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Mon, 09 Jun 2025 20:27:22 +0200
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La famosa ‘Big Beautiful Bill’ que ha presentado el Gobierno de Donald Trump incluye una cláusula que ha dado mucho de qué hablar entre los expertos de los mercados financieros: el artículo 899 de la ley plantea la imposición de una tasa a los inversores que cobren dividendos, o cupones, de activos estadounidenses, si estos inversores provienen de países que la administración considere que llevan a cabo políticas “discriminatorias” contra Estados Unidos. La tasa parece diseñada como medida de presión por parte de la administración, para poder negociar nuevos acuerdos con bloques como la Unión Europea o China. El problema para EEUU es que puede estar apuntando con una ‘pistola de agua’ a su socio comercial europeo: un impuesto, aunque sea indirecto, a la inversión en EEUU, mejorará el atractivo de los activos europeos para los mercados globales. Durante años Europa ha tratado de proteger a su industria financiera contra el gigante estadounidense, y ahora que se preparan emisiones de deuda para financiar la defensa, el movimiento de Trump puede acabar siendo una amenaza con muy poca efectividad contra Bruselas. Ya hay organismos, como el Banco Central Europeo, que avisan de “una ventana de oportunidad” que hay que aprovechar.