Director adjunto de elEconomista. Asesor del Fondo Tressis Cartera Eco30. Promotor del Eco10 y Eco30 Stoxx
Cortito y al pie del Ibex

Las bolsas van a acabar el semestre con una ganancia del 15% a ambos lados del Atlántico. Los asesores y gestores de banca privada no dejan de acabar sorprendidos por un primer semestre de 2023 en el que, según la mayor parte de los informes estratégicos de mercado, había que estar poco expuesto a bolsa porque cotizaría una potencial recesión.

Si el éxito es la diferencia entre expectativas y resultados, la industria de la inversión sintió un suspiro hace unas semanas al leer en titulares de prensa que la UE no prohibirá los incentivos por retrocesiones como pretendía inicialmente la comisaria de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, Mairead McGuinness. En el caso de nuestra compañera y corresponsal en la UE, Lidia Montes, el titular era más acertado: "Bruselas exigirá un estándar para comparar el coste de los fondos". Cero euforia. Para quien lee la letra pequeña de las informaciones, hay muy poco éxito en la propuesta para reformar la normativa sobre inversiones, que no prohibirá los incentivos para vender fondos de inversión, pero sí elevará las exigencias para evitar aumentar la transparencia. Y para aumentar la transparencia la propuesta de la Comisión Europea prohibirá las retrocesiones en el caso de la venta de fondos sin asesoramiento, porque considera que no se puede justificar el valor añadido.

Si por algo se caracteriza Ignacio de Colmenares es por la seriedad que aplica a todos los aspectos de su trabajo, también en las entrevistas. Sin embargo, en esta ocasión, hay una ligera distensión en su habitual formalidad. Quizá sea por el peso de encima que se ha quitado tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre Pontevedra (tras la cual esta es la primera entrevista que concede) o quizá, simplemente, porque era un día de lluvia que sirve para regar su oro verde, los eucaliptos y las 70.000 hectáreas de bosque que gestiona la compañía.

Creo que es poco discutible que nos adentramos en un mercado idóneo para aquello que popularizó John Bogle, el fundador de Vanguard Investment Group, al recomendar una cartera compuesta por un 60% de acciones -para proporcionar revalorización del capital- y un 40% en renta fija -con el objetivo de darle menos volatilidad-.

Entrevista

En plena pandemia, Lucía Comenge y Jorge Prim, los presidentes, tuvieron que viajar a Turquía para contratar al que desde 2020 es el encargado de dirigir la nueva etapa de Prim, basada en la optimización de los procesos y alcanzar los 300 millones en 2025 que vendrán a partes iguales de sus dos negocios.Fernando Oliveros apenas lleva tres años dirigiendo a Prim, a la cual considera una gran desconocida en el mercado y a la que aporta su experiencia en gigantes como Merck, Johnson & Johnson y Medtronic para liderar la digitalización y el crecimiento de una empresa que en los últimos 20 años ha sido una de las que más valor ha creado para sus accionistas en toda la bolsa española, de la que es una de las veteranas, con más de 150 años de historia (40 como cotizada).

Semana de paso atrás en los mercados porque la pendiente que vemos en la lontananza se vuelve a inclinar hacia arriba. El año pasado la visión para el segundo semestre era que teníamos que superar tres montañas: el final de la subida de tipos, que la alta inflación no se convirtiese en pegajosa y que los beneficios empresariales no se derrumbaran. Durante el buen hacer del mercado, que nos ha llevado a la bolsa europea hasta máximos del año el pasado día 19, el inversor ha comprado que las montañas se han convertido en mesetas. Y que incluso esas mesetas comenzaban a tener un tramo descendente, positivo tanto para la renta fija como la bolsa, entre finales de año y comienzo del que viene.

Desde 2015, Tressis ha levantado más de 200 millones de euros en capital privado, un área dirigida a inversores profesionales y altos patrimonios con la que prevé duplicar los activos bajo gestión en el plazo de unos tres años. Su doble estrategia pasa por sellar acuerdos de distribución a largo plazo con más gestoras y el lanzamiento de nuevos programas propios de inversión como los que desarrolla con éxito junto a firmas como Cedrus & Partners, 3WiseMen y Arada.

Uno de los errores más habituales de los inversores al comprar acciones -¡que hemos cometido todos!-, y se convierte hasta en un modus operandi sistemático, es no comprometer un objetivo a los títulos que hemos metido en cartera. Y no estoy hablando de inversores especialmente novatos, en sus primera operaciones bursátiles. La lógica es aplastante, ponemos una orden, a un precio razonable, bien porque consideremos que se trata de un negocio de crecimiento o bien porque estemos comprando una rentabilidad por dividendo atractiva. Hasta aquí, todo correcto. El error es no comprometer un objetivo de rentabilidad a esta inversión, una aspiración cuantificada de lo que debemos ganar con el único objetivo de poder examinar si nuestra inversión ha sido acertada o hay que reconocer un fracaso y vender.

Gemelos de los Rolling Stones, pulsera de Banco Santander y un anillo inteligente para analizar el sueño. "Viajo mínimo dos veces al mes a México, el truco está en llevar siempre el horario de España". Víctor Matarranz, responsable global de Wealth Management and Insurance de Banco Santander, recibe a elEconomista.es en la sede del Paseo de la Castellana para hacer balance cinco años después de la unificación de las divisiones de banca privada, gestión de activos y seguros de Banco Santander bajo su dirección. Una división que ya supone el 30% de las comisiones que ingresa el banco y que crece a doble dígito.

El responsable de una de las firmas de banca privada más pujante que hay en España se dio cuenta hace veinte años que la industria de la inversión está abocada a la reconversión siderúrgica. Su clarividencia sobre lo que iba a llegar era incuestionable, la irrupción del ETF, con costes de gestión irrisorios al lado de los de productos de calidad que no siempre lograban batir al mercado, iba a provocar que el cliente dejase de comprar atún Calvo y se fuese directo a la marca blanca del supermercado.