La espiral endiablada en la que ha entrado el conflicto arancelario entre EEUU y China sitúa en un grave riesgo al 40% del comercio mundial de mercancías y, con ello, las cadenas globales de valor de las cuales la UE (y también España) son especialmente dependientes por su grado de apertura comercial. Hasta dónde pueden llegar ambos bloques es incierto, pero un vistazo sencillo a la Historia y el análisis económico genera altas probabilidades de que tengamos una guerra de desgaste tanto en el terreno arancelario como el que afecta a las inversiones y un más que posible pacto final entre los dos gigantes aunque con un alto coste para la economía global y sin ninguna garantía de estabilidad a largo plazo.