Redactor de Internacional. Aprendí a cubrir economía en Argentina, aunque mi pasión siempre ha estado en Reino Unido y EEUU, en las que me centro actualmente, porque si algo no son precisamente estos dos países es aburridos. Estudio sobre el bitcoin y el universo de ideas y fraudes que ha crecido alrededor en mis ratos libres.

La vida en Argentina da muchas vueltas. Tras dos sonoras derrotas en las elecciones legislativas de mitad de mandato -una en el Gobierno y otra en la oposición-, Cristina Fernández de Kirchner pareció caer derrotada en 2013 y 2017, para resucitar una y otra vez. Esta vez, sin embargo, las urnas llegan este domingo con la actual vicepresidenta argentina en el hospital, recuperándose de una operación, y tras sumar otra derrota en la primera vuelta. Una situación, si se refrenda en esta votación definitiva, que dejaría al futuro de la legislatura pendiendo de un hilo y amenaza con torpedear las negociaciones con el FMI sobre la abultada deuda del país.

Las elecciones de 2019 en Reino Unido se centraron casi exclusivamente en el Brexit. Y Boris Johnson obtuvo una histórica mayoría absoluta -la mayor de su partido en 30 años- con una promesa clara: hacer realidad el Brexit ya, costara lo que costara, y acabar con los meses interminables de batallas y contrabatallas parlamentarias. Johnson cumplió su promesa la Nochebuena pasada, y las encuestas le recompensaron con un gran impulso en su apoyo popular. Pero nueve meses después, la magia de aquellos días ha acabado sepultada bajo estanterías de supermercado vacías y gasolineras cerradas. Lo último, un grave escándalo de corrupción que ha forzado a la dimisión de un diputado 'Tory'. Y el primer ministro no parece tener muy claro qué hacer, salvo revivir la crisis del Brexit para intentar reanimar su Gobierno.

A la larga lista de productos con desabastecimiento u otros problemas de producción en Reino Unido, uno nuevo acaba de sumarse: la carne. La Asociación Británica de Procesadores de Carne (BMPA, en inglés) ha advertido de una inminente subida de precios por la falta de trabajadores, que obliga a los ganaderos a llevar sus animales al extranjero para sacrificarlos para luego traerlos de vuelta.

Un 64%. Esa es la probabilidad que calculan los mercados de que el Banco de Inglaterra se convierta este jueves en el primero de los grandes bancos centrales del mundo en poner fin a la etapa de 'tipos cero' provocada por la crisis del coronavirus y anuncie su primera alza desde agosto de 2018, según los analistas de Berenstein. Un posible paso al frente que atrae la atención de todo el mundo: ¿hay agua en la piscina?

Ya hay una cifra para los daños provocados en la economía británica por el Brexit. Según ha publicado la Oficina de Responsabilidad Presupuestaría (OBR), el equivalente inglés a la AIReF española, el daño a largo plazo de la salida de la UE sobre el PIB del estado isleño será del 4%, frente a un 2% provocado por la pandemia de coronavirus. "A largo plazo, el Brexit tendrá un impacto mayor que la pandemia", sentenció el presidente de la OBR, Richard Hughes, en declaraciones a la BBC.

Este miércoles, el Gobierno británico por fin puso sobre el papel todas las promesas impositivas y de gasto que había ido anunciando en los últimos meses. Y el conjunto sigue siendo sorprendente: el plan presentado por el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, prevé que la presión fiscal alcance máximos de 1950 a final de legislatura, superando el 36% del PIB en recaudación, con un gasto superior al 41%. Pero la noticia que más sorprendió a los mercados fue un cambio en los impuestos al alcohol, que supondrá una leve reducción del precio de la cerveza en los bares.

Con la inflación desbocada en Reino Unido, el Gobierno filtró este lunes que subirá el salario mínimo un 6,6%, hasta unas 1.520 libras al mes (1.800 euros), aceptando las recomendaciones de la Comisión de Salarios Bajos, una organización asesora del Gobierno. Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar, porque gran parte de esa subida se irá en impuestos y recortes en otros ingresos.

Escalada en la batalla retórica entre Bruselas y Londres. Según ha revelado la agencia Bloomberg, la UE ha advertido en privado al Gobierno de Boris Johnson que, si rompe unilateralmente el acuerdo del Brexit sobre la situación de Irlanda del Norte, el club europeo se plantearía hacer lo propio con el acuerdo comercial firmado la Nochebuena pasada. Una amenaza de ruptura total para frenar la tentación del 'premier' británico y su ministro del Brexit, Lord Frost, de usar a Irlanda del Norte como una ficha más para presionar a Bruselas.

De cara a la Cop26, la cumbre internacional sobre el cambio climático que se celebrará en Glasgow en noviembre, el Gobierno británico ha empezado a publicar sus propuestas para llegar a las emisiones cero netas. Y el informe más polémico, que el Ministerio de Empresa y Energía ha retirado en menos de una hora tras su publicación, es uno en el que sugería la creación de un impuesto a "la carne más contaminante", especialmente la de ternera, para "animar a la gente a consumir más productos vegetales", en una situación que recuerda mucho a la vivida en España con el ministro Alberto Garzón.

Los años 70 están de moda otra vez. Pero en el Reino Unido, aquella década no evoca la música disco ni la transición, sino una inflación desbocada, superior al 20%, que tumbó varios Gobiernos y llevó a una década de durísimos ajustes. Y la hostelería británica ha sido la primera en disparar la alerta roja. En una declaración en la comisión de Comercio y Energía del Parlamento británico, el presidente de la Federación de Alimentos y Bebidas (FDF, por sus siglas en inglés) del país, Ian Wright, advirtió de que los precios se están disparando "entre un 16 y un 18%" para los hosteleros. "Es una situación terrorífica", resumió.