La pandemia del coronavirus está teniendo un impacto sin precedentes, en tiempos de paz, sobre la economía europea. Las medidas restrictivas aprobadas por los gobiernos han paralizado la economía de la noche a la mañana, reduciendo la actividad de forma mucho más profunda y rápida que cualquier crisis en las últimas décadas. Negocios cerrados y trabajadores en sus casas sin poder generar valor para la economía. Este estado de 'hibernación' esteriliza, en parte, las por otro lado necesarias políticas monetarias y fiscales expansivas aprobadas hasta la fecha. Ante esta compleja situación, está ganando relevancia en el debate académico el conocido 'helicóptero del dinero'. Esta herramienta supone cruzar la frontera que ha separado a banca central y gobiernos durante décadas, para que la política monetaria y fiscal se coordinen en la búsqueda de una fórmula que permita a los ciudadanos, empresas o ambos recibir dinero sin tener que devolverlo (sin generar un pasivo para ellos). Una forma infalible para proteger el trabajo y a los hogares vulnerables durante estos meses atípicos. Sin embargo, esta herramienta no carece de peligros que pueden terminar haciendo del remedio un mal mayor que la enfermedad.
David Tercero Lucas, investigador de la UAB: "No existe ningún impedimento legal que impida al BCE entregar dinero directamente a los ciudadanos"
Pese a los peligros que entraña la puesta en marcha de una herramienta tan poderosa (y desconocida en los países desarrollados), el colapso de la economía europea está haciendo todavía más fina la frontera entre banca central y gobiernos. Los niveles de deuda tras esta crisis serán mucho más altos y para que la situación sea sostenible la banca central tendrá que mantener los tipos de interés muy bajos, pero quizá eso no sea suficiente en esta ocasión para sobrevivir económicamente en una recesión tan profunda.
David Tercero Lucas, investigador en Economía Aplicada de la Universitat Autónoma de Barcelona, reconoce a elEconomista que "la presente recesión, de magnitud, incomparable a ninguna anterior desde la Gran Depresión, de consecuencias imprevisibles, va a provocar un cambio en el paradigma económico y monetario. Los bancos centrales están analizando y debatiendo en profundidad todas y cada una de las herramientas de política monetaria que tienen a su disposición, incluyendo el helicóptero del dinero".
Desde el banco japonés Nomura creen que el 'helicóptero del dinero' "es un bazuca incluso más grande que el que han desplegado los bancos centrales en las últimas semanas, pero por ahora parece el último recurso para estas instituciones". Pero la marcada diferencia de esta crisis con las últimas puede requerir una intervención más aguda y que no genere mayores obligaciones financieras para familias y gobiernos, que a la postre terminan entorpeciendo el crecimiento y la inversión. En la zona euro no existe impedimento legal para la entrega directa de dinero a familias o empresas con la financiación del Banco Central Europeo. Lo que sí se prohíbe en sus estatutos es la compra de deuda soberana en el mercado primario, es decir, la monetización de déficits públicos, que es otro tipo de 'helicóptero del dinero'.
Las ventajas y beneficios del 'helicóptero del dinero'
En el caso del 'helicóptero del dinero' clásico al que se refirió Milton Friedman en 1969, "la primera ventaja obvia es poner el dinero directamente donde se necesita y donde se gastaría: en los bolsillos de las personas. En el espíritu de las propuestas de Claudia Sahm o Stanley Fischer, el 'helicóptero del dinero' puede y debe actuar como un estabilizador automático fuerte y reactivo", aseguran desde el think tank británico Positive Money.
Pero quizá lo más importante es que esta herramienta no genera nueva deuda en un momento en el que el crédito, por muy barato que sea, puede ser insuficiente para evitar que esta crisis se prolongue más de lo esperado y se convierta en una depresión. Mientras que los costes fijos de muchas empresas se mantienen, una parte importante de sus ventas no las recuperarán. Por ejemplo, un bar que esté cerrado dos meses, el día de la apertura no podrá recuperar las consumiciones que no ha vendido durante su cierre, los clientes acudirán quizá en mayor cantidad, pero no irán con la idea de consumir todo lo que no han disfrutado durante las semanas o meses de encierro. Por eso, aunque un crédito a tipo de de interés muy bajo pueda mantener vivo a un bar o otra empresas, la obligación que genera deteriora su posición y su capacidad de inversión futura, dañando el crecimiento y el empleo.
Si bien el think tank británico lleva defendiendo una especie de 'QE para la gente' desde 2015, ahora creen que esta medida es más urgente y necesaria que nunca. "El 'helicóptero del dinero' está financiado por la creación de dinero del banco central y no se incluye como deuda en las cuentas nacionales. En la práctica, el BCE podría incorporar a su activo un bono perpetuo de cupón cero, algún tipo de activo diferido, o incluso computarlo como un gasto con pérdidas para su capital".
Esto significa que el estímulo monetario de esta herramienta vendría sin un aumento real de la deuda correspondiente. "Además, el 'helicóptero del dinero' contribuiría a limitar el aumento de la deuda privada, ya que los hogares vulnerables podrían usarlo para pagar sus deudas o facturas, créditos de consumo, alquileres e hipotecas en las que tendrán que incurrir mientras se suceden las medidas de contención y la pérdida temporal de sueldos e ingresos. Esto ayudaría a las personas con menor renta a seguir pagando sus facturas en lugar de acumular atrasos desde el primer momento. Esta característica clave limitaría el aumento futuro de la morosidad en los balances de los bancos y reduciría el coste asociado al cobro de deudas, litigios, a la vez que protegería a los ciudadanos de pagar comisiones indebidas en el medio plazo", destacan desde Positive Money.
