Este pasado verano, una noticia inesperada irrumpió en el mundo de la energía. El Gobierno de un pequeño país de Europa aseguraba haber encontrado un gran yacimiento de petróleo que, además, contenía un crudo de una calidad muy similar al de Arabia Saudí (dulce, ligero y fácil de refinar). Los protagonistas de esta historia son, precisamente, Albania y su Gobierno, que anunció a bombo y platillo este hallazgo, y Shell, la petrolera que está realizando las prospecciones y que, por ahora, se muestra mucho más cauta y circunspecta a la hora de valorar el acontecimiento.