Banca y finanzas

La gran banca engorda un 14% su hucha de capital pese a tipos más bajos

  • Las entidades cotizadas acumulan 54.342 millones de solvencia adicional sobre los requisitos del BCE
  • BBVA y Santander son los que más suben sus reservas desde junio de 2024, un 16,7% y un 15%
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El ciclo de bajada de tipos orquestado por el Banco Central Europeo (BCE) en el último año no ha puesto en peligro las reservas de capital de la banca que, al contrario, ha aumentado su hucha, siguiendo la estela de unos mayores beneficios. Según cifras de finales del primer semestre, las seis entidades cotizadas acumulan 54.342 millones de euros en exceso de capital sobre los requisitos mínimos de Fráncfort, lo que supone un 14% más que un año antes. La alforja viene más cargada para poder repartir más dividendos o realizar fusiones y adquisiciones.

A finales de 2024, el BCE elevó las exigencias de capital a la banca española en alrededor de 3.500 millones para que armen su escudo anticrisis ante un posible deterioro de los activos. Desde aquel momento, la incertidumbre no ha dejado de escalar. En los últimos meses, las repetidas amenazas de Donald Trump con imponer aranceles al resto de países han despertado el espectro de la guerra arancelaria, que ha ensombrecido el crecimiento económico mundial y ha puesto en alerta a la banca ante la posibilidad de que sus clientes tengan más dificultades para cumplir con sus pagos.

Con las tarifas comerciales ya encima de la mesa, las entidades no bajan la guardia, pero los riesgos de empeoramiento de calidad crediticia aún no se han materializado y el sector cuenta con unos balances que gozan de buena salud y unos colchones de capital más inflados que hace un año.

La gestión de capital es un delicado ejercicio de balance: las entidades tienen que estar suficientemente aprovisionadas para resistir a cualquier impacto, pero sin engordar demasiado su hucha, algo que puede entorpecer su eficiencia y su rentabilidad. Cada banco decide operar con un mayor o menor colchón sobre el mínimo de capital exigido por el BCE, de acuerdo con su propia estrategia de gestión.

Santander exprime su capital

Además de los requisitos marcados por la institución que preside Christine Lagarde, las entidades suelen fijar objetivos internos de capital, a partir de los cuales definen también su política de retribución al accionista. Incluso sobre sus propios criterios, los bancos están cubiertos de sobra, al tener un exceso de capital de alrededor de 6.850 millones. Eso sí, esa cifra es un 8% más baja que a finales de junio de 2024, debido a que algunos bancos, como Santander, CaixaBank y Unicaja se volvieron más cautelosos y elevaron sus metas internas de solvencia.

Un año más, el que exhibe más músculo en cifras absolutas es el Santander. Su CET1 ascendió a un 13% en el primer semestre frente al 9,67% exigido por el BCE, lo que se traduce en una sobrerreserva de 20.740 millones, un 15% más que el año anterior. La entidad presidida por Ana Botín cuenta con un rango operativo de capital del 12-13%, pero este año ha situado su objetivo en la parte alta, con lo cual actualmente no dispondría de capital sobrante.

Sin embargo, en la última presentación de resultados, el director financiero, José García Cantera, aclaró que posiblemente el banco generará más capital en la segunda mitad del año, lo que abriría la puerta a más recompras de acciones, por encima de los 10.000 millones previstos para el bienio 2025-2026 y anunciados el pasado febrero.

La capacidad de absorción de riesgos de BBVA no se queda muy lejos. El grupo pilotado por Carlos Torres ha mantenido su objetivo de capital en la horquilla 11,5-12%, pero su ratio CET1 ha escalado en un año del 12,75% al 13,34%. Por tanto, su capital excedente se ha casi duplicado a lo largo del periodo, hasta superar los 5.100 millones. Esta alforja cobra especial relevancia en el contexto de la opa al Sabadell en la que la entidad vasca se encuentra inmersa desde hace más de 15 meses. Si quisiese, BBVA podría utilizar parte de esta reserva para subir el precio de su oferta que, tras el ajuste por el dividendo que el vallesano remunerará a sus accionistas este viernes, pasará a ser de una acción del BBVA más 0,70 euros por acción a cambio de 5,5483 acciones del Sabadell.

Ahora bien, de esos 5.188 millones hay que descontar los 700 que el vasco tiene ya comprometidos en la oferta y los costes de reestructuración de cara a la absorción -estimados en 62 puntos básicos de capital-, lo que dejaría el margen extra en algo más de 2.000 millones.

Para seducir a los dueños del catalán, la entidad bilbaína podrá mejorar su propuesta hasta cinco días antes de que se cierre la ventanilla -su apertura está prevista dentro de pocas semanas-, si bien su cúpula directiva descartó este escenario en múltiples ocasiones. Sobre los requisitos mínimos de Fráncfort, el colchón de BBVA supera los 16.300 millones, un 16,7% más que el año anterior.

Unicaja, el más estricto

El banco opado también reforzó su hucha, con un capital excedente de 3.700 millones ante una solvencia del 13,62% frente al 8,95% solicitado por el BCE. Sabadell presentó a finales de julio su plan estratégico 2025-2027 en el que prevé repartir a los accionistas el CET1 que supere el 13%, equivalente a alrededor de 6.300 millones en el trienio. A finales de junio, el colchón sobre su objetivo interno era de 491 millones.

En el caso de CaixaBank, el capital adicional sobre las exigencias del BCE supera los 9.200 millones y se queda en alrededor de 605 millones con respecto a sus objetivos internos nuevos y más conservadores. En su plan estratégico 2025-2027 hecho público el noviembre pasado, escaló su objetivo de solvencia desde el 11-12% a un 11,5-12,5% -en 2025 la horquilla es 11,5-12,25%-, con el compromiso de invertir cualquier excedente por encima del umbral entre recompra de acciones y dividendos para mejorar la remuneración al inversor.

Bankinter no hace público su objetivo interno de solvencia, pero su CET1 del 12,57% queda muy por encima del 7,81% requerido por el BCE, lo que supone un exceso de casi 2.100 millones. Una cantidad parecida a la que exhibe Unicaja (2.239 millones), que tiene una solvencia del 16%, casi el doble del 8,21% exigido por Fráncfort. El banco malagueño tiene su objetivo mínimo de CET1 en un 12,5%, aunque pretende que esté por encima del 14% a lo largo del trienio 2025-2027. Por tanto, su capital sobrante se sitúa en 575 millones.

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