
Aunque la actual pandemia ha actuado como una apisonadora en todos los mercados, ahora, pasado el shock inicial de su expansión, comienzan a separarse los caminos. Para muestra un botón: la diferencia en rentabilidad anual entre el Ibex 35 y el EuroStoxx 50 es ya de 6 puntos porcentuales, la mayor en todo el año. Así, mientras el índice español cae un 28,5%, el europeo lo hace un 22,3%.
Las claves de esta brecha son diversas, pero pueden resumirse en una: El impacto que va a tener el virus en la economía española. Este nerviosismo se nota en lo que paga España por financiarse. Aunque la rentabilidad del bono español a 10 años se sitúa en el 0,89%, lejos del máximo que marcó a mediados de marzo en el 1,22%, es uno de los porcentajes más elevados entre los principales países de Europa, junto con Italia, Portugal y Grecia.
A este respecto, el FMI prevé una contracción del 8% para España este año, mientras que en Europa sería del 6,6%. Eso sí, el Banco de España estima que, en el peor escenario, la economía española podría caer un 13,6% en 2020, considerando que el estado de alarma dure hasta junio y que no se logre la normalización de la actividad a fin de año.
Precisamente, uno de los sectores más castigados, el del turismo, ya ha puesto cifras al daño que sufrirán. La alianza para la excelencia turística (Exceltur) ha emitido un nuevo informe en el que eleva el impacto sobre el sector turístico de los 60.000 millones de euros previstos a mitad de marzo, hasta los 90.000 millones de euros. Según un informe elaborado por la asociación empresarial World Travel & Tourism Council hace unos meses, el turismo representa el 14,6% del PIB español.
Por otro lado, el excesivo peso de la banca en el índice español vuelve a jugar en su contra (pondera cerca de un 20%). De hecho, el sector bancario español ya ha borrado la subida que se había iniciado desde los mínimos marcados en marzo. Según un informe de Barclays, Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankia ganarán en conjunto unos 7.000 millones de euros menos, por lo que el beneficio caerá casi un 50%.
El pasado viernes el Banco Central Europeo comunicó que reduce los requisitos de capital a las entidades por riesgo de mercado
"El sector llega a este periodo en mucha mejor forma que en 2008, pero no sabemos cuánto durará la ralentización y cuánto costará a cada banco. Aunque podemos ver qué colchón de capital tiene cada banco y quiénes pueden absorber las pérdidas y el crecimiento de los balances, el tamaño de ambos factores hace muy difícil realizar estimaciones fiables", indican desde la entidad. El pasado viernes el Banco Central Europeo comunicó que reduce, de forma temporal, los requisitos de capital a las entidades por riesgo de mercado.
Además, según Financial Times, el organismo europeo estaría estudiando la creación de un banco malo para la Eurozona, haciéndose así cargo de los préstamos morosos que quedaban de la crisis financiera de 2008, así como de la esperada ola de deuda desencadenada por la pandemia. Solo en España, Barclays espera un aumento de la morosidad en los seis principales bancos del 67,4%.
Europa se aleja de EEUU
Esta brecha que se ha abierto entre España y Europa también se está produciendo entre el Viejo Continente y Wall Street. Si en los momentos más duros del ya conocido como covidcrash el Stoxx 600 y el S&P 500 iban parejos en lo que a caída en el año se refiere, la diferencia entre ambos selectivos ya se ha abierto hasta los 8,7 puntos porcentuales (no era tan elevada desde hace un mes). Así, mientras el índice europeo se deja más de un 20%, el norteamericano acumula un descenso del 11,3%. Y es que la confianza en ambos territorios no es la misma.
"La economía estadounidense es más flexible que las europeas y los inversores suponen que se va a poder recuperar antes de esta crisis. Además, las medidas adoptadas por la Reserva Federal (Fed) y por el Congreso estadounidense han sido más rápidas y contundentes", indica Juan José Fernández-Figares", de Link Securities.
De hecho, en Europa todavía no se ha llegado a un consenso. Si bien el Eurogrupo anunció que había alcanzado un acuerdo de mínimos para desbloquear más de 500.000 millones de euros, el posible plan de recuperación que se debatirá en los próximos días es lo que hace saltar chispas, sobre todo en el apartado de cómo financiarlo.
A este respecto, si los analistas de Bank of America Merryll Lynch ya habían criticado en una nota que todo el paquete económico preparado por Europa no es "suficiente en tamaño y diseño para hacer frente al daño que está generando el choque coronavirus", Pimco también ha dado su opinión.
Nicola Mai, analista de crédito soberano de la gestora, opina que "el tamaño nominal de 540.000 millones de euros anunciado por los ministros de finanzas de la zona del euro la semana pasada suena impresionante. Pero los detalles sugieren que es insuficiente y deja la carga de la gestión de la crisis en manos de los gobiernos nacionales y el Banco Central Europeo". El propio organismo sorprendió por la tibieza de sus primeras medidas, anunciadas el 12 de marzo.
"La celeridad para tomar decisiones es algo a lo que nos ha acostumbrado la Fed, en contraposición con el BCE, que ha tendido a actuar después del organismo estadounidense. Además, el Gobierno de Estados Unidos no dudó en trazar un programa de estímulos de más de 2 billones de dólares, superando con creces a los programas que se dieron en la crisis de 2008", indica Andrés Aragonés, de Singular Bank.
Entre los gestores predomina la predilección por la renta variable norteamericana
El experto, además, señala que "nos encontramos en año electoral, y es poco probable que Donald Trump quiera llegar a noviembre con los mercados bursátiles lejos de máximos históricos". Asimismo, Aragoneses recuerda que el sector que más pesa en Estados Unidos es el tecnológico, mientras que en Europa predominan sectores como los bancos, consumo discrecional e industrial, que están siendo más penalizados.
En este contexto, el mayor temor de los gestores es que haya una segunda oleada del coronavirus, como revela la encuesta global de marzo de Bank of America. En este sentido, la liquidez media de las carteras se ha disparado hasta el 5,9%, el nivel más alto desde los ataques terroristas del 11-S de 2001.
Entre los gestores, predomina la predilección por la renta variable norteamericana, después de cinco meses en los que los mercados emergentes eran los favoritos. Por el contrario, las compañías de valor y las europeas se sitúan entre las que menos entusiasmo despiertan.