Bolsa, mercados y cotizaciones

El reloj de la inversión mueve la manecilla al mercado de bonos pero no a la bolsa: "Las desorbitadas valoraciones son motivo de cautela"

  • Ante un mercado sobrecalentado, el experto de Royal London AM aconseja cautela
Un reloj de bolsillo con dólares y planes de inversión. Dreamstime

El reloj de la inversión, la herramienta para posicionarse por tipos de activos según el momento del mercado, apunta a los bonos soberanos. Después de dos meses en los que las manecillas del instrumento ideado por Trevor Gretham, de Royal London Asset Management, se debatían entre la renta fija y la liquidez, ahora señalan con precisión a la deuda gubernamental como producto estrella para un periodo de crecimiento económico escaso y marcado por una inflación con riesgo de ser persistente. Es decir, una reflación que no da la hora para tomar posiciones en renta variable ante una bolsa sobrevalorada, como opinan la mayor parte de expertos en la actualidad.

El ejemplo de que las valoraciones apenas compensan el riesgo está en Wall Street. La rentabilidad del S&P 500 está por debajo del bono de EEUU a diez años, en el 4,3%. La cantidad de dinero invertido en Estados Unidos duplica con holgura el tamaño del PIB de EEUU y está en máximos históricos, según el indicador popularizado por el icónico inversor Warren Buffett. Y la última encuesta de Bank of America a gestores indicaba que la sobrevaloración de la bolsa está en niveles récord.

Los acuerdos arancelarios entre Estados Unidos y Japón y con la Unión Europea también esquivaron un escenario catastrófico para el comercio internacional. Falta cerrar el capítulo con China, pero por el momento no se espera una guerra comercial sin cuartel y Powell adelantó en Jackson Hole que la Reserva Federal de Estados Unidos podría salir del letargo en septiembre. "Los inversores ya han descontado los buenos resultados empresariales, la menor prima de riesgo geopolítica y el próximo recorte de tipos de la Fed. Las valoraciones son exigentes y son necesarios nuevos catalizadores para seguir avanzando", explican desde Bankinter.

En este contexto, el jefe de multiactivos de Royal Asset Management ajusta su reloj de inversión en el mismo huso horario que el resto de agentes del mercado que llevan a la bolsa estadounidense a marcar nuevos máximos históricos. "Las desorbitadas valoraciones son motivo de cautela a largo plazo. La debilidad del mercado podría extenderse por un largo periodo como suele ocurrir cuando compras algo que ya está caro y se sigue apreciando", comenta Greetham.

Así, con la actualización de agosto del reloj de la inversión de Royal London Asset Management, el momento actual generaría el clima idóneo para configurar la cartera con un perfil más defensivo. Los bonos, soberanos principalmente, encuentran en este clima de crecimiento que se mueve con la tendencia pero con el riesgo de la inflación al alza su escenario más benévolo.

Así, sería el momento de bajar la exposición en materias primas ligadas a los metales preciosos, con el oro también en zona de máximos aunque cediendo un 1,7% desde su techo en el mercado. Esto tampoco implica cerrar todas las posiciones en bolsa. La firma de inversión británica aboga por reducir exposición en renta variable estadounidense para diversificar más allá del dólar. Se muestran, tácticamente, más optimista con Wall Street que a primeros de año pero las elevadas valoraciones, el riesgo geopolítico y el posible cambio de régimen en el comercio mundial hacen elevar la cautela en renta variable a Royal London Asset Management. Según la herramienta ideada por Greetham, la aguja estaría apuntando más a los valores defensivos y de crecimiento que a los puramente defensivos o a los cíclicos.

En el peor de los escenarios, consideran que el shock arancelario de Trump podría terminar como ocurrió en el mercado con el Covid-19: con un "pánico deflacionario que de paso a una recuperación inflacionaria. Sin embargo, el estímulo no es inevitable en una crisis de oferta y no se puede descartar una crisis más prolongada y dolorosa como una crisis financiera mundial", recogen desde la firma británica.

Qué hizo el reloj de la inversión hasta ahora

El reloj de la inversión está diseñado como un auténtico cronógrafo. Es decir, sus agujas se mueven en sentido horario siguiendo las cuatro fases de un ciclo económico (recuperación, expansión, auge y recesión) para componer las carteras por tipo de activo y estrategia con la que maximizar la rentabilidad de la inversión en cada fase. En la mayor parte del 2025 las manecillas giraron hacia la derecha junto a las expectativas del mercado que apuntaban al crecimiento en medio de un clima de incertidumbre. No obstante, cuando el sesgo de riesgo prima sobre la expansión del momento, el reloj atrasa su hora.

Esto ocurrió en febrero de este año. Con la apuesta de Donald Trump sobre la mesa por imponer su política arancelaria a todo el mundo se instauró el riesgo de mantener una coyuntura reflacionaria mantenida en el tiempo. Esto retrasó el reloj hasta el punto de sacar la aguja del cuarto de recuperación (véase gráfico). No llegó a ocurrir. El mercado aprendió a convivir con las continuas intervenciones de Donald Trump, aunque ello no evitó asistir a sesiones de grandes correcciones y grandes rebotes.

Al arrancar el verano, y ya después del shock arancelario de abril, el mercado estaba en vilo en plena negociación para determinar qué porcentaje de aranceles recibiría cada país o región. En este periodo, la posición de liquidez y de valores refugio como el oro era la zona indicada por el cronógrafo de Greetham.

Mientras tanto y de manera casi ininterrumpida, las acciones tecnológicas en Wal Street lideraron el repunte de los mercados bursátiles a partir del Día de la Liberación y según se mitigaron los temores de recesión que no están plenamente descartados, ni de que la inflación pueda volver a subir de nuevo. "El escenario más arriesgado sería un fuerte aumento de la inflación. En EEUU, sería de corta duración, pero se produciría junto con el repunte del tipo básico que esperamos de los aranceles, lo que afectaría gravemente al estado de ánimo y aumentaría la incertidumbre", opina el estratega de mercados en Generali AM, Guillaume Tresca.

De hecho, hay más firmas, aparte de las anteriores, que aventuran un segundo semestre complejo. Desde Edmond de Rothschild AM también recogen que los indicadores económicos están empeorando, lo que mantiene a sus carteras con una infraponderación en renta variable. "Nos mantenemos neutrales en cuanto a duración, ya que los miembros de la Fed están de acuerdo sobre los movimientos futuros y preferimos bonos corporativos. Seguimos siendo negativos con respecto al dólar estadounidense", recogen desde la firma.

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