Economía

Reino Unido dispara la presión fiscal pero rebaja el impuesto a la cerveza y a los vuelos cortos

  • Los vinos de Rioja serán los perdedores: se encarecerán 47 peniques
  • Aumentará el límite de ingresos para percibir el Ingreso Mínimo
El ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, con los presupuestos. Foto: Tesoro Británico

Este miércoles, el Gobierno británico por fin puso sobre el papel todas las promesas impositivas y de gasto que había ido anunciando en los últimos meses. Y el conjunto sigue siendo sorprendente: el plan presentado por el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, prevé que la presión fiscal alcance máximos de 1950 a final de legislatura, superando el 36% del PIB en recaudación, con un gasto superior al 41%. Pero la noticia que más sorprendió a los mercados fue un cambio en los impuestos al alcohol, que supondrá una leve reducción del precio de la cerveza en los bares.

El cambio implica la reducción de las distintas bandas impositivas para los tipos de alcohol, que pasan de más de una decena a tan solo seis. El principal efecto será reducir el precio de algunas bebidas de menor gradación, como la cerveza: una San Miguel pasará de costar 4 libras a 3,97. Y la sidra llegará a bajar unos 13 peniques por botella. El mayor cambio a la baja vendrá en los vinos espumosos: un Vinho Verde portugués se verá reducido en 47 peniques, y un Prosecco, 87 peniques. El reverso lo sufrirán los vinos rojos: un Rioja Gran Reserva se encarecerá en 47 peniques. La noticia empujó las acciones de los principales grupos de bares, que rondaron un 5% de alzas en los minutos posteriores al anuncio.

Otro anuncio que levantó sorpresas entre los expertos es la reducción de los impuestos a los vuelos nacionales, que supondrán un coste de unos 33 millones de libras al año durante los próximos cuatro. Un movimiento que el Gobierno quiere compensar con una tasa a los vuelos de larga distancia, pero que tendrá el efecto de incentivar la aviación para viajes cortos dentro del país, una medida que suena un poco extraña justo la semana antes de la cumbre internacional del cambio climático, la COP26, que se celebra en Glasgow (Escocia).

Respecto a las previsiones, el Gobierno espera que el PIB vuelva a su nivel precovid en 2023, pero empujado en parte por la inflación, que tocará el 4,5% este año. El resultado será que los ingresos de las familias solo subirán un 0,8% anual en los próximos años, muy por debajo del ritmo medio registrado entre 1955 y 2008, según el instituto de Estudios Fiscales. En total, las familias habrán perdido un 28% de su potencial riqueza -si todo hubiera seguido igual- en la década y media que empezó con la crisis financiera y acaba con el covid.

Respecto al gasto social, los perdedores son los jubilados: el Estado se ahorrará 6.000 millones de libras anuales al frenar temporalmente los aumentos de las pensiones. Y, ante las críticas por la reducción del Ingreso Mínimo en 1.000 libras anuales, Sunak anunció que extendería el límite de ingresos anuales para los trabajadores que compaginen su empleo con la percepción del subsidio, lo que aumentará el número de trabajadores que se beneficiarán de esta ayuda. Los parados que cobren el subsidio, sin embargo, tendrán que asumir la reducción de forma íntegra.

Pero la noticia más sorprendente sigue siendo el fuerte aumento de la presión impositiva total, con las alzas ya anunciadas en el impuesto de Sociedades y en las cotizaciones sociales. En los últimos 70 años, no ha habido ninguno en que la recaudación total se haya acercado al gasto público. Pero con estas medidas, la brecha entre ambas cifras se reducirá a tan solo 6 puntos, una de las diferencias más cortas desde la crisis de 1994. La diferencia es que la convergencia se dará en un gasto cercano al 40%, no al 30% de los años del 'thatcherismo', que ahora parecen más lejanos que nunca. Boris Johnson ya ha revolucionado su partido en la política europea, y ahora está a punto de hacerlo con su política fiscal.

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