El endurecimiento de la política monetaria, y de las condiciones financieras en la zona euro, no es solo las subidas de tipos de interés. Desde hace seis meses, a mediados de noviembre del año pasado, el Banco Central Europeo (BCE) comenzó a reducir su balance de activos, el proceso conocido como QT (quantitative tightening).
El desmantelamiento del balance que el BCE ha construido en la última década a base de comprar bonos, soberanos y corporativos era una amenaza para la renta fija, y muchos analistas así lo han destacado en los últimos meses. Al fin y al cabo, supone la retirada del principal comprador de deuda europea en los últimos años.
Sin embargo, hasta el momento el organismo ha sido capaz de llevar a cabo esta estrategia sin crear turbulencias en los mercados de deuda: en seis meses el balance ya se ha reducido un 12%, pasando de los 8,76 billones de euros hasta los 7,71 billones, un periodo en el que no se han producido incrementos significativos, ni en las rentabilidades de los bonos europeos, ni en las primas de riesgo de los países de la Unión.
El mercado está tranquilo
En el caso del bono español, cuando comenzó la reducción agresiva del balance, el título de deuda se movía en una rentabilidad del entorno del 3%. Ahora, seis meses después, lo hace en el 3,3%, aproximadamente. La situación se repite con otros títulos de deuda europeos, con el bono alemán, por ejemplo, pasando del 2% al 2,2% en este periodo.
Las primas de riesgo tampoco se han tensionado excesivamente. En el caso de nuestro país, se mantenía en el entorno de los 100 puntos básicos cuando comenzó el recorte agresivo del balance, y desde entonces se ha incrementado en apenas 8 puntos básicos. En el caso de la prima portuguesa, incluso se ha reducido en los últimos seis meses, pasando de los 95 puntos hasta los 82 actuales, algo similar a lo que ha ocurrido con la italiana.
La reinversión del PEPP, la última línea de defensa
En marzo de 2022 el BCE dejó de comprar deuda bajo el Programa de Emergencia por Pandemia (PEPP), con el que adquirió casi 1,7 billones de euros en títulos de deuda. Ahora, una vez el organismo ha anunciado que en julio dejará de reinvertir los vencimientos de bonos comprados con los APP (los programas que creó el BCE durante la presidencia de Draghi tras la crisis), el PEPP se queda como el último arma de contención por parte del organismo. Hasta nueva orden, el BCE seguirá reinvirtiendo los vencimientos de este programa.