La inflación de la eurozona en octubre ha dejado buenas noticias en la lectura preliminar publicada este martes por la agencia estadística Eurostat. El índice de precios al consumo (IPC) retrocedió hasta el 2,9% interanual a lo largo del mes que acaba hoy respecto al 4,3% registrado en septiembre. Se trata de la lectura más baja desde julio de 2021 y muestra una cifra que ya se acerca al objetivo de inflación del 2% que fija el Banco Central Europeo (BCE). El dato queda incluso por debajo del 3,1% que esperaba el grueso de analistas. Por su parte, el muy observado por el BCE y más enquistado IPC subyacente (excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco) desacelera del 4,5% al 4,2% (el dato más bajo desde julio de 2022), como se esperaba. En el mes, el IPC sube un 0,1% frente al 0,3% anterior y el subyacente se ha mantenido en el 0,2%. Aunque el banco central no contó con esta 'carta' del IPC en su reunión de la pasada semana, los datos de inflación y de crecimiento conocidos hoy (el PIB se contrajo un 0,1% en el tercer trimestre) respaldan la decisión de pausar las subidas de los tipos de interés.
Este mayor alivio de lo esperado se debió enteramente a descensos mayores de lo previsto en la inflación de la energía y los alimentos. En el caso de la energía, en octubre se ha registrado un abrupto descenso interanual del 11,1% (fue del 4,6% en septiembre) gracias al efecto base (en octubre de 2022 la energía subía un 41,5% interanual) mientras que en tasa intermensual la caída ha sido del 1,1%. En el de los alimentos, el alcohol y el tabaco, la desaceleración en tasa interanual ha sido del 8,8% al 7,5%, alejándose de las tasas por encima del 10% vistas en los últimos meses. En términos intermensuales, el avance ha sido del 0,2%.
La también especialmente observada por el BCE inflación de los servicios -el sector mayoritario en la eurozona y fuente de posibles presiones inflacionarias- se quedó en un 0% intermensual y se relajó del 4,7% al 4,6% en el cómputo interanual. Aunque la desaceleración de tan solo una décima es modesta, el indicador se ha mantenido por encima del 5% casi todo lo transcurrido de 2023, llegando a alcanzar un pico del 5,6% en julio. La tasa correspondiente a los bienes no energéticos baja 0,6 puntos hasta el 3,5% interanual, si bien en el mes sube un 0,7%.
Los datos de inflación de octubre por países conocidos esta semana iban en esta línea. Este lunes, el IPC de España se mantuvo en el 3,5% en vez de subir, como se esperaba, mientras que el de Alemania descendió hasta el 3,8%, el dato más bajo desde agosto de 2021. En Francia, según el dato adelantado conocido este martes, el IPC ha descendido del 4,9% al 4%, como se esperaba. En Italia, el IPC ha bajado sorpresivamente del 5,3% al 1,8% -por debajo del objetivo del 2%- gracias al enorme efecto base en la energía. También muy significativamente, Bélgica y los Países Bajos han registrado directamente deflación en el IPC armonizado, con un -1,7% y un -1% interanual respectivamente, también por la energía. Aunque la inflación subyacente del IPC se mantiene estable en ambos países, cabe destacar que este ritmo de descenso del IPC general no se había registrado nunca.
"El consenso espera una cifra del euro ligeramente superior al 3%, y una sorpresa a la baja situaría la cifra dentro de un punto porcentual del objetivo del BCE (cualquier cosa que se encuentre dentro de un punto porcentual del objetivo podría considerarse 'dentro del objetivo' en el impreciso mundo de la economía)", señalaba en su comentario diario previo a los datos Paul Donovan, economista jefe en UBS GWM.
"La continua deflación de los precios de la energía y la moderación de la inflación de los precios de los alimentos han sido los principales factores. La inflación subyacente también disminuyó, de forma alentadoramente generalizada entre bienes y servicios, aunque los precios de los servicios siguen siendo visiblemente más rígidos. Esto concuerda con la creciente debilidad de la demanda en la eurozona, evidenciada por la contracción del PIB en el tercer trimestre. Todo ello concuerda con nuestra valoración de un giro de la política del BCE antes de lo previsto. Creemos que el BCE empezará con recortes de tipos ya a principios del segundo trimestre de 2024. A pesar de ello, esperamos que la inflación general se sitúe por debajo del objetivo el próximo año", valora Tomas Dvorak, de Oxford Economics.
"Es probable que la mayoría de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE estén satisfechos con los datos", señala Christoph Weil, economista de Commerzbank. "Las palomas del BCE tomarán nota con aprobación de los datos de hoy. Suponemos que el BCE no subirá más los tipos de interés oficiales. Esto es tanto más cierto cuanto que el crecimiento económico de la zona euro se ha estancado y se espera que en el último trimestre la economía de la zona euro vuelva a contraerse ligeramente", añade.
"La inflación parece más benigna en estos momentos. Lleva algún tiempo bajando, pero el ritmo de descenso decepcionó hasta el verano. Septiembre y octubre sorprendieron positivamente a pesar de los altos precios del petróleo y de un crecimiento salarial aún obstinado, lo que refuerza la confianza en que la inflación se está controlando lentamente", escribe en una nota para clientes Bert Colijn, economista sénior de ING.
"Aunque el BCE tendrá mucho interés en evitar cometer el error de los años 70 de relajar demasiado pronto y permitir otra racha de alta inflación más adelante, los debates sobre si los actuales niveles restrictivos de los tipos de interés no son demasiado estrictos van a aumentar en los próximos meses. No obstante, no esperen que el BCE baje los tipos a corto plazo; los riesgos al alza de la inflación pesarán mucho en la toma de decisiones del banco central en las próximas reuniones", apostilla Colijn.
Qué pasará en los próximos meses
Desde Commerzbank, Weil pone el foco en la tasa de inflación de los alimentos, que debería seguir bajando fuertemente, y la tasa tendencial subyacente, que también debería seguir bajando ligeramente, ya que la tasa de inflación de los bienes no energéticos en particular debería seguir disminuyendo. "Ello se debe a que las empresas parecen haber repercutido ahora en los consumidores gran parte de los aumentos de costes derivados de la subida de los costes de los insumos y de los precios de la energía", explica.
La situación es diferente para los precios de los servicios. "También en este caso la tasa de variación interanual ha superado su punto máximo. Pero no esperamos que bajen mucho más. Con el fuerte aumento de los salarios, las empresas se enfrentan ya a la siguiente oleada de costes, que debería hacer subir los precios de los servicios en particular", desarrolla el experto.
"Es poco probable que la inflación general siga bajando en los próximos meses. Esto se debe a que los efectos moderadores se verán contrarrestados en gran medida por los precios de la energía, que se espera que bajen menos. En este caso, la corrección se ha completado en gran medida", concluye el analista.
"De cara al futuro, es poco probable que la inflación siga bajando tan rápidamente. Es probable que la inflación de la energía repunte un poco en los próximos meses, y la encuesta de la Comisión Europea publicada el lunes sugiere que el descenso de la inflación de los servicios podría detenerse pronto. Aun así, el enorme descenso de las expectativas de las empresas en materia de precios de venta hace pensar que la inflación podría seguir bajando un poco más deprisa de lo previsto", apunta, a su vez, Jack Allen-Reynolds, analista de Capital Economics.