
Podría darse la posibilidad de que unos costes de financiación altos para el Tesoro de Estados Unidos frenasen las subastas de deuda. Pero esta no ha sido la realidad hasta la fecha ya que se han superado los 12 billones de dólares de deuda emitida, un importe nunca antes alcanzado y que no ha dado muestras de fatiga en los últimos tres años. La fascinación del mercado por los títulos de deuda de la economía de referencia no decae a pesar del repunte de rentabilidades que ya deja pérdidas para el inversor, por precio, en lo que va de ejercicio.
La estrategia del Tesoro de Estados Unidos, como la de mayor parte de los encargados de emitir deuda soberana, sigue siendo la de pedir dinero prestado al mercado como ya se hizo aprovechando los tipos bajos, a cero o incluso en negativo hasta 2022. Y eso a pesar de que los tipos de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos mantiene la referencia en su punto más alto de este ciclo y sin expectativa de que vayan a recortarse en el primer semestre del año, según recoge Bloomberg. Esto permite al índice que recoge el conjunto de las emisiones de deuda estadounidense superar los 12 billones de dólares, aunque su valor de mercado sea inferior y se quede por debajo de esa cifra, hasta los 11,1 billones de dólares.
Ocurre que los precios de títulos como el bono a diez años de Estados Unidos se han venido abajo en este 2024 a medida que se retrasaban las expectativas de en qué momento arrancaría el recorte de tipos de la Fed. Aun así, un inversor en bonos soberanos estadounidenses pierde menos de un 2% en lo que va de año mientras que uno con posición a escala global (siguiendo el índice de Bloomberg y Barclays) roza el 3,5%. Y es que por rentabilidades, los títulos de deuda estadounidenses a un año, más sensibles a los tipos de interés, cotizan por encima del 5% en el mercado secundario mientras que los bonos con vencimiento a diez años se sitúan en el 4,27%.
Ahora que no se esperan cambios en la referencia de los tipos de interés en Estados Unidos hasta junio (los tipos seguirán hasta esta fecha en el 5,5%) la evolución de la inflación en el país dictarán si se retrasa más o no el pivote de la política monetaria estadounidense. Ya ocurrió en las últimas emisiones de deuda del año pasado, a partir de noviembre, cuando los signos de buena marcha de la economía estadounidense tuvo un impacto directo en los rendimientos de la deuda estadounidense y en la estrategia de financiación del Tesoro Público.
No obstante, se vuelve a valorar la posibilidad de un cierre parcial del Gobierno estadounidense en pleno año electoral como un elemento más que tense al mercado de deuda global. "Las diferencias entre republicanos y demócratas aumenta las puerilidades de cierre a partir de marzo. Creemos que hay un 30% de posibilidades de que esto ocurra a partir del 8 de marzo", estima el analista de Bloomberg, Duane Wright.
De esta forma, aún se espera que los rendimientos en los títulos estadounidenses puedan verse afectados al alza en el corto plazo y marquen nuevos máximos del año por encima de los actuales. Esto abre de nuevo el debate entre las principales firmas de inversión de si es el momento de aumentar la duración o no en las carteras, como ya valoraron los expertos para la deuda española en la última encuesta a expertos de elEconomsita.es.
Desde Bank of America consideran que aún hay que esperar ante de agregar duración esperando a que el bono de EEUU a diez años se acerque al 4,5%. "Las últimas actas de la Fed hablan de una discusión en las condiciones financieras ante el progreso de la inflación, lo que nos sugiere paciencia a la hora de pensar en duración", explicaron desde el banco de inversión. En BMO Capital Markets iniciaron una posición corta con el rendimiento del bono a diez años por debajo del 4,25% esperando a que suba hasta el 4,4%, según recoge Bloomberg.
Desde Barclays, por contra, consideran que hay pocas razones para que la tendencia al alza de los rendimientos del Tesoro continúe. "Los rendimientos cerca de máximos del año son una oportunidad para entrar en posiciones más largas", recogieron desde Société Générale.
A medida que se apliquen los primeros recortes de tipos en Estados Unidos, ya en el segundo semestre de este año según baraja la mayor parte de expertos, comenzará la caída generalizara de las rentabilidades. Así, el consenso de mercado que recoge Bloomberg estima que el bono a diez años de EEUU cerrará el 2023 en el 3,83% mientras que la deuda que vence a dos años estará en el 3,66%, entre cinco y diez puntos básicos por encima de lo esperado a comienzos de año para ambas referencias.