera de España. Al menos hasta que las aguas se calmen y se aclare su situación personal y jurídica en relación a los 65 millones de euros que la fiscalía suiza dice que esconde.

Corona

El Rey emérito, Juan Carlos I, no se ha marchado de España de forma definitiva. Su intención, según las fuentes consultadas por este periódico en su entorno, es volver en cuanto regularice su situación fiscal y deje de estar, por lo tanto, en el centro del debate político.

Tras su abdicación en 2014, una de las primeras cosas que hizo Juan Carlos I fue viajar a la República Dominicana, invitado por los Fanjul, una familia de origen español que había hecho fortuna en Cuba con la caña de azúcar y que tuvo que exiliarse a EEUU tras la revolución castrista. Los Fanjul son propietarios del exclusivo complejo turístico Casa de Campo, ubicado en la provincia La Romana, donde tienen una gran mansión (Casa Grande) con vistas a un parque natural, y donde está previsto que el monarca emérito pase su retiro, al menos de forma temporal. Y es que el mismo lunes, tras darse a conocer que abandonaba España por "la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi privada" viajó a Galicia, de ahí fue a Porto, desde donde cogió un avión que le ha llevado junto a uno de sus grandes amigos.

Renfe ha perdido 210 millones de euros y la mitad de los pasajeros en el primer semestre del año por la crisis del coronavirus y las restricciones a la movilidad impuestas por el Gobierno entre marzo y junio para limitar su proliferación. El operador ferroviario, que espera cerrar el año en números rojos y con un 40% menos de viajeros que en 2019 (unos 290 millones entre servicios comerciales y Cercanías), prevé que el año que viene ya sea de recuperación y dejar atrás la crisis y las pérdidas en 2022, informan fuentes internas a este diario.

Iberia mete presión a Globalia para rebajar el precio de la compra de Air Europa con el objetivo de que la operación "tenga sentido" en un momento tan complicado. "En el contexto actual, el acuerdo firmado carece de sentido, por lo que se tratará de negociar unas condiciones distintas que se ajusten a la nueva realidad", ha señalado Luis Gallego, todavía presidente de Iberia, en un encuentro con periodistas en el que, a su vez, ha abierto la puerta a que la operación finalmente no se lleve a cabo.

La reducción de un 95% de la capacidad durante el segundo trimestre del año por las restricciones a la movilidad ha dejado tocadas las cuentas y el balance de IAG, que ha perdido 3.800 millones de euros en primer semestre tras hundir un 57% los ingresos y se ha visto obligada a reducir inversiones, recortar gastos y buscar liquidez en el mercado para sobrevivir.

La pandemia del coronavirus ha infectado las cuentas de IAG, que ha cerrado el primer semestre del año con unos números rojos históricos de 3.806 millones de euros y no espera recuperar la normalidad hasta 2023 "como pronto". El holding aéreo, que ganó 806 millones en el mismo periodo de 2019, se ha apuntado pérdidas excepcionales de 2.137 millones de euros por la anulación de las coberturas de combustible ante la caída del precio del crudo y los deterioros por la retirada anticipada de 32 Boeing 747 y 15 Airbus A340-600 de British Airways e Iberia.

EMPRESAS

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha puesto la lupa sobre la política ferroviaria española de los últimos 30 años y su conclusión ha sido clara: la apuesta por la alta velocidad ha sido un derroche que no se llegará a rentabilizar ni con la liberalización del transporte ni con un hipotético veto a los vuelos peninsulares.

El Gobierno ha pactado con Airbus un ambicioso plan de ayuda e impulso al sector aeronáutico y de defensa condicionado a que el fabricante "minimice" el ajuste laboral en nuestro país, que incluye hasta 1.600 despidos, y se comprometa a salvar la planta de Puerto Real, a crear un hub en Albacete y a blindar y aumentar la participación de las filiales españolas en el negocio comercial y espacial del grupo. Unos fondos que también llegarán al resto de la industria y que podría llevar a Aernnova a reducir su ajuste de 650 personas.