La excepcionalidad del mundo con el COVID-19 nos ha trastornado a todos y el ámbito de la movilidad no ha sido una excepción. En la Semana Europea de la Movilidad, vemos como nuevos kilómetros de carril bici, más tráfico de vehículos privados, sistemas públicos de transporte incapaces de gestionar las horas punta de manera segura… Todo ha sumado para añadir confusión a un escenario económico y social ya de por sí complejo.