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Enormes yacimientos de petróleo en llamas: drones desconocidos atacan el crudo de la discordia en un país clave de la OPEP

  • Los drones han atacado a tres grandes yacimientos del Kurdistán iraquí
  • El Kurdistán puede bombear hasta 300.000 barriles de petróleo cada día
  • Las luchas entre Irak y la región kurda por el petróleo tiene raíces culturales
Llamas en un yacimiento de petróleo. Foto de Dreamstime.

Oriente Medio ha sido 'bendecido' con gran parte de las reservas mundiales de petróleo. Países como Irak, Irán o Arabia Saudí tienen cientos de miles de millones de barriles bajo tierra o bajo el mar que prometen alimentar el mix energético global durante años (pese a la transición hacia las energías renovables). Sin embargo, esa región es un avispero. Las disputas no son solo entre países, también dentro de los propios Estados existen curiosas luchas intestinas que pueden poner en peligro el suministro de petróleo global. Esto es lo que está sucediendo en los prolíficos yacimientos del Kurdistán iraquí, una región semi-autónoma (son independentistas) que acostumbra a tener problemas que el Gobierno del país al que pertenece: Irak, una de las piezas clave de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Los ataques sobre estos yacimientos se han convertido en una nueva amenaza para el precio del crudo.

Varios yacimientos petrolíferos en el Kurdistán iraquí han sido atacados en los últimos días drones explosivos, que causaron daños materiales de calado, poniendo al petróleo contra las cuerdas: el precio del barril subió un dólar en unos momentos. El petróleo se ha mantenido relativamente tenso esta semana ante la disrupción de la producción en una región clave para el petróleo mundial.

Las tensiones entre Irak y los kurdos

Los ataques son una especie de misterio resuelto. Nadie los ha reivindicado, pero todo el mundo sabe que Bagdad (la capital de Irak) tiene algo que ver o, al menos, ha hecho más bien poco por evitarlos. Las diferencias entre ambos 'pueblos' (pese a ser un mismo Estado o país) son amplias y datan de largo. Los enfrentamientos entre los kurdos del norte de Irak (Región Autónoma del Kurdistán) y el Gobierno central de Bagdad se deben a diferencias históricas, ideológicas, religiosas y políticas que sufre altibajos constantes. Mientras los kurdos han luchado por una mayor autonomía e incluso la independencia, Bagdad defiende la integridad territorial de Irak.

Las tensiones también tienen una base identitaria: los kurdos son en su mayoría suníes, pero étnicamente distintos de los árabes iraquíes (Irak tiene ahora un Gobierno chií que está totalmente apoyado por su vecino Irán), y poseen una identidad nacional propia. El petróleo es un elemento clave en este conflicto, ya que la región kurda alberga importantes yacimientos y ha intentado vender crudo de forma independiente, lo que Bagdad considera ilegal y una amenaza a la soberanía nacional. El control y reparto de los ingresos petroleros es, en esencia, uno de los principales focos del desencuentro, como se ha podido comprobar estos días.

Con todo, ya van tres días en lo que la amenaza de los drones ha bloqueado por completo el suministro de estos campos. Según APIKUR, la asociación que representa a las compañías comerciales del norte de Irak, "la mayoría de las empresas miembros, incluidas aquellas que no fueron afectadas, han anunciado la suspensión de la producción por un total de más de 200.000 barriles diarios". Según S&P Global la zona afectada cuenta con una producción total de 280.000 barriles diarios antes de los ataques a cinco yacimientos.

Los ataques se produjeron en un momento en que las tensiones entre la capital, Bagdad, y la capital regional, Erbil, se han intensificado por las exportaciones de petróleo, mientras que un importante oleoducto a Turquía permanece cerrado desde 2023 debido a disputas legales y problemas técnicos.

Los ataques con drones contra yacimientos petrolíferos del Kurdistán iraquí el miércoles elevaron a cinco el número de yacimientos petrolíferos en la región atacados durante la última semana. El martes, un dron explosivo atacó el yacimiento petrolífero de Sarseng, en la provincia de Dhok, gestionado por la empresa estadounidense HKN Energy. El ataque se produjo pocas horas antes de la firma de un contrato para la explotación de otro yacimiento petrolífero con la misma empresa. El lunes, también se informó del derribo de un dron explosivo de origen desconocido cerca del Aeropuerto Internacional de Erbil, sede de las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos.

El Servicio Antiterrorista del Kurdistán Iraquí también informó que dos drones impactaron el yacimiento petrolífero de Khormullah el lunes por la noche, causando daños materiales. El Kurdistán iraquí, que intenta mejorar su imagen como una región relativamente estable en un país sumido en la inestabilidad, busca atraer inversores extranjeros debido a sus estrechos vínculos con Estados Unidos y países europeos.