Los peligros y obstáculos para entregar dinero a los ciudadanos
Las diferencias con las políticas monetarias actuales son importantes. La diferencia entre el helicóptero del dinero y el QE (programa de compra de activos) clásico es más que notable. El QE consiste en la emisión de dinero para comprar bonos (u otros activos como acciones en países como Japón). Técnicamente, el tamaño del balance del banco central se incrementa a la vez en lado de los activos (bonos) y los pasivos (reservas o liquidez). Algo similar ocurre con las inyecciones de liquidez, que son subastas en las que el banco central presta reservas (liquidez pura a un plazo determinado y un interés) a cambio de un colateral (bonos, préstamos...) que será devuelto al banco cuando venza la inyección de liquidez.
Con este instrumento de compra de activos (QE) que se ha utilizado durante la última crisis, el incremento de la base monetaria es reversible una vez que el banco central decide vender los bonos para endurecer la política monetaria y devolver el tamaño de su balance a su nivel inicial. Por el contrario, el helicóptero del dinero supondría la creación de dinero sin la adquisición de otro activo o de una contraparte real. Esto supone que el efecto de esta medida es mucho más poderoso (para bien o para mal) y revertir su influencia con una política monetaria contractiva podría ser más complicado.
En esto incidía Claudio Borio, director del Departamento Monetario y Económico del Banco Internacional de Pagos en un artículo en Voxeu: "Un inconveniente, quizás esencial, es que una inyección monetaria no reversible de reservas del banco central a los individuos o al gobierno, a tipo de interés cero, provocaría la pérdida del control de la política monetaria". Este desenlace puede provocar un fuerte incremento de los precios ante un aumento de la oferta monetaria sin el correspondiente incremento de la producción real (PIB), aunque en este momento de recesión profunda el riesgo se reduce por el elevado nivel de recursos ociosos en la economía (parados, fábricas trabajando a medio gas...).
"Es muy complicado que en la situación actual se den tendencias hiperinflacionistas. De hecho, ni siquiera hay presiones de inflación. Los riesgos de entregar dinero directamente a los ciudadanos son otros. No obstante, yo prestaría bastante atención a los indicadores de precios en los siguientes meses. Es posible ver tendencias muy dispares en alimentos o energía", comenta Tercero Lucas.
Aún así, el investigador de la UAB explica que en tiempos normales dentro de un ciclo económico expansivo "el 'helicóptero monetario' puede trasladarse, tarde o temprano, en un incremento desmesurado de los precios y, sobre todo, de las expectativas de inflación, incluso en situaciones en las que están particularmente nulas. Un aumento de la provisión de liquidez para impulsar la inflación es mucho más sencillo que su drenaje con el fin de contenerla".
Otro peligro reside en que esta herramienta implicaría grandes riesgos para la credibilidad del BCE como institución. Ya han surgido problemas con las actuales políticas no convencionales (tipos negativos y QE), específicamente por su efecto sobre los ahorradores alemanes y de otros países. El 'helicóptero del dinero' aumentaría estas controversias y generaría serias preguntas sobre la independencia del banco central. Esta política es un híbrido entre la política fiscal y la monetaria que necesita de una estrecha colaboración entre ambas. Esta pérdida de credibilidad puede minar la confianza de los agentes en las perspectivas de inflación y crecimiento, entorpeciendo la inversión y la planificación de las empresas.
Por otro lado, también existiría obstáculos para implementarlo en una región tan heterogénea como la zona euro. Habría que tomar decisiones sobre el tamaño y la distribución de las transferencias, entre países y entre personas. Las diferencias de PIB per cápita y de productividad son mucho más grandes en la zona euro que en otras uniones monetarias como EEUU. Sin una convergencia real entre economías de forma previa: ¿Debería entregarse el dinero a las personas o los hogares? ¿Deberían los alemanes y los letones recibir la misma cantidad cuando el PIB per cápita de Letonia es menos de la mitad que el de Alemania? ¿Quién debería decidir? Además de otras múltiples cuestiones como la edad, el tamaño del hogar o, por ejemplo, si la población en la cárcel debería o no recibir ese dinero.
Por último, una vez que se pone en marcha el 'helicóptero' podría resultar complejo aterrizarlo o decidir cuándo es necesario o no volver a usarlo. Una vez que se cruza la frontera que separa a la política fiscal de la monetaria resulta complejo establecer de nuevo el límite, como se ha podido ver en algunos países en los que la banca central financia de forma sistemática los déficits del gobierno. "Poner en práctica el 'helicóptero monetario' implicaría una estrecha y cercana coordinación entre el banco central y los gobiernos nacionales. Esta coordinación entre la política monetaria y la política fiscal, en cualquier caso, no debería implicar la absorción de la primera, situación conocida como 'predominio fiscal'... es un instrumento que, en caso de llevarse a cabo, debe ser algo excepcional, es decir, ser un evento único e irrepetible", concluye Tercero Lucas.