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El BCE calienta motores para la primera reunión en 16 meses en la que no subirá los tipos

Sede del Banco Central Europeo en Frankfurt
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La reunión del Banco Central Europeo (BCE) de este jueves se presenta como uno de esos encuentros que los propios miembros del organismo querrían evitar. Ni analistas ni inversores esperan cambios de tipos de interés, algo no visto desde junio de 2022, ni tampoco toca en esta ocasión actualizar el cuadro de previsiones macroeconómicas. El protagonismo lo acaparará el discurso de Christine Lagarde, presidenta del BCE, con dos focos: el primero, el peligro que supone la Guerra en Israel para la inflación, y el segundo, la hoja de ruta sobre la reducción del balance de activos que está llevando a cabo el organismo.

El ciclo de las subidas de tipos ya ha quedado a las espaldas del BCE, o eso creen los analistas. La última encuesta que ha llevado a cabo Bloomberg, preguntando a 50 economistas sobre los próximos movimientos del BCE, confirman lo que la propia institución adelantó en septiembre: el precio del dinero ya está en un nivel suficientemente restrictivo como para que se cumpla el objetivo de inflación en el 2% en el medio plazo. Así las cosas, el BCE mantendrá previsiblemente los tipos en el 4,5% en la reunión de este jueves.

"El elemento clave de la reunión de septiembre fue la afirmación contenida en la declaración preparada de que el Consejo de Gobierno "considera que los tipos de interés del BCE han alcanzado niveles que, si se mantienen durante un periodo suficientemente largo, contribuirán sustancialmente a que la inflación vuelva a situarse oportunamente en el objetivo", explica Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM.

Una vez el BCE parece haber decidido que los tipos ya están en el nivel adecuado, la atención de los mercados y de los analistas se centrará en la valoración de los nuevos riesgos para la inflación que pueda hacer Lagarde. Desde el encuentro de septiembre hasta ahora la guerra de Israel parece ser el único elemento que ha surgido de forma inesperada con la capacidad de generar un incremento inflacionista, a través del precio del petróleo si la situación escala. Esto puede echar por traste el plan del BCE de terminar la subida de tipos, pero los expertos creen que Lagarde reconocerá que todavía es pronto para poder hacer un análisis del impacto que tendrá el conflicto en su política monetaria. Ya en septiembre Lagarde tuvo palabras para avisar del peligro inflacionista que suponía un petróleo en precios elevados.

De los tipos de interés, al recorte de balance

Según la última encuesta de Bloomberg, el BCE va a dejar los tipos de interés en conserva durante unos meses, y no los volverá a tocar hasta septiembre de 2024, cuando llevará a cabo un recorte de 25 puntos básicos. Eso sí, los expertos encuestados creen que Lagarde se reservará hasta diciembre el discurso sobre el techo de los tipos de interés, ya que consideran que será entonces, en la última reunión del año, cuando reconozca que el precio del dinero ya ha tocado techo en la zona euro.

Si los tipos de interés pierden protagonismo, la otra herramienta principal de política monetaria que utiliza el BCE, la gestión del balance, lo ganarán. En este momento el organismo continúa reduciendo el tamaño de su cartera de bonos, a base de no reinvertir los vencimientos de los títulos que tiene en el balance, y que fueron comprados con el programa APP. Los títulos que compró con el programa de emergencia por la pandemia, el llamado PEPP, los reinvierte con "flexibilidad", con el objetivo de mitigar la volatilidad que pueda producirse en el mercado de deuda de la zona euro.

"El reciente episodio de tensión en el mercado de bonos italiano desencadenará una salva de preguntas sobre los futuros movimientos del BCE en las reinversiones del PEPP", indica Moëc, "así como sobre su Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI) durante la conferencia de prensa. Creemos que es probable que la presidenta del BCE se atenga a su guion anterior: ningún debate durante la reunión y mantenimiento de la orientación futura", destaca el experto.

En el mismo sentido, desde Bank of America, Rubén Segura-Cayuela, su economista jefe para Europa, cree que "Lagarde se mostrará muy poco comprometida con el debate sobre la reinversión del PEPP. Reconocer el debate en la declaración preparada sería en realidad una señal de línea dura, que esperamos que el Consejo de Gobierno evite en el contexto de los recientes movimientos del mercado"; destaca.

Aunque la presidenta del organismo opte por evitar reconocer sus intenciones en público, los analistas encuestados creen que el BCE sí usará la flexibilidad de las reinversiones del PEPP en los próximos meses. Así lo cree, al menos, el 67% de los encuestados en esta ocasión. Esto será suficiente para equilibrar cualquier situación de volatilidad que se pueda producir en los próximos meses en el mercado de deuda de la zona euro, ya que el 92% de los encuestados cree que el organismo no hará uso del Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI), el programa de emergencia diseñado si las cosas se pusieran especialmente feas.

Un recorte adicional de 3 billones de euros

El adelgazamiento del balance de activos que comenzó hace ya más de un año se ha llevado por delante casi 2 billones de euros en activos en manos del BCE, pasando de los 8,83 billones de euros que se tocaron en junio de 2022, hasta los 7,05 billones actuales. Esto, sin embargo, no es suficiente para el BCE: no parará, opinan los analistas, hasta que se alcancen, como mínimo, los 4,2 billones de euros en balance, un recorte de otros 3 billones de euros desde los niveles actuales.

La hoja de ruta que han marcado los economistas encuestados apunta a que 2023 terminará con 6,8 billones de euros en balance, y 2024 en los 5,9 billones, para establecerse en el largo plazo en esa cifra de 4,2 billones de euros, algo por debajo de los niveles que había justo antes de que comenzase la pandemia de Covid, en 2020.

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