El Banco Central Europeo (BCE) se toma un respiro. El instituto monetario con sede en Frankfurt ha mantenido sin cambios los tres tipos de interés de referencia en la reunión de octubre. Este ha sido el primer cónclave en el que el BCE no mueve ficha desde que diera inicio al rally de subidas de tipos en julio de 2022. Desde entonces, el BCE ha elevado el precio del dinero en 10 reuniones consecutivas. Con este parón, esperado por los mercados, el tipo sobre la tasa de depósito (donde los bancos comerciales acumulan sus reservas) se mantiene en el 4%, el tipo de refinanciación repite en el 4,5%, máximos desde 2001, y el de la facilidad marginal de depósito se mantiene en el 4,75%. Siga en directo la reunión del BCE y las reacciones del mercado.
De este modo, el BCE ha preferido iniciar un periodo de contemplación y análisis para estudiar el impacto de la subida de 450 puntos básicos en los tipos de interés. Hay que recordar que hace poco más de un año, los tipos de interés se encontraban en territorio negativo en la zona euro. Hoy, los tipos rozan máximos históricos. El BCE ha tenido que actuar rápido y con contundencia para intentar contener una inflación que ha alcanzado máximos de la historia del euro. "Las anteriores subidas de los tipos de interés acordadas por el Consejo de Gobierno siguen transmitiéndose con fuerza a las condiciones de financiación, lo que está frenando cada vez más la demanda y ayudando con ello al descenso de la inflación", señala el comunicado.
Aunque hoy la inflación se encuentra en cotas menos preocupantes, el objetivo aún sigue lejos de haberse alcanzado. Hasta el próximo martes, 31 de octubre, no se conocerá la tasa de inflación de la zona del euro en octubre. Así, los últimos datos de Eurostat (la oficina estadística de la UE) son los relativos al mes pasado, cuando el índice de precios al consumo (IPC) general se situó en el 4,3% interanual. A pesar de la moderación en los últimos meses, la tasa continúa siendo más del doble de la pretendida por el BCE. El propio banco central ha admitido que no alcanzará el objetivo de inflación, al menos, hasta el año 2025. La última milla suele ser la más complicada en la vuelta al objetivo del 2%.
"La decisión de hoy de dejar los tipos de interés sin cambios y el tono del comunicado de prensa fueron los esperados. No se menciona la posibilidad de poner fin anticipadamente a las reinversiones del PEPP ni de aumentar los requisitos de reserva de los bancos", comentan desde Capital Economics. Christine Lagarde, presidenta de la institución monetaria, ha admitido en la rueda de prensa posterior que no se ha debatido en ningún momento acerca de esas dos cuestiones: no se ha hablado de las reservas obligatorias ni del balance (donde el BCE acumula los bonos y otros activos) del banco central.
La Eurozona se desacelera a marchas forzadas
Otro de los evidentes motivos que han llevado al BCE ha mantener los tipos de interés es la drástica desaceleración de la economía. Esta pérdida de tracción por sí sola ya está ayudando al mantener en marcha el proceso desinflacionario que dio comienzo hace varios meses. "La situación económica en la eurozona se está deteriorando más fuerte y más rápido de lo que había previsto el BCE. El aumento de los rendimientos de los bonos desde la reunión de septiembre ha reforzado el impacto de los esfuerzos de ajuste del BCE hasta ahora", comentan desde ING.
Por otro lado, los acontecimientos en Israel y Gaza, así como la montaña rusa de los precios del petróleo, recordaron a todos la incertidumbre y la imprecisión de los pronósticos de inflación... "pero en caso de duda, simplemente haga una pausa", comentan los expertos de ING.
Por ahora, la transmisión de la política monetaria sigue viva: Lagarde ha dejado claro que las subidas de tipos del pasado aún tienen potencial para seguir impactando en la economía y enfriando la demanda agregada. "Estamos viendo una fuerte transmisión de los tipos en el sistema bancario y en los mercados, tal y como se puede ver en las encuestas de crédito, tanto en los volúmenes (que caen) como en los tipos de interés (que suben)".
Pero el antídoto contra la inflación aún tiene recorrido: "La transmisión necesita tiempo y aún queda una parte por llegar a la economía, yo creo que el proceso va a continuar durante la parte final de 2023 y el primer trimestre de 2024, pero yo, personalmente, creo que va a durar aún más, la transmisión aún se tiene que seguir produciendo. Si miramos al sector inmobiliario estamos viendo una transmisión clara de los tipos a la economía real", ha sentenciado la francesa.
Las reinversiones se mantienen
Por otro lado, y volviendo al comunicado, una novedad que sí ha aportado es la referencia a la gestión de balance. El Consejo de Gobierno ha querido lanzar un mensaje rotundo ante las repetidas especulaciones de que adelantará el final de las reinversiones del programa de compras de bonos de la pandemia (PEPP), previsto para el final de 2024.
"En lo que respecta al PEPP, el Consejo de Gobierno tiene la intención de reinvertir los pagos del principal de los valores que venzan adquiridos en el marco del programa hasta, al menos, finales del 2024. En cualquier caso, la futura amortización de la cartera del PEPP se gestionará para evitar interferencias con la orientación adecuada de la política monetaria", recoge el comunicado.
"El Consejo de Gobierno seguirá aplicando la flexibilidad en la reinversión de los reembolsos que vayan venciendo en la cartera del PEPP, con el fin de contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión de la política monetaria relacionados con la pandemia", añaden los funcionarios del instituto monetario.
Con todo, la rentabilidad de los bonos italianos, los más presionados en las últimas semanas, están disfrutando de cierto alivio. Las caídas en la rentabilidad del país con más deuda pública de toda Europa con una buena noticia para los mercados. La deuda pública italiana alcanzará este año el 140% sobre PIB, lo que en un entorno de tipos de interés al alza puede suponer un grave problema para su sostenibilidad en el medio plazo (a medida que la deuda va venciendo y se tiene que renovar).
No obstante, la presidenta del BCE ha pedido a los gobiernos de la zona euro que "vayan retirando sus medidas de apoyo", algo que será "esencial" para que se reduzcan las presiones inflacionistas. Es decir, por un lado, el BCE da oxígeno a Italia, pero otro le piden que resuelva sus problemas con la deuda porque el rechoncho balance del BCE podría no durar para siempre.
Además, Lagarde ha pedido a los gobiernos que diseñen sus políticas fiscales con el objetivo de que "la economía sea más productiva, y se reduzcan los altos niveles de endeudamiento", y recuerda que "las reformas estructurales pueden ayudar a reducir la presión de la inflación a medio plazo, al mismo tiempo que apoyan la transición verde". Las reformas estructurales ya fueron clave para resolver la crisis del euro, aunque necesitaron del apoyo del BCE para llevarse a cabo para reducir el daño sobre la economía real.