
La escalada bélica abre un nuevo capítulo en Europa. El banco francés BPCE acaba de emitir un bono de guerra con el objetivo de financiar proyectos en materia de defensa y seguridad en medio de la tensión geopolítica global y escasas horas después de que Alemania haya recuperado el servicio militar voluntario. Se trata de la primera emisión de deuda temática de estas características en la Unión Europea y una nueva herramienta con la que financiar proyectos tecnológicos y de infraestructura defensiva con una emisión prevista de 500 millones de euros.
En conflictos como la Segunda Guerra Mundial, los Estados beligerantes emitieron bonos de guerra con los que financiar directamente el esfuerzo bélico del país. Ucrania está haciendo lo mismo actualmente para respaldar sus esfuerzos militares contra Rusia con títulos con vencimiento de hasta un año y medio y a intereses que van hasta el 16% (en divisa ucraniana). La emisión del grupo francés BPCE no puede equipararse a estos bonos de guerra, puesto que no están respaldados por ninguna administración pública europea. Es un título privado y está enfocado al mercado de capitales y no solo a los ciudadanos europeos.
BPCE lanza este bono temático de defensa a cinco años en consonancia con la nueva metodología de Euronext diseñada para este tipo de emisiones de deuda con enfoque en la tecnología e infraestructura armamentística. Es decir, es el primer bono de su clase, como recoge el grupo francés en su folleto, destinado a financiar empresas militares afincadas en la eurozona.
Se trata de una nueva herramienta a disposición del inversor con el que poder ser partícipe del auge de esta industria. Y es que el sector de defensa cotizado es uno de los más alcistas de la bolsa del Viejo Continente no solo este año, sino prácticamente desde que Rusia invadió a Ucrania en 2022. Solo la banca europea rivaliza con compañías como la alemana Rheinmetall (sube un 165% este año), Saab que avanza un 127% en 2025 (compañía sueca que fabrica submarinos y también opera en la industria aeroespacial) o Indra, que dobla su valor en bolsa desde el 1 de enero.
"La promesa de utilizar fondos recaudados para este cometido refleja la gigantesca tarea que tiene por delante Europa. Creo que veremos más intervenciones de los bancos para apoyar la financiación de las ambiciones de defensa de Europa", comentó el director de estrategia de ING Group en relación a la colocación de estos bonos.
El primero de su clase
Los primeros cálculos que recoge Bloomberg estiman que el precio de la emisión de este bono podría rondar los 105-100, por lo que el interés anual podría oscilar entre el 3,9% y el 2,8% con estos niveles. No obstante, aún no hay datos reales al respecto. Por otra parte, la calidad crediticia de estos bonos es de 'A1', 'A+' y 'A+', según las tres principales calificadoras crediticias del mercado. Es decir, es un bono con grado de inversión y la fecha de liquidación (fecha en la que la compraventa se completa oficialmente) está prevista para el 5 de septiembre.
No es el primer esfuerzo de BPCE en el campo de la financiación de la industria de guerra, comúnmente denominado sector defensivo o industria de seguridad para dar uso a los eufemismos. El grupo francés recoge en la documentación que acompaña a esta emisión de deuda que ya multiplicó por más de dos veces su financiación a en este segmento y por más de siete veces la financiación a la exportación de productos de guerra franceses.
Si bien BPCE recoge que se inspira en los estándares existentes para el mercado de bonos verdes, no puede clasificar esta emisión como un "instrumento de deuda sostenible", lo que aleja a los inversores que priorizan los activos y productos que llevan una etiqueta ética.
Esta emisión se ha producido en un contexto de inestabilidad no solo geopolítica, sino también de incertidumbre en Francia. Y es que, en paralelo, el gobierno de Bayrou pende de un hilo. Los bonos soberanos franceses disparan su rentabilidad en el mercado secundario hasta el 3,5% en el caso de la deuda a diez años. Es decir, la aversión al riesgo de los inversores se sitúa en línea de otros bonos de menor rating crediticio como la lituana o la de Eslovaquia.