Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

Hay un país desarrollado en el que la vivienda es hoy un 25% más barata que hace 35 años. Esta economía es un tanto peculiar y este dato lo demuestra. Mientras que en el mundo desarrollado los precios de los inmuebles no dejan de marcar máximos históricos, en este país se encuentran muy lejos de ellos. Mientras que en el mundo desarrollado hay una escasez cada vez mayor de viviendas (salvo contadas excepciones), en este país hay cada vez más casas vacías. Japón sufre una suerte de crisis de la vivienda a la inversa. Cada año hay más inmuebles abandonados, una espiral que amenaza con 'destruir' barrios y zonas enteras por una multitud de factores, que pueden ser el heraldo de lo que sucederá en otros países avanzados, en los que se pronostica también un descenso notable de la población en las próximas décadas.

La economía de España ha destacado en los últimos años por su fuerte crecimiento (respecto al resto de Europa) y la intensa creación de empleo, que ha permitido rebajar la tasa de paro a niveles que no se veían desde hace más de 15 años. Sin embargo, este boom del PIB no ha borrado ni siquiera minimizado de forma notable el gran reto de la economía: la gran promesa de España a sus pensionistas. Cuando se habla de pensiones se suele destacar el creciente gasto, el déficit de la Seguridad Social (que vive de las transferencias del Estado que se 'restan' de otras partidas de gastos o se financia con deuda), pero no se suele poner cifras a las promesas reales que ha hecho España a sus pensionistas. Según los datos que maneja Eurostat, España tiene la mayor 'deuda' de todos los países con sus pensionistas. España es el país que más ha prometido y si quiere cumplir su promesa va a tener que hacer esfuerzos titánicos para pagarla.

Una tendencia está pasando bajo el radar en España. Los supermercados españoles se están llenando a marchas forzadas de frutas y verduras marroquíes. Los menores precios han empujado a que el país magrebí crezca de forma exponencial en la península ibérica ganando cada vez más terreno y quitando cuota de mercado a las firmas españolas, que están buscando crecimiento fuera de nuestras fronteras. Según la Federación de Productores Exportadores de Frutas Hortalizas, Flores y plantas vivas, Marruecos ha aumentado sus envíos a España un 23% solo en el primer trimestre del año. Según la cámara de comercio, esto forma parte de una 'machada' en la que este país ha pasado en 2021 de enviar solo 805 millones de euros a superar la barrera de los 1.071 millones. Pese a todo, el campo español vive una época dorada con exportaciones crecientes y mostrando cierta progresión en una economía dominada por los servicios.

Oriente Medio ha sido 'bendecido' con gran parte de las reservas mundiales de petróleo. Países como Irak, Irán o Arabia Saudí tienen cientos de miles de millones de barriles bajo tierra o bajo el mar que prometen alimentar el mix energético global durante años (pese a la transición hacia las energías renovables). Sin embargo, esa región es un avispero. Las disputas no son solo entre países, también dentro de los propios Estados existen curiosas luchas intestinas que pueden poner en peligro el suministro de petróleo global. Esto es lo que está sucediendo en los prolíficos yacimientos del Kurdistán iraquí, una región semi-autónoma (son independentistas) que acostumbra a tener problemas que el Gobierno del país al que pertenece: Irak, una de las piezas clave de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Los ataques sobre estos yacimientos se han convertido en una nueva amenaza para el precio del crudo.

La economía de Marruecos está acelerando. Se prevé que el PIB se expanda alrededor de un 4% este año (tras varias revisiones al alza) y que en 2026 y 2027 siga expandiéndose a un ritmo cercano a esa tasa. ¿Cuál es su secreto? Convertirse en una España 'low cost'. Los sectores que están impulsando a la economía marroquí son los mismos que impulsaron y siguen impulsando a España hoy pero a un menor coste: el turismo y el automóvil.

La economía de China parece encontrarse en una suerte de callejón sin salida. Pese a los arduos intentos de Pekín (solo le falta tirar dinero por un helicóptero a sus ciudadanos), el consumo no termina de despertar, la deflación sigue acechando, la deuda crece, la economía no se expande como en el pasado e incluso ya se empieza a rumorear con la existencia de un cierto descontento dentro del Partido (el Partido Comunista Chino sigue siendo el órdago de poder incontestable en el gigante asiático), algo prácticamente inaudito. El Partido Comunista y Xi Jinping son los cimientos que dan estabilidad y sostienen al 'gigante asiático'. Se teme que China no logre salir de esta trampa o espiral deflacionista que se ha visto acentuada por una crisis inmobiliaria que no tiene fin. En medio de esta incertidumbre, los chinos siguen ahorrando y 'echando leña' a un modelo productivo y de crecimiento (mucho ahorro e inversión) que parece estar casi agotado. Excluyendo el buen comportamiento de las exportaciones que mantiene en forma el PIB, ya hay quien asegura que la sensación que se percibe en la calle es que la economía está en una especie de recesión o plena caída.

La crisis de la vivienda puede marcar la vida de miles de jóvenes para siempre. Los elevados precios de los inmuebles hipotecan 'sine die' a buena parte de los que deciden comprar, mientras se comen gran parte de la renta de los que optan por el alquiler. No hay opción buena en los puntos calientes de España (grandes ciudades y alrededores). Además, la situación podría agravarse en los próximos años. La escasez de mano de obra en un sector en el que los españoles ya no quieren trabajar está provocando un rápido aumento de los salarios en el sector. Los sueldos en la construcción han subido un 46% desde 2019, lo que se suma al creciente coste de los materiales, la falta suelo finalista, financiación... parece ya una expresión manida, pero la vivienda está viviendo una auténtica tormenta perfecta.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se encuentran inmersa en un plan para producir mucho más petróleo. Mientras tanto, EEUU, Guyana, Brasil... están aumentando también su producción. La oferta de crudo es muy fuerte, sin embargo, el precio del barril de petróleo cotiza en la zona de los 70 dólares, lejos de los mínimos anuales ¿Por qué no cae el petróleo en una situación de este tipo? ¿Quién está comprando todo el crudo 'sobrante'? Todo hace indicar que China está detrás de esta llamativa situación. El último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) ha revelado que China ha comprado una de las mayores cantidades de petróleo que se recuerda durante el segundo trimestre de este año. Unos cambios legales dentro del país para incrementar su seguridad energética (construir un gran 'escudo energético) y la estrategia de Pekín para 'cubrirse' ante posibles incidentes globales que afecten al suministro de crudo han generado esta llamativa tendencia que mantiene tenso el mercado y firme el precio del barril.