La ministra de trabajo, Yolanda Díaz, declaró el viernes que estimaba que el sector del turismo, ocio y cultura sería de los últimos en volver a la actividad según un plan de desescalada que contemplaría dos fases, retrasando ese momento hasta el final del año. Las reacciones no se han hecho esperar. La alianza para la excelencia turística (Exceltur) ha emitido un nuevo informe en el que eleva el impacto sobre el sector turístico de los 60.000 millones de euros previstos a mitad de marzo, hasta los 90.000 millones de euros, de cumplirse los escenarios previstos para una posible reactivación del turismo, que se enfrenta a una pérdida del 60,7,% de la actividad.
El cálculo ha tenido en cuenta un escenario de tres meses como mínimo de restricciones a partir de finales de marzo, y utilizando también algunas estimaciones recientes que apuntan a que el desbloqueo de la actividad económica en España no se producirá antes de mediados de mayo y finales de junio (como pronostican firmas como Deutsche Bank, Boston Consulting Group, etc.) o la segunda mitad de 2020 (como dice el FMI).
El sector turístico atraviesa momentos de "tremenda incertidumbre", por la situación que vive el país y por las medidas restrictivas que se puedan ir levantando en las semanas sucesivas en función de a evolución de la pandemia, según Exceltur. Aparte de las nuevas prórrogas del estado de alarma que, de por sí, ya impiden arrancar ninguna actividad turística, aún se desconocen los protocolos y restricciones que puedan afectar la libre movilidad por el territorio nacional o europeo, las condiciones para la apertura de establecimientos o para el disfrute colectivo de ocio en espacios públicos, añaden.
De ahí que, según Exceltur, resulte "letal" para las expectativas turísticas de la temporada de verano y de cierre del año, si se confirman las muy recientes conjeturas de la UE (que desaconseja reservar viajes en julio y agosto) o las manifestaciones recientes de varios ministros (alertando sobre la no reactivación antes de fin de año o medidas sanitarias en playas, claramente disuasorias para el turismo).
Sin contar que, hasta la fecha, tampoco hay una unidad de acción europea al respecto, añade.