Economía

Los obstáculos del BCE para regalar 500 euros a cada europeo descartan, por ahora, el uso del 'helicóptero del dinero'

  • Blanchard y Jean Pisani-Ferry: "Se necesitaría el apoyo de todos los gobiernos"
  • El BCE carece de la información técnica para ejecutar las transferencias
  • Se pondría en seria duda la credibilidad del Banco Central Europeo
Foto de Alamy

La zona euro vive una situación económica compleja. La búsqueda de soluciones para salir del atolladero se encuentra atascada en sus propios límites. El Banco Central Europeo está prácticamente desarmado y sus herramientas están rozando la frontera del terreno explorado, por lo que su discurso ahora gira en torno a la política fiscal, presionando a los gobiernos para que gasten más, bajen impuestos o una combinación de ambas. Sin embargo, los países que tienen espacio para gastar algo cumpliendo con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) no quieren hacerlo, mientras que los que se muestran más dispuestos se encuentran en una situación fiscal muy delicada. La respuesta a la desaceleración y la baja inflación parece encallada, por lo que el banco central, buscando cumplir con su mandato, podría explorar políticas más radicales como por ejemplo el 'helicóptero del dinero'. El BCE ha sido la institución que ha actuado con mayor determinación cuando los problemas han sido más graves, sin embargo, este movimiento podría encontrar más resistencia y problemas técnicos de los que encontró en su día, por ejemplo, el programa de compra de activos o los tipos de interés negativos.

Lo cierto es que el debate está ganando fuerza. La semana pasada dos economistas de prestigio como Olivier Blanchard y Jean Pisani-Ferry, ambos miembros del Peterson Institute for International Economics, publicaron una nota en la que exponen los motivos por los que descartan "por ahora" el 'helicóptero del dinero' en la zona euro. La dificultad del diseño y la oposición frontal de varios gobiernos evitarían a día de hoy el uso de esta herramienta. No obstante, este política sería la fórmula idónea para sortear las limitaciones fiscales sin incumplir de forma flagrante los tratados europeos, que impiden la financiación directa de los gobiernos a través de la creación de dinero, pero no dice nada de la financiación directa de hogares o empresas. Esta herramienta gana protagonismo, justo ahora que Christine Lagarde ha anunciado una revisión estratégica de la política monetaria en su primer discurso como presidenta del BCE. 

Estos expertos argumentan que "la política fiscal en la unión monetaria europea está fuertemente limitada por las normas nacionales y de la UE. En particular, si se respetan las reglas, el margen para la expansión fiscal es extremadamente limitado y probablemente sea insuficiente para combatir una recesión. En este contexto, el 'helicóptero del dinero' (transferencias directas del BCE a las personas) puede interpretarse como una forma de sortear las restricciones fiscales", comentan Blanchard y Pisani-Ferry.

Esta herramienta supondría la entrega directa de una cantidad de dinero (estos autores ponen 500 euros como prototipo del programa) que nunca tendría que ser devuelta al banco central. La diferencia entre 'el helicóptero del dinero' y el QE clásico es más que notable. El QE consiste en la emisión de dinero para comprar bonos (u otros activos como acciones en países como Japón). Técnicamente, el tamaño del balance del banco central se incrementa a la vez en lado de los activos (bonos) y los pasivos (reservas o liquidez bancaria).

Con la compra de activos, el incremento de la base monetaria es reversible una vez que el banco central decide vender (o dejar que venzan) los bonos para endurecer la política monetaria y devolver el tamaño de su balance a su nivel inicial. Por el contrario, el helicóptero del dinero supondría la creación de dinero sin la adquisición de otro activo o de una contraparte real. Esto supone que el efecto de esta medida es mucho más poderoso (para bien o para mal) y revertir su influencia con una política monetaria contractiva podría ser más complicado.

"El pasivo aparece en el balance del BCE y no en las cuentas de los gobiernos nacionales. Y, como el pasivo del BCE es una deuda conjunta, permite que incluso los países miembros con posiciones fiscales más débiles participen equitativamente en las transferencias. En cierto modo, el 'helicóptero del dinero' puede verse como una respuesta a la ausencia capacidad fiscal común en la Eurozona. Sin embargo, su implementación plantearía desafíos operativos, legales y políticos", aseguran ambos economistas.

Estos economistas argumentan que "por razones prácticas y normativas, el BCE no puede usar esta herramienta sin la aprobación de los gobiernos nacionales". La institución presidida por Christine Lagarde carece de la capacidad técnica y la información que necesita para realizar las transferencias directamente a los hogares. Dependería de los Tesoros y Haciendas de cada país, que son los que tienen la información detallada (como los datos para identificar a los destinatarios de las transferencias).

Por otro lado, "parece bastante probable que algunos miembros vean el 'helicóptero del dinero' como una forma de sortear las reglas. Intentarán bloquearlo, ya sea por medios constitucionales, como cuando el Tribunal Constitucional alemán trató de bloquear el programa de compra de bonos soberanos del BCE en 2017, o simplemente negándose a participar en el programa de transferencias".

También habría que tomar decisiones sobre el tamaño y la distribución de las transferencias, entre países y entre personas. Las diferencias de PIB per cápita y de productividad son mucho más grandes en la zona euro que en otras uniones monetarias como EEUU. Estos expertos plantean una serie de preguntas con difícil respuesta si no se logra una convergencia real entre economías de forma previa: ¿Debería entregarse el dinero a las personas o los hogares? ¿Deberían los alemanes y los letones recibir 500 euros cuando el PIB per cápita de Letonia es menos de la mitad que el de Alemania? ¿Quién debería decidir?

Estas implicaciones distributivas se sumarían a los obstáculos legales. La Unión Europea se ha construido sobre un grueso pilar que separa de forma hermética las políticas monetaria y fiscal. El 'helicóptero del dinero' se considera como un híbrido, aunque el dinero lo crea directamente el banco central se transfiere directamente a los ciudadanos sin contrapartida, como una prestación gubernamental. "Como sería considerado un programa de política económica (en lugar de monetaria) se argumentaría que dicho programa es responsabilidad de los gobiernos y parlamentos nacionales", explican Blanchard y Pisany-Ferry.

Perdida de credibilidad

Finalmente, el esta herramienta implicaría grandes riesgos para la credibilidad del BCE como institución. Ya han surgido problemas con las actuales políticas no convencionales (tipos negativos y QE), específicamente por su efecto sobre los ahorradores alemanes y de otros países... "El helicóptero del dinero aumentaría estas controversias y generaría serias preguntas sobre la independencia del banco central. El riesgo nos parece demasiado grande para tomarlo a la ligera", señalan los dos economistas. Esta herramienta podría despertar a la inflación, el monstruo con el que tienen pesadillas cada noche los alemanes, lo que junto a unos tipos bajos supondría una mayor represión financiera para los ahorradores.

Analizando los riesgos y los beneficios, ¿podría el BCE poner a funcionar el 'helicóptero del dinero'? "Creemos que es poco probable. Si hubiera una recesión profunda, lo más probable es que se rompan cláusulas de las reglas fiscales... Si, en cambio, hubiera una recesión superficial o una desaceleración prolongada es poco probable que el BCE esté dispuesto a cruzar el Rubicón. Y si no hay recesión, no habrá una clara necesidad para sacar el 'helicóptero del dinero'. Esto nos hace ser escépticos sobre la pronta implmentación del 'helicóptero del

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