La recuperación de un campo clave que no termina de llegar

Kurdistán es una de las promesas más brillantes para un superávit en el mercado petrolero. Sin embargo, el caos y la inestabilidad llevan años frustrando su actividad. En su época dorada, el Kurdistán Iraquí bombeaba 400.000 barriles diarios, pero la producción lleva desplomada desde el año 2023. El motivo es el cierre del oleoducto que unía Irak con Turquía. Tras este evento la producción quedó condenada a un mercado interno que no necesita tanto abastecimiento y al contrabando con Irán.

"Las negociaciones para reabrir el oleoducto han estado en curso, pero a pesar de las recientes conversaciones entre el gobierno federal iraquí y el KRG (y la presión sobre Bagdad por parte de los EEUU) para reanudar las exportaciones, ambas partes siguen en desacuerdo sobre los desembolsos financieros y la cantidad de crudo que la región debe vender" comentan desde S&P Global. La idea de un petróleo kurdo sumando al equilibrio global del mercado hacia el superávit se están desvaneciendo y estos ataques van en la misma dirección.

"Los ataques con drones están relacionados con los acontecimientos actuales y su objetivo es intimidar a las compañías petroleras y recordarles que su seguridad puede verse comprometida si no se llega a un acuerdo sobre las exportaciones", explicó a Platts Shwan Zulal, director general de Carduchi Consulting, empresa centrada en el GRK.

Aziz Ahmad, subjefe de gabinete del primer ministro del GRK, Masrour Barzani defendía en X que estos ataques son, en realidad, un ataque contra Estados Unidos. El país norteamericano ha expresado repetidamente su interés en que se desbloquee la situación y son sus empresas las que trabajan en estos campos. "El GRK dio la bienvenida a las inversiones y empresas estadounidenses. Ahora, esos mismos inversores están siendo expulsados en una campaña calculada para estrangularlos económicamente", escribió, y también pidió a Estados Unidos un apoyo "más que verbal".

¿Está Irak detrás de los ataques?

En ese caso, el alto cargo kurdo no culpa a Irán, sino al mismo gobierno iraquí al que acusa de estar detrás de los ataques y los responsables serían "milicias criminales a sueldo de Bagdad". De hecho, han pedido a EEUU una ayuda directa para entender la seguridad de los campos petroleros.

Pero, ¿cuál sería la lógica de que Irak bombardease unos campos petroleros que pertenecen a su propio país? La idea detrás de esto es a quién pertenece la explotación de estos pozos. En teoría los beneficios de la explotación pertenecen al Gobierno Regional de Kurdistán (GRK) y, según esta teoría, Irak provocaría o al menos consentiría los ataques para ejercer presión económica sobre su región y generar que esta ceda buena parte los beneficios económicos de estos recursos naturales. En parte lo ha conseguido, puesto que ya se está especulando con un posible acuerdo entre Bagdad y Erbil para reanudar el flujo.

De hecho, los ataques se producen justo cuando el se ha anunciado que el oleodocuto con Turquía vuelve a funcionar tras más de dos años de pausa. Un acuerdo que se anunció este jueves, pero que ya debía estar prácticamente sellado. En este acuerdo parece resolverse el conflicto económico con la exigencia de que a cambio que Kurdistán pueda bombear Irak solo pagará 16 dólares por barril al gobierno kurdo y su empresa estatal será la que comercialice todo el suministro una vez pagada esta cifra.

Las teorías más defendidas por expertos no son exactamente que Irak sea totalmente responsable, sino que simplemente consentiría estas acciones para conseguir esos fines, pero que el que apretaría el gatillo serían las milicias iraníes de la región. Argus Media comenta que la opción más probable, según se debate en la propia Kurdistán, es que sea una facción de Wilaya, una milicia leal a Irán. Ahora, con el acuerdo ya logrado, las tensiones deberían apagarse.

"Los ataques se producen mientras continúan las tensiones entre la región del Kurdistán y Bagdad por la suspensión del pago de salarios a los funcionarios públicos por parte del gobierno federal y la prolongada suspensión de las exportaciones de petróleo a través del puerto de Ceyhan en Turquía", comentan desde Argus Media, que inciden en la idea de que Irak busca poner palos en la rueda del petróleo kurdo.

Desde ING explican que en cuanto se estabilice la región tras los ataques, el acuerdo Bagdad-Kurdistán será clave para definir el mercado del crudo mundial. "La región sumará cerca de 233.000 barriles diarios". Una cantidad que aunque no es excesiva, puede decantar la balanza en un momento de estrechez y desde luego sumar a ese superávit que esperan expertos como la AIE.

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