Las primeras bolsas y mercados de valores datan del siglo XVI en los actuales Países Bajos. Pero empezar antes no implica mejores resultados. Desde 1900 hasta la actualidad ni el mercado de renta variable ni el de la deuda europea ofrecen mejores rentabilidades que la media mundial. De hecho, en términos anualizados, un inversor de bonos europeos obtendría la mitad que uno a escala global desde hace más de un siglo.