Periodista
opinión

En el fin de semana de los fichajes para las listas electorales, en el Partido Socialista la noticia han sido los descartes. El estilo con que se han decidido y la forma en la que fueron corroborados en la reunión del máximo órgano del partido entre congresos. La votación del oficialismo a favor de todo lo que ha propuesto el líder Pedro Sánchez, por muy unánime que haya sido, no oculta la evidente fisura que se ha agrandado entre Ferraz y la federación andaluza, cuya máxima dirigente queda en la oposición parlamentaria andaluza y en una exigua oposición regional al aparato socialista, que ya se ha demostrado muchas veces es demoledor y no paga traidores.

Víctor Arribas

A seis semanas de las elecciones un aroma depresivo se ha apoderado de los partidos que aspiran a desbancar al presidente Sánchez. El optimismo de hace tres meses, originado por el nacimiento en Andalucía de una mayoría alternativa al engendro perpetrado en la moción de censura, ha ido decayendo a medida que se publicaban encuestas situando al PSOE como el partido más votado con diferencia y a las tres formaciones no de izquierdas lejos de poder alcanzar la cifra mágica de 176 escaños.

VÍCTOR ARRIBAS

La legislatura que está a punto de terminar en la Comunidad Valenciana ha sido estable, pacífica y dicen que productiva. Los temores más graves que albergaron muchos ciudadanos de esta región cuando se firmó el pacto del Botánic no se han confirmado por la acción de un gobierno multipartito con formaciones políticas difíciles de ensamblar. No se ha aprobado una justicia propia al margen de los tribunales españoles, ni se ha iniciado una senda con hechos a favor de este pancatalanismo que denunciaban quienes abandonaron el poder en 2015, pese a volver a ser la opción más votada (ya sabemos que en España, electoralmente hablando, el que pierde, gana). El presidente valenciano ha sido un dirigente sensato durante estos cuatro años, bien es cierto que más dedicado aparentemente a los problemas internos de su partido que a una acción de gobierno brillante para sus ciudadanos.

Víctor Arribas

Las últimas encuestas publicadas de cara a las elecciones generales de finales de abril dibujan un panorama post electoral infernal que puede acabar en unas segundas elecciones antes de que acabe el año, con un verano agitado de por medio plagado de posturas de cara a la galería, líneas rojas y cordones sanitarios.

víctor arribas

Con la precampaña electoral ya lanzada desde el pasado viernes los electores van situando ya a cada contendiente en su lugar. Los primeros movimientos confirman que van a producirse pocas sorpresas antes de votar, y seguramente muchas después del 28A. Todo ha comenzado con la buena costumbre de anunciar a los ciudadanos con quién se van a buscar acuerdos o con quién será imposible sentarse siquiera a hablar. Los tan cacareados cordones sanitarios que luego se disuelven como azucarillos una vez se trata del reparto del poder.

víctor arribas

Como en toda buena manifestación española que se precie, su etapa final es la confrontación de las cifras de asistentes entre unas y otras tendencias. Lo peor en este clásico de la vida pública de nuestro país no es que no coincidan las apreciaciones sobre algo físico como es cuánta gente cabe en un espacio, sino la utilización de resortes públicos para retorcer la realidad, como está ocurriendo con las encuestas públicas desde hace algunos meses. Es un bochorno que la Delegación del Gobierno en una comunidad autónoma se convierta en impulsor de fake news, convenientemente amplificadas luego en portadas para las que el titular es un pinchazo pero curiosamente la foto elegida no hace alusión al mismo sino a la unidad de tres partidos políticos contra el gobierno. Otra de las estrategias clásicas es la de censurar en televisión los planos en perspectiva que dan una idea bastante real del éxito o fracaso de una concentración humana. Las asociaciones de la prensa, tan activas siempre, entrarán a buen seguro a valorar estas prácticas proponiendo un manual que podría titularse: 'Manifestaciones: cómo informar'. Cómo hacerlo sin fines distintos a los de contar la realidad.

víctor arribas

Como en todos los asuntos que nos trae la actualidad, las dos Españas, los dos universos, han vuelto a salir a la superficie con la visceralidad a flor de piel y con argumentos discutibles o defendibles según los defienda una u otra parte. La España conservadora o liberal frente a la España progresista. No hay tema que se escape a los etiquetados habituales, y éste del juramento del nuevo presidente interino de Venezuela no iba a ser menos. Las verdades indiscutibles pueden ser discutidas, los dogmas se caen con una mínima revisión del pasado histórico y de la realidad más reciente. Por ejemplo, éstos:

víctor arribas

La joya de la Corona abre expectativas para todos. El panorama preelectoral en las elecciones municipales al Ayuntamiento de Madrid está tan abierto que resulta difícil vaticinar qué fuerza política ostentará la alcaldía de la capital el sábado 15 de junio, con la cifra mágica de 28 concejales que conformarían la mayoría absoluta como objetivo de todas ellas. Buena parte de los movimientos políticos que se están sucediendo en este mes de enero en la Villa y Corte tienen relación con los comicios que renovarán la corporación, porque siempre se ha dicho con razón que quien gana Madrid tiene un pie en La Moncloa.

Una cascada de gobiernos, se dirá que todos ellos de ultraderecha, ha reconocido ya al autoproclamado presidente circunstancial de Venezuela. Entre ellos están Estados Unidos y Brasil, con sus dos presidentes odiosos a la cabeza, Trump y Bolsonaro. Se inicia un peligrosísimo camino hacia la democratización de una democracia maltratada por el socialismo del siglo XXI, hasta el punto de que se ha hecho pasar por un país libre a una nación atenazada por un puñado de dirigentes bolivarianos que han llevado al desastre a sus conciudadanos. Ahora se nos invitará a pensar que lo ocurrido es un golpe a la democracia venezolana, ejemplar en sus posiciones izquierdistas y liberadoras de un pueblo oprimido por el imperialismo. Todo eso que en relación a Venezuela llevamos años escuchando a este lado del Atlántico.

Víctor Arribas

La facción violenta de los taxistas madrileños que está llevando a cabo acciones de presión inaceptables pretendía insultar ayer a un dirigente político llamándole "moderno". Y de esa forma, descubrió inconscientemente la verdadera realidad de su lucha: un combate desigual contra la modernidad, ese dragón con muchas cabezas que al final siempre acaba imponiéndose frente a quien le planta cara. Ha ocurrido durante siglos y seguirá ocurriendo: el tren de lo moderno atropella a todo el que se coloca en su vía creyendo que utilizando su exigua fuerza podrá detenerle.