Redactor de elEconomista.es. Este es un buen sitio para encontrar informaciones de bolsa y mercados financieros. También escribo en Ecotrader y podrás escucharme en el podcast Estrategia de Mercado.

Los índices europeos arrancan la sesión prácticamente planos, con caída de hasta el 0,3% en el caso del EuroStoxx 50 y del 0,2% para el Ibex 35. Este martes será la primera sesión de septiembre para Wall Street después del festivo de la jornada anterior y el tono a ambos lados del Atlántico estará marcado por ligeros recortes a la espera de los próximos datos de empleo e inflación en Estados Unidos que den nuevas pistas a los inversores de cuáles serán los próximos pasos de la Reserva Federal de Estados Unidos. Mientras tanto, el EuroStoxx 50 pierde fuerza ante el S&P 500, que ya sube casi un 10% en 2025 y más que la referencia europea.

Comprar acciones de Wall Street sale caro. Es un mantra repetido durante todo el verano por los diferentes operadores del mercado que consideran que los principales índices bursátiles estadounidenses, en máximos históricos, están sobrevalorados. Pero más caro aún sale comprar la tecnología de Wall Street. El Nasdaq 100 cotiza con una prima casi del 30% frente a su media histórica y en territorio burbuja. Con las estimaciones de los expertos, habría que esperar a los beneficios de 2027 para dejar de pagar de más respecto a esas ganancias que se esperan, en comparación con la media de los últimos 20 años.

La bolsa europea arranca septiembre con tímidos ascensos. Después de uno de los agostos más atípicos de la bolsa con subidas ni vistas en una década en índices como el Ibex 35, Europa sube hasta un 0,3% este lunes en índices como el EuroStoxx 50. El selectivo español, por su parte, apenas suma un 0,1% que impide recuperar los 15.000 puntos básicos. A medida que los gestores e inversores vuelven de sus vacaciones, los principales datos macroeconómicos relevantes en las próximas sesiones será el dato de empleo de Estados Unidos. No obstante, la renta variable se encuentra ante una encrucijada ante el noveno mes del año.

La última semana del mes condicionó la tónica de todo agosto en el mercado de renta fija. En Europa la deriva de la crisis política en Francia tensó la deuda soberana gala ante la incertidumbre ejecutiva y la dirección del primer ministro francés, François Bayrou. Así, mientras la mayoría de bonos soberanos europeos a diez años salen de agosto con rentabilidades similares a las vistas el primero de mes, el bono francés con vencimiento a una década escala hasta el 3,5%: 15 puntos más que al cierre de julio.

El dragón de Shenzhen ha despertado y no es solo una metáfora. La bolsa China toma impulso hasta llevar al índice de referencia Csi 300 a subir un 14%, con lo que adelanta al Nasdaq 100 en 2025. En un alarde tecnológico, como el espectáculo de luces del dragón de la ciudad de Shenzhen que involucra a más de 1.400 drones en el cielo para dar forma al ser mitológico, las tech chinas reciben a los inversores que buscan compañías con valoraciones más atractivas que las que existen en la actualidad en Wall Street. Y hay varios vehículos de inversión accesibles en Europa para ser partícipe del renovado rally bursátil del gigante asiático.

La escalada bélica abre un nuevo capítulo en Europa. El banco francés BPCE acaba de emitir un bono de guerra con el objetivo de financiar proyectos en materia de defensa y seguridad en medio de la tensión geopolítica global y escasas horas después de que Alemania haya recuperado el servicio militar voluntario. Se trata de la primera emisión de deuda temática de estas características en la Unión Europea y una nueva herramienta con la que financiar proyectos tecnológicos y de infraestructura defensiva con una emisión prevista de 500 millones de euros.

El bono soberano del Reino Unido a 30 años anotó una rentabilidad del 5,6%. Con el repunte de su rendimiento en el mercado secundario ya cotiza en niveles no vistos desde 1998. La política monetaria del Banco de Inglaterra (BoE) dibujó un rumbo similar al del BCE en los últimos meses: un paulatino recorte de tipos de interés. Sin embargo, la inflación en las islas británicas y en la eurozona no fue de la mano.

Napoleón Bonaparte quiso estampar sus proezas militares en el Arco del Triunfo de París para glorificar su victoria en Austerlitz (a las puertas de la actual Eslovaquia) e inmortalizar su ambición territorial que llegó hasta Vilna (actual Lituania) en su campaña contra Rusia. Dos siglos después, la ironía histórica se impone. La actual crisis de Gobierno en Francia lleva a los bonos soberanos galos a cotizar con una rentabilidad de casi el 3,5%, la misma que ofrecen los títulos lituanos y los eslovacos cuando estos últimos cuentan con calificaciones de deuda mucho peores y de mayor riesgo.

El reloj de la inversión, la herramienta para posicionarse por tipos de activos según el momento del mercado, apunta a los bonos soberanos. Después de dos meses en los que las manecillas del instrumento ideado por Trevor Gretham, de Royal London Asset Management, se debatían entre la renta fija y la liquidez, ahora señalan con precisión a la deuda gubernamental como producto estrella para un periodo de crecimiento económico escaso y marcado por una inflación con riesgo de ser persistente. Es decir, una reflación que no da la hora para tomar posiciones en renta variable ante una bolsa sobrevalorada, como opinan la mayor parte de expertos en la actualidad.

La incertidumbre geopolítica mantiene bajo tensión al mercado de bonos soberanos y eleva la rentabilidad de la deuda europea a más corto plazo. No obstante, los mayores vencimientos también registran su particular repunte de rendimientos. Los bonos alemanes a 30 años ya ofrecen un 3,35% de yield que supone alcanzar un nuevo máximo no visto desde junio de 2011 por el aumento del déficit fiscal que se espera en Alemania y por el encarecimiento de los costes de financiación ante el fin de los recortes de tipos de interés del Banco Central Europeo.