CEO de GesDirección

Estamos en plena temporada de Juntas Generales de Accionistas (JGA) y los inversores -tanto institucionales como pequeños accionistas- comienzan a vibrar pues llega el periodo de tomar posiciones y votar en las Juntas. Es el momento de verdad si desean influir en la marcha de la compañía.

Lo que afronta el BBVA en los próximos meses –por tomar un caso entre otros- con la renovación de un tercio de los miembros de su consejo (5 consejeros), es una circunstancia que se debe tomar como algo positivo. Se abre una ventana de oportunidad para incorporar perfiles más adecuados a los desafíos del banco de cara a los próximos años. Siempre y cuando dominen los criterios profesionales en esa decisión y permita dirimir entre la reelección de los actuales consejeros o la incorporación de nuevos. Ahora bien, se corre el riesgo de que si falla la objetividad se impongan los egos.

Las Juntas Generales de Accionistas (JGA) para 2022 se presentan con un grado de tensión superior a los últimos años. En cierto modo, un grado de inquietud es normal –incluso deseable- pues, como es bien conocido, la JGA constituye el órgano de gobierno soberano de la sociedad; y el Consejo de Administración sólo es el órgano delegado y colegiado que nombra la propia JGA. Por tanto, el Consejo "se debe" a la Junta General.

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