El mayor repunte en décadas de la inflación ha forzado a los bancos centrales a endurecer sus políticas monetarias, lo que generará un encarecimiento de las condiciones de financiación.
En este exigente contexto, el Ibex destaca desde un punto de vista positivo, ya que sólo cuatro de sus cotizadas temen una rebaja del rating que otorgan las agencias de calificación. Este indicador es uno de los que más utilizan los inversores para medir el riesgo de prestar a una compañía. De ahí que el bajo número de firmas expuestas a una peor nota refleja que la práctica totalidad del Ibex ha aprovechado el largo periodo de tipos al mínimo para reducir la carga de la deuda. Esta adecuada estrategia sitúa al indicador en buena posición para afrontar el alza de tipos.