
El mercado de deuda tuvo varios eventos con los que lidiar en las últimas cinco sesiones. Pero fue el último indicador de la semana el que puso del revés al mercado de deuda: el dato de empleo de julio en Estados Unidos. El drástico recorte de nóminas no agrícolas trajo la percepción de que el mercado laboral estadounidense está demasiado afectado como para que la Reserva Federal no tome medidas en septiembre. Esto abalanzó a los inversores al mercado de renta fija y disparó los precios de los bonos estadounidenses y europeos. Como ejemplo, el bono estadounidense a diez años cayó hasta el 4,25% de rentabilidad (la rentabilidad se mueve en sentido contrario al precio de los bonos).
No obstante, fue la deuda a más corto plazo la que reaccionó con mayores recortes de rentabilidad. Como ejemplo, los bonos a dos años y la deuda a doce meses recortó en 20 puntos básicos su retorno, lo que devuelve a estos títulos por debajo del 4%. La presión compradora del mercado que ahora adelanta el recorte de tipos de interés a la reunión de septiembre, según Bloomberg, es la más elevada desde el verano del año pasado, cuando las políticas del Banco de Japón desencadenaron una serie de acontecimientos que provocaron el desplome de la bolsa global y la compra de bonos soberanos en busca de refugio.
Así, los datos macroeconómicos recuperan su importancia en un entorno en el que el acuerdo arancelario entre Estados Unidos y la Unión Europea apenas tuvo impacto en la semana en la evolución de la rentabilidad de los bonos. Tampoco el discurso del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell marcó la trayectoria de los principales bonos soberanos, a pesar de endurecer su discurso en su última intervención.
El tono conservador y la aparición de dos disidentes en la Fed, por primera vez desde 1993, llevó al mercado a pensar que no llegaría el recorte de tipos hasta octubre (ahora vuelve a adelantarse por el último dato de empleo). En paralelo, el alcance de un acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea evitaba el peor de los escenarios arancelarias: buena noticia para el mercado de la eurozona. En paralelo, el dato adelantado del PIB de la eurozona refleja un crecimiento del 1,4% frente al 1,2% esperado según el consenso de mercado que recoge Bloomberg. Son seis trimestres consecutivos al alza en un contexto de incertidumbre arancelaria.
Sin embargo, una segunda lectura en los términos del acuerdo comercial entre Trump y von der Leyen trajo al mercado un sentimiento de derrota que se tradujo en una ligera caída de los precios de los bonos soberanos europeos. Si el bono alemán a diez años se sitúa en el 2,65%, el español roza el 3,25% de rentabilidad y el francés el 3,32%. En el Reino Unido los títulos a diez años saldan la semana con menor presión al retroceder hasta el 4,5% mientras que los bonos suizos se desmarcan con una caída generalizada de las rentabilidades que arrastra a su curva de deuda soberana aún más a terreno negativo.
En Asia, el Banco de Japón dejó sin cambios su política monetaria en el 0,5% mientras que mejoró sus expectativas para la economía nipona para 2025. Ante este panorama la deuda soberana japonesa salda la semana sin apenas variaciones con el bono a diez años congelado en el 1,55%.