Economía

La Fed pondrá fin a la reducción del balance a finales de año

Lael Brainar, miembro del FOMC

El balance de la Reserva Federal (donde se encuentran, entre otras cosas, todos los bonos adquiridos durante años) está a punto de caer por debajo de los 4 billones de dólares. Tras haberse hinchado con la ayuda de tres programas de compras de activos (QE uno, dos y tres) el proceso inverso comenzó en octubre de 2017 y parece que terminará este mismo año. El endurecimiento de las condiciones financieras podría inclinar a la Fed a poner fin al uso de esta herramienta, que junto a las subidas de tipos, estaba endureciendo las condiciones financieras con el objetivo de mantener la estabilidad de precios y el máximo empleo en un contexto de fuerte crecimiento, que ahora pierde fuerza.

Brainard: "El proceso de normalización del balance ha funcionado tal y como se pretendía"

Desde octubre de 2017, cuando comenzó la reducción, la Fed ha dejado que se evaporen unos 500.000 millones de dólares entre bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas (MBS por sus siglas en inglés). La vuelta a la normalidad financiera era obligatoria para evitar la creación de burbujas, desequilibrios financieros y el recalentamiento de la economía. Aunque en un primer momento se estimó que el tamaño del balance tendría que caer hasta los 2,3 o 2,5 billones de dólares, parece que finalmente se optará por un balance más rollizo, de unos 3,5 billones de dólares.

Lael Brainard, miembro del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) ha asegurado a la CNBC que "el proceso de normalización del balance ha funcionado tal y como se pretendía". Además, la economista ha reconocido que este proceso "debería terminar a finales de este año". 

¿Cómo funciona la reducción del balance?

La cantidad de activos en balance se está reduciendo a un ritmo de 50.000 millones de dólares por mes, dentro del programa de normalización monetaria que también incluye las subidas de tipos de interés. Sin embargo, en los últimos meses se ha prestado mucha más atención al balance que a los tipos, culpando al primero de gran parte del terremoto que han sufrido las bolsas en medio de la desaceleración de la economía global. Esto, junto a las nuevas necesidades regulatorias de los bancos (mayores niveles de capital), pueden haber llevado a la Fed a poner fin a la reducción del balance este mismo año.

Al igual que durante los años del programa de estímulos (QE) las compras de bonos de la Fed se traducían casi automáticamente en un incremento de las reservas de los bancos, el vencimiento de esos bonos supone una contracción similar para el sistema. La explicación es que en alguna parte de EEUU hay un 'agente económico' que tiene que devolver el principal de ese bono que vence a la Fed que a su vez hace 'desaparecer' ese dinero del sistema.

Esta normalización supone un endurecimiento de las condiciones financieras intencionado, pero que si un control exhaustivo puede acabar con el ciclo de crecimiento antes de lo previsto. Según los cálculos de la firma de inversión francesa Natixis, la reducción del balance en 400.000 millones equivale a una subida de tipos de 50 puntos básicos. 

Dado el giro (para peor) que ha sufrido la economía y los mercados globales en los últimos meses, el fin de la normalización del balance parece lógico. Tras años de crecimiento sólido y una ristra de máximos históricos de los índices de EEUU, el contexto financiero se carateriza ahora por la ralentización global, la falta de inflación, la volatilidad en los mercados, una deuda creciente y la evaporación de los estímulos fiscales.

Loretta Mester, presidenta de la Fed de Cleveland, dejó entrever ayer miércoles lo que hoy ha confirmado Brainard: "En próximas reuniones, daremos por finalizados nuestros planes para finalizar la reducción del balance y completar la normalización del balance", aseguró Mester en Cincinnati.

"Como lo hemos hecho durante el proceso de normalización, haremos públicos estos planes y sus fundamentos en el momento apropiado, debido a que la transparencia y la responsabilidad son principios básicos de la formulación de políticas monetarias apropiadas".

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