Los autónomos son comúnmente conocidos por ser "inmunes a las enfermedades", se dice de ellos que nunca enferman. Nada más lejos de la realidad. Para un autónomo, no poder asistir al trabajo supone no recibir ningún ingreso en la mayoría de los casos. Estos profesionales no disponen de la capacidad financiera para contratar un sustituto que cubra sus labores y, por ello, no abandonan su puesto aunque lo necesiten. El problema es que el colectivo tiene derecho a una baja remunerada y muchos de los integrantes no lo saben.
