
Hace escasos meses los analistas avisaban de que las materias primas eran la gran esperanza de los inversores para hacer frente al complicado contexto que se cernía sobre los mercados. "Evite acciones y compre materias primas", este era el lema de uno de los últimos informes de noviembre de JP Morgan, que se sumaban a otros gigantes como Goldman Sachs o Wells Fargo. Las tres firmas avisaban de un "superciclo alcista" para 2024. En particular, esperaban un crudo desatado y unos metales en remontada, cogiendo a paso cambiado al mercado. Sin embargo, las últimas semanas del año y el arranque de 2024 han hecho saltar por los aires todas las previsiones. Ahora, tras un año complicado y de fuertes caídas, los expertos hablan de que, salvo sorpresa, el 'dolor' seguirá instalado en todos estos activos.
Tras un desplome del 11% de las materias primas el año pasado, los expertos del Banco Mundial dan por hecho que las caídas seguirán siendo la norma, con al menos un 4% de retroceso adicional este año. Los analistas de Oxford Economics avisaban de que "otro año de debilidad". El motivo para los expertos es múltiple. Por un lado, los recortes de tipos que impulsarán la economía, empujando la demanda del sector industrial, no parecen tan seguros ni tan potentes como se planteaban, antes de terminar el año. Por otro lado, una oferta desatada de crudo, y una capacidad de producción mejor de lo esperado en los metales, también empujará a la baja los precios.
Respecto a lo primero, las perspectivas económicas no parecen tan boyantes y esto amenaza con enfriar la demanda de las fábricas de todo tipo de productos. Desde Fitch Solutions esperan un crecimiento económico mundial positivo pero las cifras serán muy débiles. Según la agencia, esperan que el PIB mundial se ralentice hasta el 2,1% frente al 2,6% de 2023. El banco mundial estima que este será del 2,4%, también marcando una ralentización. Por su parte, la OCDE espera una ralentización del 2,9% hasta el 2,7%.
"La preocupación por la anémica recuperación de China y el aumento de la producción de los países no pertenecientes a la OPEP (sobre todo en EEUU) dominan el sentimiento y hay pocos catalizadores positivos para el petróleo y el resto de materias primas a corto plazo", defiende Marc Elliott, especialista de energía de Union Bancaire Privée. Pekín es el segundo mayor exportador de materias primas del mundo, siendo responsable del 11,4% de las importaciones mundiales en 2022, cuando la economía aún estaba afectada por el covid.
Eso sí, Elliott remarca que "no puede ignorarse el riesgo de que los conflictos en Oriente Medio y las interrupciones en el mar Rojo y el Canal de Suez se extiendan y generen perturbaciones en el suministro". El experto afirma que "los cambios geopolíticos, notoriamente impredecibles, pueden alterar el delicado equilibrio muy rápidamente". Además, señala a amenazas climáticas como El Niño que "puedan provocar un verano demasiado caluroso, incrementando la demanda de energía".
El cambio radical con el petróleo
Un ejemplo claro de este cambio de paradigma ha sido Goldman Sachs que ha pasado de ver un potencial de revalorización en el barril del 30% en el caso del Brent (precio de referencia europeo), a apostar por una caída en 2024. Sarah Kiernan, directora de Ventas de Materias Primas de Goldman Sachs explicaba recientemente que "es muy probable que la caída de precios que observamos el año pasado puede continuar". De hecho, la experta señala un mínimo de 70 dólares y un máximo de 80. Una diferencia notable que se explica por varios factores, entre los que está la potente producción petrolera de EEUU, la incapacidad de la OPEP para pactar un recorte conjunto y una demanda menor de lo esperado, principalmente, por China.
Los precios del barril han caído un 20% en la recta final de 2023 debido a idea de un claro superávit comercial. La Agencia Internacional de la Energía, que proyectaba hace meses un déficit de 2 millones de barriles diarios, ahora espera una diferencia positiva de 560.000 barriles diarios entre la oferta y la demanda debido a la actividad petrolera de EEUU y otros 'actores inesperados' como Brasil.
Laurent Benaroche, gestor de fondos multi asset & overlay en Edmond de Rothschild AM explica que el mundo se enfrenta a una perspectiva de crecimiento más débil y que la economía China sigue "aún ralentizada" todo lo cual "favorece un debilitamiento de los precios del petróleo y, en consecuencia, de las materias primas". Además, el experto insiste en que, aunque la Fed y el BCE bajen tipos, incluso con un aterrizaje suave, esto no aliviará la situación pues "prevalecerá el efecto de las subidas que llegará este año como un golpe retardado".
Además, Benaroche se muestra convencida en que la OPEP+ no puede pisar más el acelerador porque "las disensiones internas podrían impedirlas". En ese sentido, cree que "la capacidad de excedentes del cártel" es ya demasiado grande con 4 millones de barriles diarios. El gran riesgo, sin embargo, está el mar Rojo con una "interrupción del suministro de petróleo y de subidas repentinas de los precios" una situación vayas posibilidades "han aumentado con la creciente amenaza de regionalización del conflicto en Oriente Medio".
Desde Shcroders, por su parte, señalan que habrá dos actos este 2024, muy diferenciados con respecto al petróleo. "En el primer semestre, vemos un aumento de existencias" que provoque caídas o volatilidad en el precio del crudo. Sin embargo, los expertos de la empresa señalan que "la segunda parte del año puede haber un desabastecimiento potencialmente pronunciado, dado que, a medio y largo plazo la oferta de los países no pertenecientes de la OPEP no será suficiente y creemos que está tendrá gran influencia en los precios" provocando subidas. Sin embargo, el cártel estará limitado porque "algunos de sus miembros ya han dejado claro que no aceptarán tener una cuota de mercado decreciente (por los recortes) cuando crezca la demanda de petróleo".
