La crisis de deuda en Francia no para de dejar titulares en los últimos meses, y ahora, al cierre del verano, la situación se ha vuelto a recalentar y promete un otoño complicado para el mercado de deuda francesa. La prima de riesgo de Francia se está disparando y el bono del país acaba de tocar el 3,53% de rentabilidad a vencimiento, el nivel más alto que se ha visto desde abril de 2011. La desconfianza de los inversores tiene que ver con la actualidad política, pero la tendencia de fondo, que lleva ya varios años consolidándose, se basa en unas cuentas públicas que no cuadran en un país que se está viendo incapaz de recortar gastos por las presiones políticas y electorales. Con todo, los inversores extranjeros también están jugando un papel, con Japón como uno de los protagonistas. Desde 2020, las ventas de deuda francesa por parte de inversores japoneses han movido al bono francés, y ahora la historia se vuelve a repetir.