
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha puesto la lupa sobre la política ferroviaria española de los últimos 30 años y su conclusión ha sido clara: la apuesta por la alta velocidad ha sido un derroche que no se llegará a rentabilizar ni con la liberalización del transporte ni con un hipotético veto a los vuelos peninsulares.
"Los resultados muestran rentabilidades socioeconómicas entre nulas y mínimas en los corredores de alta velocidad", recoge el organismo en su estudio sobre la infraestructura de transporte en el que insta al Ejecutivo a reducir la inversión en la alta velocidad, replantearse el futuro de los proyectos que no han comenzado y concentrar esfuerzos en desarrollar Cercanías y solucionar los problemas de movilidad.
"El informe de la AIReF está alineado con la nueva orientación de las políticas de infraestructuras de transporte del Ministerio"
Un guante que el Gobierno ha recogido rápidamente. Así, el secretario de Estado de Transportes, Pedro Saura, no ha tardado en dejar claro que "el informe de la AIReF está alineado con la nueva orientación de las políticas de infraestructuras de transporte" del ministerio y que incluyen menos inversión en obra nueva, incluido el AVE.
"Muchos de los elementos de diagnóstico y propuestas del informe están alineados con la nueva orientación que desde el actual equipo se quiere imprimir a las políticas inversoras y regulatorias del ministerio para hacer frente a los retos de la nueva movilidad y a la situación actual de las infraestructuras", señala Saura, que no ha dudado en recordar que la prioridad del ministerio es "la movilidad cotidiana y los servicios de Cercanías".
Se han invertido más de 50.000 millones en alta velocidad y menos de 4.000 millones en Cercanías
Estas declaraciones muestran la clara intención del Gobierno de reducir la inversión anual en alta velocidad para potenciar el gasto en el mantenimiento de las infraestructuras y el desarrollo del transporte público. En este punto, no hay que olvidar que el proyecto de Presupuestos de 2019 incluía una reducción en la inversión para el desarrollo de infraestructuras de alta velocidad. Aun así, cabe señalar que el Gobierno está comprometido con la culminación de los corredores.
En su estudio, la AIRef critica abiertamente que España tenga la segunda red de alta velocidad más grande del mundo con la menor intensidad de uso. Así, llama la atención sobre la elevada inversión que los distintos gobiernos han destinado al AVE mientras se ha dado la espalda al Cercanías, que transporta al 90% de los pasajeros. En este contexto, alerta de que las decisiones se han tomado por motivos políticos y no para solucionar los problemas de movilidad por lo que anima al Gobierno a concentrarse en la red de Cercanías que acumula una inversión de casi 4.000 millones desde 1990 frente a los más de 54.000 millones del AVE.
La AIReF critica que ha primado la política y no la movilidad tras la apuesta por la alta velocidad
En este punto, la AIReF señala que completar la red de AVE y llegar al objetivo de 8.740 kilómetros supondrá un gasto adicional de 73.000 millones. "El vigente Plan de Infraestructuras planificó una red de Alta Velocidad de 8.740 km, por lo que quedarían por construir 5.654 km, lo que implicaría una inversión mínima de 73.000 millones adicionales a los 55.888 ya invertidos", informa la AIReF.
En este contexto, señala que se han registrado una gran cantidad de sobrecostes ya que ha habido "una clara tendencia a subestimar los costes y plazos de ejecución de los planes y proyectos y a minimizar sus riesgos", critica. Así, recomienda "mejorar la selección de las inversiones en infraestructuras para elevar su rentabilidad social y económica y satisfacer las necesidades de movilidad", aseguró la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero.
Frente las criticas del organismo y la idea de que no se termine la red de alta velocidad, desde Adif siempre se ha defendido la necesidad de concluir el proyecto para atraer más operadores y tráfico y poder rentabilizar la elevada inversión. "Es cierto que está infrautilizada pero para que se pueda rentabilizar y potenciar su uso hay que culminar los grandes corredores pendientes. Se ha llegado a un punto en el que no tendría sentido no terminar los de Asturias, Galicia, la Y vasca o el Corredor Mediterráneo. Es importante crear el efecto red para ayudar a la conectividad y hacer más atractivo el servicio tanto para los pasajeros como para los operadores", explican fuentes de Adif.
Renfe, en números rojos
Mientras la AiRef pone en duda la política ferroviaria, Renfe afronta uno de sus momentos más complicados por el coronavirus. El operador ha registrado unas pérdidas de 210 millones en el primer semestre debido a que las restricciones a la movilidad han hundido sus ingresos comerciales y lastrado la actividad de mercancías, que ha duplicado sus números rojos.
A nivel de grupo, la firma ha ingresado 1.434 millones, un 28,7% menos que en el mismo periodo del año pasado ante el descenso del 48% del tráfico de pasajeros y la pérdida de un 24% de las toneladas transportadas.
Pese a las elevadas pérdidas que arroja el grupo, lo cierto es que las cuentas reflejan que la sangría se está frenando gracias a la reactivación de la operativa. Así, si en mayo registró números rojos de 60 millones, en junio han sido de 27 millones.