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La inflación da un 'golpe de realidad' al mercado: el bono de EEUU al 4,3% frena las bajadas de tipos

Bonos de Estados Unidos. Dreamstime
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El mercado de deuda experimentó una fuerte presión vendedora el pasado martes que llevó al bono estadounidense a diez años por encima del 4,3%, una rentabilidad no vista en el mercado de deuda secundaria desde mediados de noviembre del año pasado. Y a pesar de que las compras retornaron a media semana, el bono de EEUU a diez años se mantuvo por encima de ese 4,3% al cierre de la misma. Se evidencia, de nuevo, que los datos de inflación siguen siendo el elemento más sensible a la evolución de los bonos soberanos y recuerda a los inversores que la evolución de los precios sigue siendo el principal obstáculo para ver en el corto plazo un recorte de tipos en las principales economías del mundo.

Los datos de ventas al por menor en Estados Unidos del jueves volvieron a dar la razón a las voces del mercado que piensan en un apresurado recorte de tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). No obstante, el consenso de mercado que recoge Bloomberg sigue considerando la reunión de junio como el momento en el que se ejecutará la primera bajada de tipos en el país, casi al cierre del semestre, porque los precios caen pero no al ritmo deseado y con el IPC subyacente atascado en el 3,9%.

El dato de inflación de enero en el país pesa en el mercado de deuda en el cómputo semanal. La contundencia del índice de precios al consumidor en Estados Unidos, por encima del 3% para disgusto de los inversores que pensaban en un descenso mayor de los precios, muestra de nuevo que cualquier dato que aleje a la Reserva Federal de Estados Unidos de su objetivo del 2% supondrá una política monetaria más restrictiva por más tiempo.

"Lo que hay que mirar es si la inflación seguirá bajando suavemente o la última milla hasta el 2% sea un calvario. Y es importante aclarar que no hace falta que llegue al 2% para que la Fed empiece a bajar los tipos de interés, basta con una tendencia clara hacia ese nivel", explica Víctor Alvargonzález, de NextepFinance.

Esto arrastró al resto del mercado de deuda, que está pendiente de todos los movimientos y discursos que vienen tanto de la Fed, como del Banco Central Europeo o del Banco de Inglaterra. Las previsiones para este último son las menos halagüeñas para el mercado, ya que los recortes de tipos esperados en la política monetaria del Reino Unido para este año han pasado en menos de dos meses de siete a tan solo tres.

El bono británico a diez años se sitúa en el 4,15% y el la deuda británica a doce meses roza el 4,9%. De hecho, todos los títulos soberanos del Reino Unido con vencimiento inferior al año superan el 5% de rentabilidad. La presión vendedora en los tramos más cortos también se debe a la recesión técnica en la que ha entrado la economía del Reino Unido, lo que podría incentivar al Banco de Inglaterra a ser menos restrictivo en el corto plazo para evitar que su economía descarrile. Y la evolución de los precios en el Reino Unido ha sido el otro golpe de realidad que se llevaron los inversores y que echaron por tierra las proyecciones de una política monetaria más flexible en el Reino Unido.

La situación del Reino Unido no es comparable a la de la eurozona, como señala el profesor de OBS Business School, Carlos Balado. Pero, a su juicio, el parón de Alemania, unos mayores costes de financiación y el deterioro de las perspectivas empresariales van a presionar al conjunto de la zona euro que tendrá un crecimiento leve este 2024. El bono alemán a diez años se sitúa en el 2,4%, mientras que el español con el mismo vencimiento cierra la semana en el 3,3%.

Por ello, cualquier dato, especialmente aquellos ligados a la evolución de los precios, puede afectar tanto al mercado de deuda como al de renta variable, en máximos históricos. "Hay elementos de 'mal de altura' en juego. Cuanto más se recupere el mercado más vulnerable puede ser el revés cuando las cifras económicas no se ajusten a la narrativa de una reducción de tipos de interés", opina Chris Larkin, de Morgan Stanley.

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