Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

China lleva varios meses decepcionado con sus exportaciones. Los datos de comercio exterior muestran que las ventas de China al exterior se están ralentizando e incluso contrayendo, cuando se analizan en términos monetarios. Sin embargo, la realidad es bien distinta cuando se utiliza otra vara de medir diferente: el volumen (la cantidad de bienes que China exporta). Atendiendo al volumen, China lleva meses ganando cuota de mercado y en septiembre habría alcanzado un nuevo récord histórico de exportaciones.

La subida de los tipos de interés ha sido histórica. El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) han elevado el precio del dinero en 450 y 500 puntos básicos respectivamente. Este movimiento se ha producido en menos de dos años. La vigorosa vuelta de la inflación ha forzado a la banca central a hacer lo que parecía imposible hace poco más dos años. Sin embargo, lo que parecía imposible no solo ha sido posible, sino que la economía sigue en pie, el mercado laboral goza de una salud de hierro y la recesión que nunca llega sigue sin llegar. Mientras tanto, aunque la inflación se ha moderado de forma indiscutible, existe cierto consenso a la hora de admitir que el IPC podría ser incapaz de caer a medio plazo hasta la tasa ideal del 2% (número mágico de la banca central). La pregunta es, ¿por qué una subida histórica de tipos en economías a priori frágiles no ha provocado una recesión ni ha aniquilado la inflación?

Materias primas

Los futuros de petróleo han caído un 15% en poco más de un mes. El precio del Brent cotiza levemente por encima de los 81 dólares, mientras que el barril de West Texas, referencia en EEUU, ha perdido la cota de los 80 dólares. El escenario que parecía inimaginable cuando estalló el conflicto entre Israel y Hamás se está materializando: el mercado de crudo está bajo presión bajista y la estructura de backwardation se está desinflando poco a poco.

Economía

La inflación se ha reducido de forma notable en la eurozona. El IPC armonizado se ha moderado hasta el 2,9% interanual, después de haber llegado a superar el 10% hace menos de un año. Sin embargo, el optimismo brilla por su ausencia. Los mensajes de expertos, banqueros centrales y otras instituciones muestran aún cierta preocupación. Todo hace indicar que la reciente mesura de la inflación podría ser tan solo una tregua antes que se materialice el verdadero riesgo para la estabilidad de precios: el mercado laboral.

La industria de los seguros tiene como objetivo (más allá de obtener beneficios) reducir los riesgos de sus beneficiarios. Son empresas que, a través de la estadística y millones de datos obtienen un beneficio a la vez que cubren riesgos que serían inasumibles en caso de materializarse de forma individual para sus clientes. Aunque resulte un tanto paradójico, esta industria experta en la seguridad podría ser la punta de lanza de una crisis de solvencia que sacuda al sistema financiero mundial.

Vivienda

La caída del mercado inmobiliario que nunca llega. Este podría ser el titular que resume la historia del inmobiliario español en los últimos años. Tras convertirse en el epicentro de la crisis financiera y económica de España en 2007, cada vez que se avecina una recesión o turbulencias económicas, se sigue poniendo el foco en la vivienda. En esta ocasión, la histórica subida de los tipos de interés y el posterior desplome en la compra-venta de vivienda auguraban una lógica corrección de precios. Sin embargo, tanto en 2020 (crisis del covid) como en la actualidad, el inmobiliario ha demostrado que se sostiene sobre unos pilares mucho más sólidos que en el pasado. Precisamente, estos pilares y los fundamentales del mercado son los que hoy están bloqueando e impidiendo una corrección de precios en el inmobiliario nacional.

El petróleo es una de las fuentes de energía más controvertidas. Contaminante a la par que necesario, el crudo es todavía la fuente de energía primaria más consumida en el mundo y, por tanto, sigue teniendo potencial para ser un negocio rentable. Un buen ejemplo es el de Guayana, un pequeño país caribeño, cuya economía está sufriendo una revolución tras comenzar a explotar sus reservas de petróleo. Ahora, hay otra pequeña economía podría seguir los pasos de Guyana tras confirmar el hallazgo de miles de millones de barriles de petróleo en sus costas.

Este 2023 va a haber una economía que va a despuntar en lo que a crecimiento del PIB se refiere. Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) hablan de una tasa de variación superior al 70% interanual, mientras que otras casas de análisis creen que el PIB de esta pequeña economía crecerá incluso más de un 80%. Pese a esta impresionante tasa de crecimiento, los mandatarios de esta economía están buscando fórmulas para transformar su tejido productivo, y alejarse, precisamente, del sector que va a propiciar este crecimiento descomunal: la industria del juego. Así es la breve historia reciente de Macao.

Surinam, antiguamente conocida como Guayana Neerlandesa, es un país de América del Sur, cuyas costas están bañadas por el Atlántico al norte y tiene frontera con Guyana al oeste y con Brasil al sur. Su población apenas llega a 600.000 habitantes (una cantidad similar a la ciudad de Málaga), teniendo así el mérito de ser el país independiente menos poblado de América del Sur. Aunque este pequeño Estado ha pasado desapercibido durante años, a partir de ahora, quizá, empiece a cobrar importancia en el mundo de la energía gracias al petróleo.

En pocos años, el mundo parece haberse convertido en un lugar mucho más hostil y complejo. La globalización está perdiendo impulso, los nacionalismos resurgen en varias zonas, los conflictos se reproducen y la tensión geopolítica no para de escalar. Ante este ajetreado escenario, Pekín podría estar empezando a construir su plan de contingencia ante un posible colapso de las cadenas de suministro o de las relaciones comerciales. China lleva varios meses comprando ingentes cantidades de materias primas sin una explicación clara. Aunque aún es pronto para extraer una conclusión definitiva, todo hace indicar a que el 'gigante asiático' podría estar aprovisionándose para protegerse de algún evento, aún desconocido, que tiene probabilidades de materializarse.