
Napoleón Bonaparte quiso estampar sus proezas militares en el Arco del Triunfo de París para glorificar su victoria en Austerlitz (a las puertas de la actual Eslovaquia) e inmortalizar su ambición territorial que llegó hasta Vilna (actual Lituania) en su campaña contra Rusia. Dos siglos después, la ironía histórica se impone. La actual crisis de Gobierno en Francia lleva a los bonos soberanos galos a cotizar con una rentabilidad de casi el 3,5%, la misma que ofrecen los títulos lituanos y los eslovacos cuando estos últimos cuentan con calificaciones de deuda mucho peores y de mayor riesgo.
Los inversores incorporaron una nueva prima a los bonos franceses con el riesgo político de Francia. Los datos macroeconómicos del país en lo que va de 2025 y la evolución de su déficit fiscal ya llevaron antes del verano a situar el yield de estos títulos en el mercado secundario por encima de la de los españoles o los portugueses. Los países periféricos que llevaron el acrónimo despectivo PIGS (de cerdo, en inglés, que forma su acrónimo por Portugal, Italia, Grecia y España) empezaron a verse como más seguros que los de Francia, país que se incluía como el segundo gran pilar de la Unión Europea tras Alemania.
Con la probable caída del ejecutivo del primer ministro Bayrou, el precio de los bonos franceses cae a mayor velocidad que sus comparables centroeuropeos y los equipara a la de otros bonos de la eurozona en el este. El bono francés a diez años cotiza con un rendimiento del 3,49% (llegó a superar el 3,5% que es su máximo de marzo de este año) mientras mantiene una calificación crediticia de 'AA- con perspectiva negativa' para Standard & Poor's (S&P) y de 'AA(alto)', según Dominion Bond Rating Service (DBRS) de Morningstar.
En paralelo, Lituania cuenta con un rating de 'A con perspectiva estable' para S&P y de 'A(alto)' para DBRS mientras su bono a diez años se sitúa en el 3,45%. Eslovaquia tiene una puntuación de 'A+ con perspectiva negativa' para S&P y de 'A(baja)' según DBRS. Todos cuentan con un rating de grado de inversión, pero con mejores notas para la deuda gala que incrementa su rendimiento en lo que va de año 30 puntos básicos.
Sin embargo, ya hay expertos que están alertando de que los bonos franceses podrían ver una revisión crediticia a la baja en próximas fechas. Desde Citi apuntan a que el aumento del riesgo político podría llevar a Fitch a empeorar su nota para los títulos soberanos galos. La moción de censura está agendada para el 8 de septiembre y la revisión de esta firma para el 12 de septiembre.
Además, unas elecciones anticipadas llegarían, como pronto, tras la revisión crediticia de Moody's del mes que viene. "El próximo gran catalizador para los diferenciales de los bonos gubernamentales franceses son las revisiones de las agencias. Éstas podrían invocar la inestabilidad política para justificar sus rebajas. [...] Creemos que la volatilidad se mantendrá alta en la curva de deuda francesa en el tercer trimestre", escriben los expertos de Natixis, Hadrien Camatte y Théophile Legrand.
Es cierto que el riesgo de comprar deuda francesa crece, pero no supone una amenaza real de impago, según los créditos de permuta CDS (Credit Default Swaps) para cubrir una inversión en bonos franceses durante cinco años. En lo que va de semana, estos CDS suben casi en vertical hasta los 37 puntos básicos pero no llegan ni a la mitad del máximo visto este año, que se alcanzó en abril cuando toda la deuda europea se disparó ante el plan de rearme de Bruselas. "Si los diferenciales de los CDS a cinco años de Francia se amplían hasta los máximos del año en abril, los rendimientos del bono a 10 años subirá aproximadamente hasta el 3,67% y un diferencial con el bono alemán de unos 95 puntos básicos", explica el analista de Bloomberg, Ven Ram.
Así, asegurar hoy una inversión de 1.000 euros en bonos franceses durante cinco años cuesta 3,7 euros al año (5,5 euros el primer año con la prima inicial) o menos de un 0,4% anual. Dicho de otra forma, el riesgo de impago de Francia ronda el 3% frente al 2,2% de España, según se desprende de los CDS a cinco años, o del 1,5% del Reino Unido cuando su bono a 10 años se sitúa en el 4,7%, 120 puntos por encima que los títulos galos.
Inversores japoneses aprovechan la oportunidad
Las ventas de bonos franceses que evidencian el riesgo de colapso del gobierno francés han sido aprovechadas por los inversores japoneses. Los fondos Fivestar Asset Management y Nissay Asset Management afirman que los precios actuales de los bonos galos son una oportunidad para los fondos nipones, que representan el tercer mayor destino de los inversores japoneses en el extranjero. "Estamos buscando activamente oportunidades de compra en bonos soberanos franceses, ya que el diferencial con los bonos alemanes se está ampliando", comenta el director de inversiones estratégicas de Nissay en Tokio, Eiichiro Miura.
"El voto de confianza es simplemente un evento regulatorio debido a la situación de un parlamento sin mayoría absoluta. Las preocupaciones sobre el presupuesto y el riesgo crediticio francés no surgirían de inmediato y las agencias crediticias podría no tomar medidas", explica para Bloomberg el gestor de carteras de Fivestar, Ideo Shimomura.
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