División absoluta en los metales
En los metales las dudas son mucho mayores pues la mayoría de estos se encuentran en un punto de inflexión donde no se sabe cuál será exactamente la oferta ante un mundo en clara desaceleración. Desde Oxford Economics lo tienen claro y hablan de un año marcado por la debilidad. En resumen, las industrias de una Europa que coquetea con la recesión, un EEUU en desaceleración y una China peor de lo esperado demandarán menos acero, níquel, cobre… etc. "El impacto total de los altos tipos de interés se dejará sentir en los sectores intensivos en metales, como la construcción".
Además, los expertos creen que habrá una "fortaleza inusitada de la oferta" debido a una reducción de los costes de los insumos de producción. Un problema que ha venido lastrando al sector durante año. "A medida que las inversiones anteriores se pongan en marcha (este 2024) impulsarán superávits en el mercado". En ese sentido señalan al níquel como el caso paradigmático, anticipando unas caídas del 22%. En cualquier caso, esperan caídas para los precios de todos los metales industriales, pasando por el hierro, el aluminio, el cobre, el zinc y el plomo.
Desde Union Bancaire Privée piensan todo lo contrario y creen que "hay margen para un fuerte repunte". El motivo es que, según ellos, no está nada claro lo que va a pasar desde el lado de la oferta y creen que habrá, posiblemente "escasez material en minas, como ha habido el año pasado". En ese sentido avisan de que "hay indicios de escasez de material de otras minerías debido al descenso de los precios entre refinerías y mineras". Ponen como ejemplo el caso del cobre donde "aún no se ha reflejado la disponibilidad" pero que creen que acabará reflejándose. En ese sentido señalan que una China con malas perspectivas económicas es clave, pues su sector industrial, pero sobre todo el de infraestructuras "es un factor clave de demanda de activos como el hierro".
Maria Luisa Medaglia, especialista en materias primas de Eurozon, explica que ellos ven "que en 2024 el precio de las materias primas se verá impulsado por la evolución del crecimiento mundial por encima de otros factores". Según la experta un ejemplo de esto está particularmente en metales como el cobre que"está bien respaldado por la escasa oferta; un movimiento al alza significativo de la materia prima sigue estando ligado a la marcha de la economía china, que en este momento aún no está clara".
Todo depende del dólar
Aunque un factor clave y que ha pasado más bajo el rádar los últimos meses, pudiendo definir el por completo el rumbo de este mercado. Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro explica que "solo un dólar a la baja y una recuperación de la demanda china podrían compensar la desaceleración que va a venir de EEUU". Según la OCDE el país norteamericano relajará su crecimiento hasta el 1,3% de este año frente al 2,4% de 2023.
En ese sentido, explica que "las materias primas se benefician de un dólar más débil. Hannah Baldwin, Grupo CME, explica que "hay una relación directa y negativa entre el dólar y este activo, una bajada supone un aumento simultáneo de los precios" Desde J. Safra Sarasin también lo tienen claro y explican que "el comportamiento de los precios se ve influido de forma clara por el del dólar
Este factor, descontado positivamente ante la euforia de una cascada de bajadas de tipos en 2024, está siendo fuertemente amenazada por una gran incertidumbre sobre si el mercado estaba pasándose de frenada con estos movimientos por parte de la Reserva Federal. De hecho, el índice dólar, que compara la moneda con una cesta de divisas de todo el mundo, ha mostrado un rebote del 2% en lo que llevamos de 2024 ante esta situación.
Mar rojo y problemas geopolíticos
Los recientes problemas en el mar Rojo, que han obligado a cambiar la logística de todo el comercio mundial para evitar el Canal de Suez y estar bajo peligro de ataques Hutíes es un factor clave. Los analistas de ING señalan que el mercado de las materias primas es "uno de los más vulnerables a la tensión en la región". En particular, en los activos vinculados a la energía, "algunos como el petróleo, gracias a esta situación, se mantendrán bien respaldados" y una escalada mayor podría afectar positivamente a los precios.
Aunque no es solo el petróleo, cuya demanda se espera que sea menor de lo esperado y que empuje a la baja los precios. Los metales son uno de los grandes perjudicados por este cambio de ruta. Un ejemplo de esto es el aluminio, pues Europa depende en gran medida de este metal y no tiene productores cerca, por lo que buena parte del mismo proviene de cargueros que cruzan el canal de Suez. En ese sentido, el bloqueo ha prendido los precios de este material, que se ha disparado hasta un 15% desde principios de diciembre.
"Con Europa coqueteando con la recesión, el impacto es menor dado el contexto de oferta y demanda"
Sin embargo, la situación actual se antoja insuficiente para los expertos para declarar el mar Rojo como un peligro real. El motivo es que, a pesar de que innegablemente eleva los precios de los cargueros, alterando sus rutas y afectando a las materias primas, este problema viene en el 'mejor momento'. Al menos eso es lo que opinan los expertos de eToro que califican las perturbaciones actuales como "menores" dado que "con Europa coqueteando con la recesión, el impacto es menor dado el contexto de oferta y demanda".
Sin embargo, lo peligroso no es tanto el bloqueo en sí mismo, sino los acontecimiento que deriven del mismo. En un mundo atravesado por dos guerras como la de Israel contra Hamás y de la de Rusia contra Ucrania, nuevos acontecimientos en Oriente Medio pueden cambiarlo todo y de hecho, el propio Banco Mundial reconoce que una gran escalada que lleve a una interrupción de los precios podría provocar un petróleo desatado un 75%. Por lo tanto, pese a que ahora las materias primas parezcan en retirada, la geopolítica determinará si este escenario se cumple o si el mundo avanza hacia otro radicalmente distinto.